mayo 23, 2008

Rosario, hay que aprender esta Letra


ESPERAMOS ESTA CANCIÓN EN ROSARIO EL JUEVES QUE ES EL DÍA QUE YO VOY.
Y BIEN POTENTE PORQUE ESTARÉ BIEN ARRIBA.


EL FANTASMA CANIBAL Y LA NIÑA ENCANTADA DE CIUDAD DEL CABO
El fantasma caníbal
y la niña encantada de Ciudad del Cabo
hicieron buenas migas,
bajo el sol agobiante, del sol tropical
En un cruce de rutas trágico y fantástico,
sobre el fin del mundo se juraron hermanos,
ante el África inmensa y la nada glacial
Y así el fantasma enano
que fue amurallado en vida real,
soñó venganza eterna para toda la tierra
y hasta no lograrla jamás descansar

Se cuenta que un día desangró a una niña
en un matadero cerca del parral
Desde dónde ojeaba como aquella niña
besaba a un mancebo de nombre Marcial
Y así fue su marcha desde ese día
en Ciudad del Cabo nada volvió a entrar
Lo enterraron vivo, ladrillo a ladrillo
La niña encantada dejó de temblar
y se fue despacio encantando a todos
Los ojos abiertos llenos de bondad


él comió cabezas de ranas, de monos,
ojos de jirafas, madres del Brasil
Almas como ratas, flores y mandriles
Yeguas con cabezas llenas de trotil
Devoró los ríos, todas las quebradas
desde Punmamarca hasta Panamá
Trituró los dientes, las extremidades,
los páncreas infectos y la soledad
de todas las guerras
Y las libertades, falsas, irreales
Borró cada oscuro vestigio de paz
y en los cementerios vomitó en los muertos
Para así limpiarse y volver a empezar
a comer la angustia de los fugitivos
malos destinos por siempre jamás.

Pasaron los años y el fantasma enano caníbal
no tuvo nada que comer
se encontró tan solo, tan desamparado
que lloró un minuto, y no por compasión
sino porque nada es para siempre
Mientras eructaba dulce tiburón.

Durmió nueve siglos
y una madrugada despertó exaltado,
lleno de emoción
La niña encantada de Ciudad del Cabo
le brindó su leche, le brindó ilusión
Ella había esperado bajo un mastodonte
besar al caníbal y hacerlo feliz
Caminaron juntos ciudades vacías
cerca de la orilla, cercanas al fin
Entonces fue encantado por esa mirada
a la que le dió vida un día de abril

Y murió eternamente el fantasma caníbal
La niña del Cabo tuvo así que atarse
en una buhardilla de un techo en París
Cuando el lobo aúlla su furia infinita
se huele un aroma perfecto y sutil
es ella agita su turbia melena
sobre aquella enana venganza de abril.


Este tema fue presentado por Fito en Morocco, mas o menos asÍ.... "Un dÍa cae a mi casa un amigo de Cañada de Gómez (cerca de Rosario), Coki, que es un gran músico y poeta, y me pide alguna letra.. Yo tenía este papel imposible tirado por ahí, y él a los dos meses volvió con la música hecha". De este forma Fito presentó el tema, una letra muy larga que cuenta una increíble y genial historia de amor. Al principio comienza tipo un pop/balada, y cuando llega a la parte de "el comió cabezas" se pone bien pesado, tipo "Ciudad..." para luego volver a calmarse sobre el final... Muy emotivo, y una letra que no da lugar a perder ni un detalle. Este tema, que se esperaba apareciera en el disco de Fito, al final apareción en el disco de Coki Debernardi. El título del CD es "Mi parrillada", por "Coki & The Killer Burritos",.

El fantasma caníbal
y la niña encantada de Ciudad del Cabo

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Yeguas con cabezas llenas de Clotil (¿?)

Esa palabra no es clotil sino trotil.
Saludos, muy bueno lo tuyo.

7:26 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

Ahí va la letra entera cantada por Coki en el cd Mi Parrillada.

El fantasma caníbal
y la niña encantada de Ciudad del Cabo
hicieron buenas migas,
bajo el sol agobiante, del sol tropical
En un cruce de rutas trágico y fantástico,
sobre el fin del mundo se juraron hermanos,
ante el África inmensa y la nada glacial
Y así el fantasma enano
que fue amurallado en vida real,
soñó venganza eterna para toda la tierra
y hasta no lograrla jamás descansar

Se cuenta que un día desangró a una niña
en un matadero cerca del parral
Desde dónde ojeaba como aquella niña
besaba a un mancebo de nombre Marcial
Y así fue su marcha desde ese día
en Ciudad del Cabo nada volvió a entrar
Lo enterraron vivo, ladrillo a ladrillo
La niña encantada dejó de temblar
y se fue despacio encantando a todos
Los ojos abiertos llenos de bondad

---
él comió cabezas de ranas, de monos,
ojos de jirafas, madres del Brasil
Almas como ratas, flores y mandriles
Yeguas con cabezas llenas de trotil
Devoró los ríos, todas las quebradas
desde Punmamarca hasta Panamá
Trituró los dientes, las extremidades,
los páncreas infectos y la soledad
de todas las guerras
Y las libertades, falsas, irreales
Borró cada oscuro vestigio de paz
y en los cementerios vomitó en los muertos
Para así limpiarse y volver a empezar
a comer la angustia de los fugitivos
malos destinos por siempre jamás.
---

Pasaron los años y el fantasma enano caníbal
no tuvo nada que comer
se encontró tan solo, tan desamparado
que lloró un minuto, y no por compasión
sino porque nada es para siempre
Mientras eructaba dulce tiburón.

Durmió nueve siglos
y una madrugada despertó exaltado,
lleno de emoción
La niña encantada de Ciudad del Cabo
le brindó su leche, le brindó ilusión
Ella había esperado bajo un mastodonte
besar al caníbal y hacerlo feliz
Caminaron juntos ciudades vacías
cerca de la orilla, cercanas al fin
Entonces fue encantado por esa mirada
a la que le dió vida un día de abril

Y murió eternamente el fantasma caníbal
La niña del Cabo tuvo así que atarse
en una buhardilla de un techo en París
Cuando el lobo aúlla su furia infinita
se huele un aroma perfecto y sutil
es ella agita su turbia melena
sobre aquella enana venganza de abril.

7:50 p.m.  

Publicar un comentario

<< Home