septiembre 19, 2007

A veces me detengo en algo que a nadie le importa.....

Bueno me detuve en esta foto sacada en Rosario que ya han publicado otras páginas ....no es novedad pero me gusta mucho La Trova Rosarina :Fito Paez -Sergio Sainz-Rubén Goldín- Zapo Aguilera - Silvina Garré -Juan C. Baglietto .

El 31 de Julio del 2005 subí esta foto.
Hoy 19 de Septiembre de 2007, en el diario de hoy encuentro la historia de esta foto.

En el suplemento Nro. 6 “LA ROSA TROVARINA” del Diario La Capital del miércoles 19 de Septiembre de 2007:El triunfo : Una quimera vuelta oficio.
En la página 13.
Fabián Gallardo (guitarrista y compositor) escribió esto:

REVELACIONES

En el momento y lugar justos, Fabián Gallardo tomó una foto de la entonces incipiente banda de Juan Carlos Baglietto, la que abriría las puertas a La Trova desembarcando en Buenos Aires. En un memorioso repaso no exento de nostalgia, el también músico y compositor describe la motivación que lo llevó a ponerse tras la lente de la cámara y fijar ese instante en el que cifraban las líneas de un futuro promisorio.
Hacía muy poco que tenía mi Canon AT1 .Desde siempre me había gustado la fotografía y finalmente tenía una reflex en la mano. Esa mañana había comprado un rollo de 400 asas. Blanco y Negro.
No sé como, pero un día en la sala de ensayo, hablando de las fotos, me había ofrecido a hacerlas. No me acuerdo bien adónde fuimos, pero sé que esa tarde disparé el rollo entero. Me encantaba ir a los ensayos en la calle Cochabamba. Sonaba bárbaro y se trabajaba de una manera poco usual. Rubén con su viola haciendo arreglos súper interesantes, a contrapunto, creando climas. El Muerto Sainz y una base potente, el Zappo Aguilera con sus percusiones. Fito empezaba a mostrar algo de lo que después todos conocería y Silvina tenía el color de voz exacto para que con Juan formaran un combo perfecto.
Lamento no haber sacado más fotos de esos momentos. Porque la memoria a veces se diluye y se confunde. Pero los rollos de 400 no eran baratos. Y revelarlos menos.Pero esa tarde saqué las treinta y seis fotos. Todos ya estaban un poco aburridos. En esa época hablar de una “sesión de fotos” era casi impensable. Entonces empezaban a sobrellevar el momento contando boludeces y riéndose de pavadas. Como chicos. Pero después de un rato, para alegría de todos, terminamos.
Cuando en la pieza de la casa de mis viejos hice los contactos (copias chiquitas de las fotos), empecé a verlas con la lupa y una en particular me atrapó.
Tenía un error, pero también tenía algo de esa energía que aparecía en la sala cuando tocaban. La amplié en 10x15, la sequé en el baño y la miré bien.
Ésa era la foto.
Aunque el Zappo Aguilera se había corrido de su lugar justo en esa 1/125 fracción de segundo . Y no había Photoshop. Perdón Zappo ...
Pero esa foto tenía algo que me atrapaba. Fito ya estaba con ganas de terminar, pero mantenía el humor. El Muerto, estaba sonriente, seguramente riéndose de algo que había dicho Rubén, pero sin perder la cara de “foto de Bariloche”. Silvina también lo estaba mirando, con una sonrisa que yo conocía hacía tiempo, desde la época que escuchábamos a Joni Mitchell y tratábamos de sacar canciones de Spinetta.
El único que seguía manteniendo la mirada fija en la lente de la cámara , era Juan. Pero enseguida ví que en realidad no estaba mirando la lente. Estaba mirando más allá.
Estaba mirando a toda la gente que iba a conmover cada vez que pisara un escenario.
Estaba convencido de lo que iba a venir. Ése es para mi Juan Carlos Baglietto. El que no mira una lente ni le canta a un micrófono. Él que sube a cantar con tanta polenta, que si no hay escenario, lo construye. Ése es Juan. Que aunque no pueda decir que soy un amigo, lo admiro y lo quiero de verdad. Muchas veces me pasa que vuelvo de vacaciones y cuando vemos las fotos, los amigos me preguntan si realmente fui, po que no salgo en ninguna. Sin embargo, yo siento lo contrario. Cada foto que vuelvo a ver me lleva a ese lugar, al lugar exacto donde yo estaba parado, ya lo que se veía desde ese lugar.
Y en definitiva, si me paré ahí , era porque en ese instante me parecía el mejor lugar. Despué s pasaron muchas cosas. La alegría y la emoción de que Juan grabara un tema mío. Lo increíble que fue, después de esa foto, apoyar la púa en un vinilo y escuchar “La música me ayuda” y “Los días por vivir” cantados por él. Los 10 años maravillosos que pasé disfrutando y aprendiendo en la banda de Fito. La producción del disco Profano , de mi amigo Rubén Goldín, que hicimos junto al querido Néstor Raschia. La sorpresa de que Lalo grabara la primera canción que yo había cantado en un recital de Baglietto. La producción junto al maestro (Claudio) Cardone de En tierra firme, donde pude trabajar por primera vez con Adrián Abonizio. Y todas las canciones y momentos que por suerte me siguen acompañando hasta hoy.
Me siento orgulloso de haber sacado esa foto y de haber estado parado en ese lugar y en ese momento , mirando a través de la lente a gente que quiero mucho, que admiro y con la que tuve la suerte de compartir grandes momentos de mi vida.
Y también estoy muy orgulloso de que algunas notas, algunas palabras y algunos acordes, formen parte de esta historia.