agosto 26, 2007

Música y cine según pasan los años, (Diario, La Nación 26/08/2007)



El intérprete rosarino habla de Rodolfo, su flamante CD y de su nueva película ¿De quién es el portaligas?


Sonidos, imágenes, letras. Todo en su lugar y todo a la vez, conviviendo, yendo de uno hacia otro, alimentando nuevas visiones. El arte en acción. Contado en un disco, Rodolfo ; en una película, ¿De quién es el portaligas? , y en las columnas que aparecen cada semana en el suplemento adnCULTURA. Un resumen posible de estos tiempos en la vida de Fito Páez y también el de una tarde de charla, en su casa. Tiempo de producción, pero como siempre sucede en el arte y en la vida, el tiempo de hoy no es sin el tiempo de ayer. El de la siembra, el de la preparación. Y así como todo, Rodolfo , que se edita esta semana, tiene su propia, aunque sí, e inevitablemente, entreverada con la de la película.

El recorrido podría abarcar la vida entera (incluso sin aventurarse a interpretar de buenas a primeras el título elegido), pero Páez elige datarlo en 2003. "Cuando se resolvió el disco fue de una forma muy contundente. Se compuso, se grabó y se mezcló en un mes, mes y medio. Pero para llegar ahí el laboratorio comenzó en 2003", asegura. Fue entonces cuando registró, en su estudio Circo Beat, una serie de sesiones de grabación con público (amigos, allegados, algunos periodistas), en las que con su piano interpretaba temas de Jacques Brel, Bob Dylan, Violeta Parra, Spinetta, Tom Jobim, Caetano, Buarque y otros. "Probaba, pero no sabía qué estaba buscando; y mirá dónde terminó", dice ahora, mirando para atrás, y preguntándose lo que seguramente no se preguntó demasiado entonces.

"Hicimos una pequeña edición de un álbum casero, Dreaming Marietta , con Coki [De Bernardi] y Carlos Vandera, pero no me convencía porque eran covers. De alguna forma, eso devino en Moda y pueblo [el disco grabado con Gerardo Gandini y una orquesta de cuerdas], que fue como un segundo paso que sirvió para afilar muchísimo la interpretación en el piano y la voz. Era muy despojado, aunque había un quinteto de cuerdas acompañando. Esa fue la última gimnasia para llegar a esto. Yo no sabía qué miércoles había detrás de todo ello, pero era el deseo oculto de hacer un álbum sólo con piano, pero con canciones nuevas. En un momento me sentí preparado y como te pasa siempre, que no te das cuenta, vas y lo hacés, sin los dilemas que aparecen ahora."

En el tiempo entre aquel Moda y pueblo y este Rodolfo surgieron la mayoría de las doce canciones nuevas. Más precisamente, en la época en que, tras la filmación en Rosario y Córdoba, se abocó a la edición de ¿De quién es el portaligas? "Me pasaba 8 o 10 horas con la mezcla de la peli, llegaba y, en vez de tomarme un Rivotril, me sentaba al piano y me pasaba otras 8 o 10 horas. Estaba buenísimo", recuerda.

Se ríe, se escucha la carcajada Páez, porque agrega rápido que sí, que también se tomaba alguna copa, y leía algo, y estaba con sus hijos. Que nunca nada es tan ordenado. Como no lo es la vida, como no lo es la creación, como tampoco lo fue esta nota en la que las preguntas y respuestas se alternaban con comentarios sobre el libro Crónicas de Dylan , sobre las próximas columnas que anda barajando, sobre los hijos y las buenas madres que tienen, o sobre fotos de los hijos, que inspiran la vida y otras que inspiraron canciones (fueron las de Adriana Lestido sobre mujeres presas que funcionaron como disparadoras de "Sofi fue una nena de papá" y un amanecer de Aki Suzuki que transmutó en "Cae la noche en Okinawa").

Dos caras, una moneda

Así como convivieron, la película y el disco también aparecen como dos miradas opuestas. A lo neto de un álbum de piano y voz se enfrenta la peli en la que el tono es exagerado y desopilante, incluidos los vestuarios y peinados tan ochentosos. "Sí -acepta-, es así pero a la vez fijate que los dos cuentan lo mismo, hablan del paso del tiempo y de los vínculos a través del paso del tiempo. Cualquier letra de este disco ligada a la pareja podría ser la canción favorita de alguno de los personajes de la peli a los 40 años. «Si es amor», «El cuarto de al lado», por ejemplo."

La charla también lleva a su anterior trabajo como director, Vidas privadas , tan el reverso dramático de esta comedia. Y, otra vez, encuentra que son distintas, pero no tanto. "En las dos el tema es la familia, se sigue rondando sobre lo mismo, en el guión original de Vidas... , escrito con Alan [Pauls], la idea era cómo seguía el vínculo después de todo lo que había sucedido, después del incesto, del asesinato del padrastro; hablo de la versión del DVD (con el «corte del director»), que es más rara, en la que aparece lo siniestro. Acá, en ¿De quién es el portaligas? no, porque las cosas se pueden rehacer. Eso es lo bueno del cine que hace que el mundo sea como uno quiere."

De regreso en la sobriedad del disco, el no utilizar más que piano y voz pareció también abrir nuevas posibilidades. La limitación usada como motor. "Creo que aquí puse todo lo que sé de música. Pero tuve que tomar decisiones, por ejemplo, la de no encararlo jazzísticamente, aunque sí hay algo, en el fraseo de la voz, en algunas armonizaciones de «Zamba del cielo», pero muy en cuenta gotas. Fui más al piano de la música popular, a McCartney y Charly, a la canción sobria, popular".

Y, así como el compositor norteamericano Aarón Copland contaba que, en un viaje a Brasil, fantaseó con componer una pieza sólo para berimbau y su única cuerda, y sabía que resultaría algo interesante, porque, según escribe: «La confianza en el manejo de instrumentos y la natural adaptación a las limitaciones de cualquiera de ellos constituyen las armas del compositor», Páez cuenta sus peripecias. "Me obligó a profundizar en la idea del piano como una orquesta, algo que sabía teóricamente, pero de lo que ahora me di cuenta perfectamente."

En el aire de la tarde siguen pasando cosas. Charlas sobre dónde y cómo serán los shows, en octubre, de presentación de este disco en vivo; sobre el misterio, los errores y lo no dicho o mostrado que son el corazón mismo de una obra de arte; sobre una entrevista que vio en la tele a Simone de Beauvoir y cómo le recordó a Leo, el personaje de la película que a su vez le recuerda a otra de las "mujeres de su vida", y de haberse convertido ahora en columnista de adnCULTURA . Escribir, dice, escribió siempre. Bajaba a palabras las ideas que se le aparecían sobre música y músicos, pero también sobre la vida y lo que sucede en este mundo. Siempre, hasta ahora, en un ámbito limitado a su entorno. "¿ Blog ?, no, para nada, nunca se me ocurrió -dice riendo-. Quizá me arrepienta en unos años, pero no, demasiado democrática la Internet, mucha gente diciendo muchas pelotudeces." En las columnas intenta, dice, hacer algo desde un lugar muy personal, pero que a la vez no sea un hablar de sí mismo. "Lo hago muy humildemente", asegura quien este año, fue invitado a participar del Congreso de la lengua en Colombia. "Fue muy interesante -recuerda y comenta el texto de Kureishi sobre inmigrantes que leyó allí-, pero ahora van a pensar que soy un intelectual", dice y larga otra de sus grandes carcajadas.

Por: Adriana Franco
De la Redacción de LA NACION



"Ellas" y los vertiginosos ochenta




"La peli es un festival de las chicas", dice Páez. Y es cierto. ¿De quién es el portaligas? es una comedia disparatada y alocada en la que las tres protagonistas (Julieta Cardinali, Romina Ricci y Leonora Balcarce) miran hoy lo que hicieron veinte años atrás, en los vertiginosos ochenta, en un retrato de época que disfrutarán quienes vivieron aquellos tiempos de Parakultural y exceso.

"Es que las mujeres son frágiles, son locas, son muchas cosas -sigue quien tituló su compilado doble Mi vida con ellas - y sí, en la película, las mujeres son multidimensionales, como en la vida real. Los hombres somos más netos, nos gusta emborracharnos, ver fútbol, por supuesto también otras cosas, pero hay algo de monos que tenemos que está muy claro. Somos básicos, y ojo que lo digo haciendo una defensa de eso, pero nosotros juramos amor para toda la vida; la mujer es más enrevesada, más compleja y, para escribir, mucho más divertida."

En ¿De quién es el portaligas?, que se estrenará el 20 de septiembre (con una avant-première tres días antes en Rosario), hay también muchas citas. Al cine mismo (y cada uno se divertirá viendo y descubriendo planos y tomas homenajeadas) y a personajes. Los amigos están allí, actuando, pero también como inspiradores: Fabi Cantilo, siendo la que podría ser, la que fue, la que es; Gonzalo Aloras, enredado con el portaligas pero también responsable de la música, y hasta Eusebio Poncela como modelo del mafioso interpretado por Darío Grandinetti.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

hola, no pudo ser mejor!

Es la primera vez que visito esta pagina y que es lo que veo: Fito en talca chile!!!, jajaj genial yo vivo aca en talca y es la primera vez que viene fito por aca

yeahhhhhhhhhhhhhhhhh


gracias por la noticia, ahora no se como pero hay que juntar el dinero!

1:08 a.m.  

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