abril 25, 2008

Fito: "No me considero un buen escritor de canciones, sino un buen músico".Nota : Diario La Capital de Rosario 25/04/2008


Un rosarino en Madrid. Fito consideró que "auténticos autores de texto son Serrat, Sabina o Calamaro".


Madrid.- "Rodolfo" es el último álbum del rosarino Fito Páez. Pese a no haber sido editado aún en España, ya ha tenido repercusión en este país por ser un disco mucho más íntimo que ha grabado sólo con el acompañamiento de su piano. Páez llegó ahora a España para grabar un directo en ese formato, sin mayor parafernalia, en el que hará un repaso a toda su carrera. Será en Madrid, hoy, jueves 24 de abril, y estará acompañado en "una gran noche" por artistas de la talla de Ariel Rot, Gala Evora, Marlango y, su hasta ahora "enemigo íntimo", Joaquín Sabina. En una entrevista con el diario digital español 20minutos.es, Fito hizo un respaso de su producción artística.

-Ha pasado varios años de su vida en Madrid, ¿llevaba tiempo pensando en grabar en la capital de España?
-El tema es que acabo de hacer un disco sólo con piano (Rodolfo) y la verdad es que hace poco que firmé con mi discográfica actual. Como les gustó el formato, pues pensaron en hacer un trabajo en directo, pero que fuera un repaso de toda mi carrera. Me dijeron que dónde quería hacerlo y me puse a pensar: Río, Buenos Aires, Nueva York, Miami, La Habana, Madrid... y Madrid. Pienso que es una ciudad muy cercana por un montón de motivos y creo que puedo tener una hermosa noche aquí, en vivo, y dejarlo plasmado. Y así, de paso, sentir que hago una alianza definitiva con Madrid. Vamos, que vengo a casarme con la ciudad (risas).

-Siempre ha comentado que le gusta el bullicio característico de los conciertos de Madrid. Elegir un lugar como el Palacio de Congresos, ¿es para callarle la boca a la gente?
-Un poco (risas). En realidad, un concierto de piano y voz no se puede hacer en un garito con el cigarrillo, la cerveza y la gente hablando. Y a mí me gusta ese rollito de Madrid, que conste, porque es el ruido de la ciudad.

-Pues cada vez más gente pide silencio en sus conciertos...
-Eso no me parece bien, porque la ciudad recibe a los músicos en lugares donde se bebe y se fuma, y cuando se bebe y se fuma, se habla. Entonces, hay que saberlo. Yo disfruté de eso siempre cuando toqué aquí. Pero bueno, ahora quiero hacerlo en este otro formato, y el Palacio de Congresos tiene una gran acústica para ello.

-Estará arropado por diferentes artistas, (Sabina, Gala Évora, Marlango, Ariel Rot)... ¿este concierto va a ser muy diferente a los del resto de la gira?
-Colaboraciones a un lado, más o menos. Aunque en el resto de ciudades tocaré más temas de Rodolfo. Lo de Madrid va a ser más un repaso, que también está muy bien. Es algo que no he hecho en mi tierra, Rosario, por ejemplo.

-Un día después del concierto se presenta en España su última película, ¿De quién es el portaligas?...
-Sí, aunque de momento no se va a estrenar en el cine, se va a hacer una proyección de la película.

-Es una comedia, ¿no?
-Sí, pero con su puntito de emoción al final.

-Llegaba a casa de los rodajes agotado y... ¿de ahí salió Rodolfo?
-(Risas) Sí. Llegaba agotado de las sesiones y me relajaba con el piano, y de ahí comenzaron a aparecer estas melodías. En España saldrá probablemente después de que editen el directo.

-Pues yo lo acabo de comprar...
-¿Aquí?

-Sí, se ve que en alguna tienda ya lo han importado
-(Risas) yo se lo decía a los de la compañía, que la gente lo escucharía a pesar de que no estuviera editado.

-¿Cómo se combinan dos carreras tan absorbentes como la música y el cine?
-La verdad es que no hay una fórmula. Por un lado, cuando haces una gira tienes bastante tiempo libre en el hotel que puedes dedicar a escribir. Pero cuando te metes en un disco o en una película es imposible dedicarte a la otra cosa.

-Pues ya son ganas de trabajar...
-(Risas) y qué vas a hacer en una habitación solo todo el día. Tampoco puedes andar recorriéndote todas las ciudades, que la mayoría ya las conozco. Ni te puedes ir de copas todas las noches... y además me gusta mucho escribir, con lo que es buen momento para aprovechar.

-Se dice que los artistas no acaban un proyecto y ya piensan en otro, ¿tiene algo ya a la vista?
-Pues sí, estoy trabajando en dos guiones y estoy trabajando en un próximo disco. Hay algunas cositas que ya tengo hechas. Y criando dos hijos, ¿eh? (risas).

-¿Para usted es tan importante la música como la letra?
-La respuesta correcta debería ser sí...

-Pero...
-Pero no quiero mentir, me gana la música. Incluso, no me importa que se entienda la historia de la canción. Eso sí, las consonantes, las vocales... todo tiene que sonar bien. Ha de haber un swing musical, no me importa si tiene sentido.

-¿No se considera entonces un autor de texto?
-No, de texto son Sabina, Serrat, Calamaro... por supuesto que hay una melodía, pero trabajan mucho el texto. A mí me pasa lo contrario, me dedico más a la música. No me considero un buen escritor de canciones, sino un buen músico que tiene la canción de forma. Siempre me gana la música. En este disco (Rodolfo), no especialmente, porque lo hice todo a la vez, algo que no hacía desde tiempo atrás.

-¿Es similar componer una canción con hacer un guión de cine?
-El guión de cine es como hacer el disco y la secuencia es como hacer una canción.

-¿De qué fuentes ha bebido Fito Páez?
-De todos los vinos que he conocido (risas). Musicalmente, supongo que de todo lo que me enseñó mi padre, la música contemporánea de los años 60. Lo que quedaba del jazz, del bebop... cosas tan variadas como Oscar Peterson, Coltrane, Parker, Piazzola, Jobim... mi padre era un administrativo municipal, pero tenía un gusto musical exquisito. Aunque también era la música de la época, un trabajador de clase media que tuviera un poquito de oído escuchaba a Jobim. Y, por supuesto, también he bebido del rock en castellano. Sobre todo yo descubro a Charly García y Spinetta, eso fue clave.

-Y un día se le presenta Charly García tras un concierto, cuando usted tocaba con Baglietto...
-Yo no me lo podía creer. Es como si se te presenta Prince o los Rolling Stones. Encima, a los dos meses me llamó para tocar con él, fue increíble porque no era ya tocar con un ídolo, sino con un genio. Era como ir al taller de Picasso o de Rodin. Verle armar la música, con ese nivel de precisión y de claridad...

-¿La música que más vende es la mejor?
-Igual haría falta un musicólogo para responder esta pregunta, pero yo creo que no. La democratización tecnológica ha hecho que todos podamos hacer música, algo que me parece fabuloso. También ha estandarizado las ideas, sólo hay que ver los presets de los teclados y las máquinas de ritmo. Pero el ingenio y la originalidad de cada uno está claro que ya no son lo mismo. Creo que ahora estamos muy lejos de la de calidad y originalidad que había en los 70. Es otro siglo, de hecho (risas).

-¿Hay crisis musical en Argentina?
-Sí, hay mucha producción de gran calidad que no está en las radios. Están ahí, haciendo cosas maravillosas, pero no se les escucha. Y no estamos hablando de músicos de canción protesta que estén peleados con el mundo, precisamente.

-El Amor después del Amor vendió unas 750,000 copias en su país... ¿en qué cifras se mueve ahora un grupo puntero allí?
-En unas 100.000 copias; 150.000 con mucha rabia.

-Para usted, ¿cuál es su mejor disco?
-Voy a decir El Amor después del Amor, para ponerlo fácil.

-Vendió algo menos, pero Circo Beat es un trabajo que...
-A mí me gusta más (risas). Lo que pasa es que explicarlo es complicado porque habría que entrar a razonar cada disco. En cualquier caso, El Amor después del Amor me parece un álbum modélico.

-¿Se queda con su vena más rockera o con la más íntima?
-Lo que salga. Ahora me darán ganas de hacer un disco eléctrico porque voy a tener el empacho de estar solo durante un año.