agosto 09, 2013

Apenados.

Mi solidaridad, desde este blog a todos los perjudicados en el accidente ocurrido hoy, martes 6 de Agosto de 2013, en el edificio de Calle Oroño y Salta de la ciudad de Rosario, debido a una explosión de gas, y posterior derrumbe de una de las partes. Siento mucha pena y mucha tristeza, trabajo a 5 cuadras del lugar y el impacto hizo vibrar el piso completo y a todos nosotros.No hay palabras para el consuelo que se necesita  por todo esto que pasó.  Sandra.
CARTA A ROSARIO PUBLICADA EN EL FACE. DESDE ALGÚN LUGAR DEL MUNDO.
."La calma asfixia. Desde nuestros hogares -los que vivimos lejos de la zona- el desastre no se ve, pero se escucha: nunca el silencio fue tan temible y horroroso. Los que estamos lejos, vimos el fuego en imágenes, pero sabemos -y nos duele el cuero- que ardió en casa. Escuchamos el cimbronazo desde alguna actividad cotidiana y pensamos era un espasmo más de esta ciudad colapsada. Lo era. Pero hasta ahora reposaba en esa espesura de lo inimaginable: “la explosión”.

El duelo ya empezó. En el súper, en el colectivo, en la vereda, todos -todos- relatan su historia. Poner en palabras, alivia. Se aseguran que sus familiares y amigos estén a salvo. Putean, opinan, dicen lo que hay que hacer y lo que no se hizo. El duelo ya empezó. Es de todos.

Las víctimas no son una foto en Facebook o un nombre en una lista. Son desaparecidos. Son heridos. Son muertos. Son hijos, padres, hermanos y amigos. Son nuestros, aún sin conocerlos. A medida que pasan las horas, la angustia va esparciéndose taciturna. No soportamos más el dolor, la incertidumbre. El tiempo se nos atraganta, sabemos más que nunca que un minuto más, es también un minuto menos.

Los que estamos lejos miramos la tele y reconocemos esa esquina que tantas veces nos hizo esperar el colectivo. El quiosco de al lado, la panadería, la dietética, la peluquería de enfrente. Ya no es una ciudad desconocida -devastada, de a ratos, lo es-, es la nuestra. El mundo hoy la conoce: la ciudad de “la explosión”. La nombran, en inglés, en italiano, francés, alemán, quién sabe. Rosario, a 400km de Buenos Aires.

El estacionamiento de La Gallega oficia de servicio de emergencia. Un albañil arriesga su vida para salvar a un niño. Llega la presidenta, la intendenta y el gobernador. Bomberos voluntarios de toda la zona trabajan incansables. Los vecinos abandonan sus casas. Colectas y donaciones de sangre. Información cruzada, mala leche. Los escombros sepultan hogares enteros. Los perros buscan víctimas. Se ruega silencio para escuchar. Otros perros, las mascotas, buscan a sus dueños. La ciudad llora, nos conocemos todos.

“La explosión” ya es imaginario colectivo. Ya es memoria y dolor en carne viva. Ya está construyendo su antes y su después, y -quizá, lo peor- recién empieza. Los que vivimos en la ciudad de la tragedia nos estamos abrazando. Andamos despacito, cabizbajos y sigilosos. La calma asfixia. Estamos tristes, buscamos recuperar la paz

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Vamos, Fito, veni a tocar a Rosario el próximo lunes 19/8 en el recital solidario por las víctimas de la explosión, así la gente deja de hablar pavadas.

8:10 a.m.  
Anonymous Anónimo said...

Sandra, ¿sabes que compromisos puede tener Fito asumidos? Pregunto para que no se hable de más. Para los que no saben busquen Fito + Unicef en Google, por ejemplo, para ver desde cuando él colabora...

11:26 a.m.  
Anonymous Anónimo said...

Acabo de enterarme de la gira “Abrazo a Rosario – Yo vengo a ofrecer mi corazón”.
La verdad que me puse a llorar porque redobló la apuesta para los que dudaban de su solidaridad, tanto hablaron demás... tanto lobby hicieron los medios. Ahí tienen giles.
Lo quiero tanto!

6:15 p.m.  

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