Páez repitió viejas fórmulas (Nota : Diario Uno, 07/12/2006)
Fito ofreció el martes en el auditorio Bustelo un concierto con pocos temas de su nuevo disco, El mundo cabe en una canción. Sin novedades sonoras, el rosarino apostó a los clásicos que lo hicieron famoso.
Patricia Rodón
prodon@diariouno.net.ar
El mundo de Fito Páez muchas veces cupo en una canción. Y otras tantas, lo desbordó como nadie. Pero la suma de ingredientes necesarios para lograr que ese mundo musical y lírico se expanda y corra sus propios límites no supieron acomodarse del todo en la presentación del músico rosarino en Mendoza.
Fito Páez no puede brindar un mal concierto, pero sí puede ofrecer un recital por debajo de sus estándares históricos.
El diálogo entre letra y música, ritmo y armonía, material viejo y material nuevo, escenario y público fluyó, obviamente con soltura, pero con un inequívoco sabor a fórmula probada y comprobada cientos de veces.
Fito se presentó el martes en el Bustelo ante 1.600 personas, tocó más de una veintena de temas durante más de dos horas. Hizo apenas un puñado de temas del disco que vino a presentar, El mundo cabe en una canción, y repasó todos y cada uno de sus grandes éxitos.
Yo te amé en Nicaragua y, Dar es dar, La Verónica, 11 y 6, Al lado del camino, Brillante sobre el mic, Polaroid de locura ordinaria, Circo Beat, Naturaleza sangre, Ciudad de pobres corazones, Mariposa tecnicolor, entre otros, sonaron bien, muy bien. Con arreglos jazzeros, con aires de bossa, con maravillosos solos de piano, con guiños, citas y pequeños homenajes al rock nacional y con una banda precisa y enfática (que es no lo mismo que expresiva), Fito logró buenos momentos y un fluido diálogo con el público.
Sin embargo, la sensación final fue la de que faltó algo esencial: novedad musical, atrevimiento, libertad, arrojo, apuestas, “rock and roll” en el sentido vivencial del término.
A la manera de los baladistas que repasan toda su carrera en dos horas y apenas si muestran material nuevo, Fito estructuró su show sobre sus hits, el aplauso asegurado y la certeza de que sí, hay un mundo que cabe en esas canciones.
Lo que nos hubiera gustado era, en tanto que los pactos hay que renovarlos, que Fito tomara algún riesgo estético nuevo.
Patricia Rodón
prodon@diariouno.net.ar
El mundo de Fito Páez muchas veces cupo en una canción. Y otras tantas, lo desbordó como nadie. Pero la suma de ingredientes necesarios para lograr que ese mundo musical y lírico se expanda y corra sus propios límites no supieron acomodarse del todo en la presentación del músico rosarino en Mendoza.
Fito Páez no puede brindar un mal concierto, pero sí puede ofrecer un recital por debajo de sus estándares históricos.
El diálogo entre letra y música, ritmo y armonía, material viejo y material nuevo, escenario y público fluyó, obviamente con soltura, pero con un inequívoco sabor a fórmula probada y comprobada cientos de veces.
Fito se presentó el martes en el Bustelo ante 1.600 personas, tocó más de una veintena de temas durante más de dos horas. Hizo apenas un puñado de temas del disco que vino a presentar, El mundo cabe en una canción, y repasó todos y cada uno de sus grandes éxitos.
Yo te amé en Nicaragua y, Dar es dar, La Verónica, 11 y 6, Al lado del camino, Brillante sobre el mic, Polaroid de locura ordinaria, Circo Beat, Naturaleza sangre, Ciudad de pobres corazones, Mariposa tecnicolor, entre otros, sonaron bien, muy bien. Con arreglos jazzeros, con aires de bossa, con maravillosos solos de piano, con guiños, citas y pequeños homenajes al rock nacional y con una banda precisa y enfática (que es no lo mismo que expresiva), Fito logró buenos momentos y un fluido diálogo con el público.
Sin embargo, la sensación final fue la de que faltó algo esencial: novedad musical, atrevimiento, libertad, arrojo, apuestas, “rock and roll” en el sentido vivencial del término.
A la manera de los baladistas que repasan toda su carrera en dos horas y apenas si muestran material nuevo, Fito estructuró su show sobre sus hits, el aplauso asegurado y la certeza de que sí, hay un mundo que cabe en esas canciones.
Lo que nos hubiera gustado era, en tanto que los pactos hay que renovarlos, que Fito tomara algún riesgo estético nuevo.
posted by ciudadfitopaez at 12:15 p.m.
1 Comments:
otro de los datos a destacar fue que fito se paso la noche peleando con el baterista pues este no embocó un solo ritmo en toda la noche, de hecho tuvo que corregirlo en la mitad de cadaver exquisito y en el final de polaroid incluso lo insultó.......un dato de color fue que fito antes de empezar el show se quedo encerrado en el baño y por eso se retrazó el comienzo del recital...que boludo!!!
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