noviembre 19, 2005

Diario El Ciudadano 20/11/05



Juego de emociones con orquesta incluida
El rock de Fito tuvo una armónica fusión con las cuerdas dirigidas por Gandini
Un recital sospechosamente parecido a muchos salvo por la orquesta de Gerardo Gandini.
Foto: Gustavo Ercole
Luciana Sosa
Moda y pueblo tiene desde el viernes su presentación oficial en Rosario de la mano de Fito Páez, acompañado por la orquesta del maestro Gerardo Gandini, el teatro El Círculo fue testigo también ayer y lo será hoy (a las 20) de un juego de emociones, en las que el aplauso se interrumpía y los ojos se llenaban de lágrimas cuando las cuerdas comandadas por Gandini comenzaban a sonar.El disco es un gusto que se dio el rosarino de tomar como propias letras de Charly García, Luis Alberto Spinetta y Lito Nebbia, a las que sumó la melodía de las cuerdas de Gandini, broche de oro de esta presentación.El viernes Fito arrancó, a sala llena, con su versión de “Desarma y sangra”, de Charly, junto a los platillos de Jota Morelli y el bajo de Guillermo Vadalá. Luego la noche estuvo en su esplendor cuando Páez, esta vez de largos rulos y anteojos, cantó “Romance de la pena negra”, el tema que compuso tomando como base la poesía homónima de Federico García Lorca, y al que la orquesta de Gandini prodigó de exquisita sonoridad.Hubo también un “Bello abril”, aparecieron “Carabelas de la nada”, y le siguieron “Te aliviará” y “Ámbar violeta”, en una presentación que tornaba ser igual a todas salvo por la impronta que surgía de la batuta del maestro Gandini.“Joder, es mío el teatro”, dijo el cantante quejándose de la seguridad del lugar, que miraba a los presentes “como si fueran a hacer algo. Somos grandes, no vamos a romper nada, pero para expresarnos necesitamos el cuerpo”, siguió. Fito dejó el teclado, tomó la guitarra y comenzó a cantar “Al lado del camino”, con aires de blues renovado y para “Brillante sobre el mic” pidió que se apaguen las luces y el público encienda sus teléfonos celulares. Así fue como el escenario estuvo absolutamente oscuro y cientos de lucecitas se movieron desde las butacas.El telón volvió a subir y las cinco cuerdas (dos violines, una viola, un cello y un contrabajo) se iluminaron para un lacrimógeno “Muchacha ojos de papel” de Spinetta, “uno de mis tres hermanos mayores” (junto a Charly y Nebbia, todos citados en el nuevo disco), dijo, y cientos de voces pidieron robarle un color a esa muchacha cuando todos duerman. La orquesta dejó de sonar y Gandini se sentó detrás de Fito, en un borde de la tarima en la que estaban los músicos, mientras las palabras moda y pueblo se leían en la cúpula del teatro. Era el turno de “El otro cambio, los que se fueron”, de Nebbia.Otra de las perlas fue “Mariposa tecknicolor” versionada con violines. Una luz negra iluminó las tablas, se encendieron las arañas del teatro, la gente seguía aplaudiendo y cayó el telón. Diez minutos más tarde Fito volvió con “Las palabras”, “Un vestido y un amor” y “Dar es dar”. Así terminaba la primera de las tres funciones de Moda y pueblo.