25 de Junio Nota Diario La Capital Rosario

El rosarino habla de su nuevo disco "Moda y pueblo" y de su próxima película
Fito Páez: "Me muevo más por intuición y por lo que me pide el corazón, no aplico estrategias"
El compositor y cineasta dijo que estudiar cada paso artístico es propio de "un delirante"

Pedro Squillaci / La Capital



Fito Páez está más activo que nunca. Tiene un flamante disco en la calle, está produciendo su segunda película y ya dejó grabado el material que irá en su próximo disco, a editarse el año próximo. "Moda y pueblo" tiene temas propios, de Charly García, de Luis Spinetta, de Litto Nebbia, pero por sobre todo es un trabajo que, con arreglos de Gerardo Gandini, refleja a un Fito esencial e íntimo. "Ya no explico por qué hago las cosas porque en verdad ni yo sé por qué las hago", comentó el rosarino a La Capital.

A Fito le pareció "irresistible" sacar un disco con Gandini. Está en un momento de su vida que no le gusta privarse de nada. Entiende que las expresiones artísticas sirven para abrir. Y es por eso que puede incluir un texto de Federico García Lorca como apertura de su nuevo disco, después abordar una suerte de recorrido cronológico de su vida y terminar desmitificando el valor específico de las palabras. Lejos de cualquier cuestionamiento, Páez sostiene que hacer verdaderamente lo que siente es su mejor medicina.

-¿"Moda y pueblo" resume tu pasado y tu presente?

-Son términos muy fuertes presente y pasado, y son términos que siempre tienen que estar en la obra de un tipo que tenga más de 30 años. Siento que es un disco que tuvo una cocina de muchos años, el trabajo con Gerardo fue muy lento, digamos, en el sentido que trabajamos las canciones sin presiones de ningún tipo, y después de tantos años cocinando, resultó un tipo de la jerarquía de Gerardo mirando la mejor música popular, el mejor cancionero argentino, no hablo por mí, sino por la música de Nebbia, Charly, Spinetta, entonces es una cosa muy fuerte estéticamente. El resultado, en definitiva, está también ligado a eso, por supuesto juntar a un artista de la envergadura de Gerardo representa también gran parte del pasado y del futuro, porque maneja un lenguaje de una modernidad insólita, y a la vez volver a revisar música de artistas populares de Argentina que tienen una calidad extraordinaria. Todo eso da un cóctel medio irresistible, te diría.

-La pregunta del millón es por qué le pusiste ese título al disco.

-Yo no explico más el porqué de las cosas porque en realidad yo tampoco sé por qué las hago y por qué las pongo. La diferencia con un gerente de marketing y con un político es que soy artista (risas). No tengo por qué explicar, porque las cosas abren. Imaginate a Picasso explicando el Guernika (risas).

-¿El cierre de "Moda y pueblo" con el tema "Las palabras" también tiene que ver con esto de hacer y no andar explicándolo todo?

-Exacto, las palabras nos marean más que nos revelan. Y para eso está la obra, que es poderosa y fuerte.

-¿Por qué arrancaste con un tema de un poeta tan especial como Federico García Lorca?

-Mirá, me gustaba la rítmica que tenía sobre todo. Era entrar al disco de una forma dinámica vital, con un seis por ocho, ahí con un ostinato en casi toda la parte del piano e iban apareciendo poco a poco la voz, las cuerdas, y sentí que era una buena carta de presentación.

-Elegir una orquestación de cuerdas pega en el corazón en la primera escucha. ¿Buscaste la sensibilidad de ese registro o surgió espontáneamente?

-La cuerda es madera y cerda, esa es su textura, es todo material muy noble, entonces el sonido que emite una cuerda es muy emocionante porque está pulsado por un corazón. Por eso nos emociona tanto una cuerda en la obra de cualquier artista, siempre que esté bien hecha, bien tocada y bien arreglada. Así que cuando uno va a meterse con ese material es porque va a intentar sacarle la pulpa más íntima.

-La versión de "Naturaleza sangre" es una de las sorpresas porque transformaron un rock en un tema de música clásica con una rítmica potente.

-Sí, se hizo como "Eleanor Rigby", de los Beatles, y logró un efecto fuertísimo y es insólito respecto a su versión original.

-La temática del amor atraviesa el disco. ¿Surgió así o la elección de los temas apuntó deliberadamente en esa dirección?

-Es difícil especificar eso, en realidad son los materiales con los que uno está en contacto todo el tiempo. Es raro que un disco mío no aborde estos temas, a veces lo hacés con más pasión, con menos pasión, con una mirada más cínica o con una mirada más seca sobre los sentimientos, pero siempre es la materia que interesa y que a todos nos conmociona de alguna u otra manera. Así que en realidad sí, creo que el amor, o lo que llamamos amor, está siempre presente en cualquier cosa que haga.

-"Naturaleza sangre", tu último disco de estudio, tenía un formato más rockero. ¿Acá tuviste ganas de hacer algo más calmo?

-No, no, para nada. Para este disco también grabamos versiones en Río de Janeiro con Osvaldo Fatorusso y Guille (Vadalá) que son más rockeras que cualquier disco mío, incluso hay una versión de "Ciudad de pobres corazones" que es extraordinaria. No encajaban en el álbum, pero estaba dentro del material que estábamos grabando. Era con este criterio, sin cámara, era muy seco todo y muy salvaje también. No, eso de dar pasos con ese nivel de estrategia es para un delirante, un demente, yo me muevo más por intuición y por lo que pide el corazón en este momento.