Nota Diario El Ciudadano(Rosario): Toda la Plaza Para Fito.
Toda la plaza para Fito Páez
Más de 15 mil personas participaron de un recital que mezcló música y solidaridad. Fue un intenso ritual de dos horas en el que todo el mundo cantó, agitó remeras y banderas, e iluminó la noche con encendedores.
La plaza San Martín estuvo a pleno. Fito Páez salió al escenario a las 19.30 y durante dos horas participó de un ritual intenso y sin respiro.
El espectro de Aceituna, el mítico guardián de la plaza en la época en que Fito Páez era apenas uno de los niños que atentaba contra los canteros, seguramente ayer se dio una vuelta por su antiguo lugar de trabajo, y tal vez hasta se mezcló con las más de 15 mil personas que convirtieron la plaza San Martín en un verdadero estadio en el que se mezcló rock y solidaridad. A las 19.30 Fito Páez apareció en el enorme escenario montado de espaldas al edificio de la Gobernación, que estaba iluminado a pleno. Y entonces la plaza estalló, y comenzó un intenso ritual que duró dos horas y en el que la gente cantó junto a Fito, agitó banderas y remeras, batió palmas, iluminó la noche con encendedores y se fundió en una marea de brazos que parecía querer atrapar el cielo estrellado que sirvió de techo a la fiesta.
BIRRI CON OBEID
Después del recital de Fito Páez, la atención se trasladó a pocos metros de allí. En la Plaza Cívica del edificio de la Gobernación se exhibió en avant premier la película de Fernando Birri “Za 2005, lo viejo y lo nuevo”, última producción del cineasta santafesino, que fue recibido por el gobernador Jorge Obeid. La noche estrellada y agradable fue un marco ideal para ver cine al aire libre. Toda la zona, otrora marcada por ominosos símbolos de la represión, mostró ayer otro aspecto. Las multitudes ávidas de arte ocuparon el lugar del silencio y las sombras.
La solidaridad también sonó muy fuerte y se reunió gran cantidad de útiles escolares.
La fisonomía de las cuatro calles que rodean la plaza San Martín cambió llamativamente durante la tarde de ayer. A partir de los dos cortes que desviaban el tránsito –en Santa Fe y Dorrego y en Córdoba y Moreno– el enjambre de personas que se dirigía a disfrutar del recital de Fito Páez se movía por la calle como si se tratara de una gran peatonal. Con bolsas –en su mayoría de reconocidas librerías de la ciudad– los concurrentes llevaban útiles escolares para donar como una entrada simbólica para participar del espectáculo. En cada una de las puntas de la plaza estaban instalados los puestos de recepción de las donaciones que no paraban de llegar. “No damos abasto”, soltó Marcela, una de las colaboradoras de la actividad, mientras metía dentro de una caja una mochila de Barbie y unos cuantos paquetes de fibras. “Nos sorprende la cantidad de cosas pero también que se trata de materiales que están flamantes”, agregó. Libros de cuentos, cartucheras, cuadernos, carpetas, repuestos de hojas y lápices, casi todos recién comprados, se multiplicaban en cada esquina de la plaza. “Vine porque Fito es nuestro y además para ayudar a los chicos que más necesitan”, dijo Cristina, que se llegó desde barrio Belgrano aprovechando su día franco. Mientras tanto, Ernesto y Dianet, una pareja peruana que forma parte del Club de Fans de Fito Páez en Lima, se arrimaron para dejar su donación. “Estamos de paso por Rosario y quisimos colaborar. Alineados sobre un mostrador ubicado en la entrada de la Plaza Cívica los materiales educativos eran separados por los organizadores de la actividad según su categoría. “Se los dividió en tres tipos de acuerdo al uso que se les da: pintar, escribir y leer”, contó la ministra de Educación, Adriana Cantero, que daba vueltas por la plaza con intención de supervisar la recolección de materiales.
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