octubre 08, 2007

Nota: Télam 08/10/2007

CUANDO EL AMOR Y LA BELLEZA TRASCIENDEN EN UNA CANCION

Buenos Aires, 8 de octubre (Télam, por Romina Grosso).- Con un recital brillante que anoche presentó en el teatro Opera –el tercero de una serie que reunió 10 mil espectadores para presentar

su nuevo disco “Rodolfo”–, Fito Páez se impuso desde su voz y su piano para desnudar parte de su historia y regalar su mirada sobre el mundo, donde todas las formas posibles del amor y la belleza trascienden en un puñado de canciones.

“¿Quién dijo que todo está perdido?” preguntó hace años el artista rosarino en “Yo vengo a ofrecer mi corazón”, si “en tiempos donde nadie escucha a nadie” como más tarde dijo en “Al lado del camino”, unas 3300 personas se sentaron en la sala de la Av. Corrientes para escuchar con una mezcla de atención y emoción una lista de 25 temas.

Expuesto pero sólido como para asumir ese rol, Fito desgranó sus nuevas composiciones, donde el amor es capaz de trascender los límites del tiempo, porque como expresa en el inspirado “El cuarto de al lado”, “creo en el amor a través de los años”, y de cruzar “huracanes y tormentas” como desliza en el bello “Si es amor”.

Un piano de cola, al que supo sacarle brillo y que conmovió en sus dos piezas instrumentales, y una guitarra eléctrica que pulsó en la renovada versión del inmortal “Ciudad de pobres corazones”

le alcanzaron para dar un show excelente e íntimo, un desafío del cual salió más que airoso en una noche donde la audiencia fue cómplice.

“Soy un loco de mierda, un delirante, y tengo la suerte de andar por el mundo cantando estas palabritas”, dijo agradecido ante los tantos elogios que recibía entre tema y tema.

Más allá de su constante búsqueda musical, ir a un recital de Fito para muchos significa encontrarse con parte de su historia, porque fue él quien “puso las canciones en tu walkman” y porque compartió su vida a través de letras, que un público incontenible no pudo dejar de cantar adoptándolas como propias.

Los teléfonos celulares le sirvieron a muchos para registrar una noche irrepetible donde también se escucharon sensibles versiones de “Al lado del camino”, uno de los más ovacionados, “11 y 6”, “Y dale alegría a mi corazón”, junto a su amiga Liliana Herrero, y “La rueda mágica”, con los rosarinos Vandera y Gonzalo Aloras, entre otros clásicos.

La lista de invitados del concierto que aún tendrá dos fechas más en el mismo ámbito (previstas para los días 19 y 20 de noviembre) se completó con el roquero rosarino Coki de Bernardis.

En la luminosa del “Zamba del cielo”, que interpretó hacia el final, Páez se anima a comparar la vida con “un río de maravillas y de dolor”, y en esa mirada contemplativa y a la vez intensa se sumergen las composiciones de “Rodolfo”, donde el piano lo empuja a reencontrarse con su origen rockero y a la vez abre infinitas ventanas que sabe y sabrá explorar.