noviembre 21, 2005

Nota Diario La Capital 21/11/2005

Páez tocó las cuerdas de la exquisita sensibilidad
Fito presentó "Moda y pueblo" en el teatro El Círculo
Pedro Squillaci / La Capital
Cuando un vínculo afectivo está sujeto por un lazo firme es difícil que se rompa. Esa es la comunión de Fito con Rosario. Por eso las tres funciones en el teatro El Círculo estuvieron a pleno, y por eso la gente se fue con esa sonrisa similar a la que se logra después de tomar un buen vino. "Moda y pueblo" fue la síntesis de un espectáculo de lujo. El show tuvo gran cantidad de matices, un fino nivel interpretativo y, sobre todo, puro sentimiento.Esta vez la ocasión era de etiqueta. Daba la sensación que una gala del Teatro Colón se había traslado hasta El Círculo, y todos estaban de acuerdo con jugar ese juego. Un quinteto de cuerdas dirigido por el impar Gerardo Gandini, Guillermo Vadalá en bajo, Jota Morelli en batería y Fito en el centro de las miradas. Todos ataviados con negro riguroso, salvo Páez que salió con Adidas blancas como para darse el gusto de romper con el protocolo.A solo piano arrancó con "Desarma y sangra", y demostró que puede recrear ese tema mejor que su autor, Charly García, algo que ratificaría más adelante al tocar "Mientras miro las nuevas olas", ya en formato de trío eléctrico.Pero Fito sorprendió aún más cuando estuvo acompañado por el quinteto de cuerdas (viola, primer violín, segundo violín, contrabajo y cello). Arriesgó con un formato que lo deja más expuesto, pero en vez de quedar desguarnecido sacó afuera todo su brillo. Y lo hizo de un modo visceral. Como cuando tocó "Carabelas nada" con un cierre tan caótico como extraordinario, o la rítmica "Naturaleza sangre". Al evocar a los responsables de "la piedra fundamental de la música popular argentina" versionó a Litto Nebbia en "El otro cambio, los que se fueron" y a Luis Spinetta en "Muchacha, ojos de papel".Con la guitarra al frente, y con Jota y Vadalá detrás, mutó en una suerte de Dylan de estas pampas y cantó "Al lado del camino" para evocar su infancia de calle Balcarce y hasta para homenajear a su entrañable tía Charito, presente en la función del sábado. "Dar es dar" cerró el show y abrió un aplauso que no para de sonar.