abril 19, 2008

ENTREVISTA y AUDIO PROGRAMA LA IDEA FIJA RADIO FM LA ISLA




Acaso por haberse empalagado con las mieles más dulces durante el descomunal éxito de El amor después del amor. Acaso por nunca haber desdeñado de la autoformación y de la reflexión sobre la obra propia y la ajena, terrenos que tan poco visitan sus colegas. Acaso por haber superado más de una frustración y no pocas puñaladas por cometer la incorrección de arriesgarse a arriesgar. Acaso por todo eso, y por haber sobrevivido para contarlo, Fito Páez es aún hoy, a más de 25 años de su desembarco consagratorio en Buenos Aires, una de las pocas voces lúcidas del pauperizado mundillo del rock en la Argentina.

Invitado por La idea fija, el programa conducido por Nicolás Kischner, Héctor Torres y Romina Ricci, mamá de la hija menor del músico y actriz de su última película, Fito alertó contra la "barbarización de la música popular" y vinculó la falta de creatividad con una falta de identidad: "somos un pueblo en búsqueda de la idea de nación."

Sugerente, pero muy duro, disparó contra el imaginario rockero posmenemista del trapo y el aguante y respondió a una crítica de la que conoce el aliento y el rechazo: "en fondo siento que es una falacia".

Reproducimos aquí algunos pasajes de una charla de dos horas, matizada con algunos temas en vivo, en la que el músico rosarino no rehuyó a ningún tema. Podés descargarte el programa en forma gratuita desde el Archivo de Radioeter.


¿Por qué no nacen solistas nuevos en el rock nacional? ¿Hay una crisis creativa?

Lo que sucede en la Argentina es bien complejo. De hecho, en estos días, el conflicto del campo es una forma interesante para espiar qué es lo que sucede en este lugar: somos un pueblo en búsqueda de la idea de nación. Porque esa nación no está constituida todavía es que estamos con estas tiranteces. Algo similar le pasa a la música popular, donde no se trata de suponer que en los años '90 desaparecieron los solistas o los grupos sino de la calidad de lo que se hace. Teniendo en cuenta que la Argentina fue un país de vanguardia mundial en lo artístico musical, sin ninguna duda, lo que alarma es la barbarización de la música popular, y que eso sea excluyente de cualquier otra expresión. No se trata de tener más o menos acordes; escapa a lo musical. Lo que sucede es que se han creado tribus, grupos que responden más a lo sociológico y que escapan a los hechos estéticos. El tema es que no conllevan una estética; o la estética que llevan empobrece más de lo que enriquece.

¿Por dónde creés que está la salida?

Hace unos días, en Rosario, Vargas Llosa dijo una cosa muy interesante: que América tiene grandes artistas y pocos pensadores. Es verdad. Hacen falta pensadores, tipos de acción que quieran ensuciarse las manos políticamente. Hablo de involucrarse más allá de la vida familiar y artística de cada uno; de un proyecto colectivo del que estamos carentes.

Al mirar tus más de 20 años de carrera, podría decirse que cuando la crítica te elogió el público no fue masivo y cuando fuiste muy popular los críticos te castigaron. ¿Cuál es tu relación con la crítica?

La relación con la crítica es por momento de una gran tensión, sobre todo cuando sos más joven y no tenés tantas armas para defenderte o no sabes dónde estás metido. Después, es más clara. Cuando la crítica ingresa a tu vida es realmente la mirada de los otros, sobre todo de ese otro que cuando firma en el diario es realmente la mirada de mucha gente. Y eso forma opinión y no es cualquier cosa. Pero hay que saber que eso es una fuerza muy importante con la cual tenés que aprender a vivir. Muchas veces te acaricia y muchas veces te examina de una forma superficial, muchas veces da en la tecla... Tenés que aprender a vivir, es casi una relación de pareja.

¿Cómo te influyen esas críticas?

El tema es más profundo… Por supuesto que tengo un gran respeto por el pensamiento crítico, pero tengo que decir que en fondo siento que es una falacia. Lo siento en el sentido de la crítica pensada como un instrumento de uso diario, para que el consumidor de tal o cual diario vaya o no vaya a gastar su pesito en tal o cual empresa de artistas que hace cine o teatro. Y que el diario o la tele sean quienes indiquen quién sí o quién no, me parece que es parte de una charla menor. Por otro lado, las obras no necesitan que las ataquen o defienda nadie porque se defienden solas.

Con las películas fueron mucho más duros que con los discos, ¿cómo lo tomaste?

Hay que pagar derecho de piso. Como cuando alguien entra en el barrio y pone un mercadito. La diferencia con el mercadito del barrio es que aquí es más peligroso porque no hay un valor en juego: lo que hiciste es realmente de corazón, pusiste todo en juego. Con mis películas siento que pasa algo así como "esto no se puede hacer por que venís de la música". Como si todo pasara por el aspecto económico o financiero.

¿Cuál fue la recepción de De quién es el portaligas, tu última película, por parte de la gente?

Es muy hermoso escuchar cuando se ríe mucha gente en el cine. Cuando ves que tiene rebote eso que pensás en la habitación. Es realmente muy lindo.

¿Cómo definirías el tema central del tus películas?

El tema de los dos films es la familia, vista de formas y temáticas muy diferentes. El tema son los vínculos.

¿Cómo trabajaste estas historias?

Como hago todas las cosas yo: sobre la marcha y en forma disparatada. No tengo estrategias. Yo no crecí ordenado, no fui hecho con esa madera. Uno no hace canciones para los discos. En un momento ves que todo eso se transformó en un disco y ya. Por supuesto que un guión de cine requiere mucho más diseño, te lleva mucho tiempo.

¿Cómo fue la segunda película, ya con algo de experiencia?

Hubo una gran libertad, en el sentido de que no había nada en que atarse. En cambio, en la primera, Vidas privadas, se dio el caso contrario. Tuvimos mucha libertad para hacer el libro, pero yo me sentía un elefante en una cristalería: era la historia argentina, los 30.000 muertos, las 30.000 familias rotas, la madre de Plaza de Mayo se acostaba con el hijo, el hijo mata al padre, era un Edipo montado en la historia argentina. Todas cosas con muchas asperezas. Otro tema de la primera película fueron las decisiones de edición, donde, por ejemplo, había un final que no dejamos, que fue cambiando a último momento por sugerencia de la editora de ese momento. Soy un artista entreverado como la época en la que crecí. A veces, esa libertad es extraordinaria porque te permite pegar muchas cosas diferentes y si las pegas con amor, vas a llegar a lugares muy interesantes.


Redacción: Federico Randazzo - Lucas Petersen
La idea fija se emite por Radioeter los jueves de 20 a 21 (ver repeticiones en Programación). Descargate la entrevista completa con Fito Páez de nuestro Archivo.






La desgrabación de parte del programa de Fito, más el archivo con el audio del programa entero ya están disponibles en http://www.eter.com.ar/contenidos/central_fito.html.
p/d ME PARECIO GENIAL LA IDEA DEFINIDA AQUI POR FITO (PARTE NEGRITA DE LA NOTA) carentes de un proyecto colectivo, que esperamos para hacer algo?

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

q lindo sandra que te haya nombrado al aire!!felicitacioness, y muy buena la notaa

Saludos

Emiliano

8:14 p.m.  

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