junio 11, 2016

GIROS 30 AÑOS, GIROS MUSICALES, SOLO GIROS EN MEDELLÍN

Por: 
Jairo Daniel Cortés Ramírez
Cuando llegamos al Orquideorama del Jardín Botánico de Medellín (gran y hermoso lugar) creíamos que nos íbamos a encontrar con un libreto, ¡qué ingenuos somos!, parece que no supiéramos que el que se presentaba era Fito Páez y que lo único seguro era escuchar en su orden natural las canciones de Giros, ese simple detalle ya hacía que la boleta valiera la pena, era un concierto para fanáticos, canciones que solo se escuchan en la intimidad, canciones que, como él mismo dijo, nunca habíamos escuchado en vivo, pero siempre habíamos soñado hacerlo.
“Giros” y “Taquicardia” prendieron la energía, “Alguna vez voy a ser libre” interpretada por el cincuentón con alma del muchacho de 20 que la compuso, ¡Hermosa!, “11 y 6” siempre conecta, en “Yo vengo a ofrecer mi corazón” nos habló de su ingenuidad al componerla y que ahora ya entendía mejor lo dicho, sentimos que nos lo ofreció, ahora, me disculpo por hablar de mis sentimientos, pero con “Narciso y Quasimodo” fue el primer gran éxtasis, “para qué y por qué estaremos distanciados” y a mí se hacía agua los ojos, cada que paraba en “contactos” hacía gestos, yo impávido simplemente no me la creía, una bellísima “Cable a Tierra” con la fuerza en sus letras y acordes, para cerrar con “Decisiones apresuradas”, letras vigentes aún 30 años después y el momento más sublime cuando se siente el bombo retumbar y se interpreta “D.L.G.” a todo dar, con todo sentimiento y como le gusta al flaco, escuchado, pocos la cantábamos , pero estoy seguro que los demás llegaron a escucharla, es mágica e impensado escucharla en vivo, Giros, 30 años, igual de vigente, el de 22 y el de 53, el mismo Fito, mágico.
Después de esto, muchos habíamos revisado set list y “sabíamos” a lo que íbamos… primer Giro musical, distorsión de guitarras, batería a todo dar, el bajo imponente y “Rock and roll revolution”, sorpresa total y energía en la cima, “Naturaleza Sangre”, “Folis Verghet” e “Instan – Táneas”, locura total, de nuevo pasa por décadas como le place, cómodo, haciendo lo que le gusta y dándole gusto a todos, las últimas dos con ese impulso que dejaba Spinetta, de nuevo el gusto exclusivo para los más seguidores y la entrega total de Fito y la banda, mención especial, qué músicos, qué calidad para tocar y conectar.
Siguió el concierto cómodo, tanto que con gran propiedad sacó timbales en “A las piedras de Belén” (otra joya para fanáticos) y demostró el gran músico diverso que es, “Lejos de Berlín”, “Ciudad de pobres Corazones”, “Tumbas de la Gloria”, “Al lado del camino”, clásicos que siempre estarán, que siempre serán una maravilla en concierto, punto aparte para “Polaroid de Locura Ordinaria”, lo que la disfruta en el escenario, lo que juega con el público y dedicarla, cuando todas caen relocas, les recuerda la mujer que describe y se estalla a reír, cuando la canta y lo que desprende esa canción, tremendo.
El corte llegó con Fito de blanco y “el diablo de tu corazón”, lo que significa para mí esa canción y lo que impacta en la gente, “la puta madre que los remilparió, ¿por qué nos cuesta tanto el amor?”, puteada deliciosa y hermosa que sale con rabia, amor y del corazón no tiene explicación, impotencia y ganas de hacer algo por el mundo.
Luego las canciones de estadio, las que nunca escucho pero que en concierto tienen una energía única, trapos al aire con “A rodar mi vida” y el cierre dejando escapar “mariposa Tecknicolor”.
Fueron giros por todos lados, por el disco, por sus décadas, por las emociones, fue un concierto mágico, genial, cómodo, entregado, tranquilo, bailó cuando quiso, habló cuando quiso, se encerró en su piano cuando quiso, giró y giró haciéndonos extasiar muchas veces, certificando que es un músico maduro, pero que conserva su alma de hace 30 años, creo que todos crecimos en los conciertos de Fito, somos su público y ese mismo queremos más, los adultos hoy lo son más, los adolescentes hoy somos adultos, pero siempre nos encontramos en el mismo lugar, no importa las veces que lo hayamos visto, no importa si dudamos antes de ir, una vez estamos allá sabemos que no podemos faltar y ya nos imaginamos cómo será el otro. Poco a poco Fito con estas remembranzas nos da gusto a los más fieles, joyas impensadas en vivo y con una figura que dan los años, las canas que lo hacen sabio y el espíritu que lo mantiene joven.
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gracias Amigo por esta crónica tan llena de sentimientos!