junio 30, 2008

Nota: El universal.com 30/06/2008

Un adulto y un joven en la escena de Fito Páez

El artista cantó sus clásicos y nuevos temas, en el Aula Magna de la UCV
ÁNGEL RICARDO GÓMEZ

EL UNIVERSAL

Era como estar en la sala de su casa. Faltó vino para brindar, pero Fito Páez lo hizo con agua y además con la música que le sobra. Solo, con su piano, ofreció como abreboca una bella pieza instrumental. Parecía decir en cada acorde: "Gracias", "¡Me encanta estar en Venezuela!", "Bienvenidos". Después las palabras: "Espero que hayan venido preparados para el concierto que cargo".

Vestido de traje y corbata, el formalismo del adulto Rodolfo no chocó con el desparpajo del joven Fito, quien no dudó en decir que los "bichos" de la luz se le estaban metiendo por la nariz o cantar con su guitarra, "¡En esta puta ciudad...!", de Ciudad de pobres corazones.

El tema 11 y 6 fue el primero que cantó y de inmediato arrancó el acompañamiento de los fanáticos que asistieron al llamado de este fin de semana, en el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela. El cantautor rosarino compartiría con su público clásicos de su repertorio con algunos de su nuevo disco.

Fue así como se dejaron colar temas como Eso que llevas ahí, Dos días en la vida, Gloria, Creo, Un vestido y un amor, Al lado del camino, La rueda de mágica y Detrás del muro de los lamentos, con temas de su CD Rodolfo (2007) como Sofi fue una niña de papá, Vas conmigo y El cuarto de al lado.

El adulto está consciente de que debe ir preparando el terreno a la generación de relevo. Fito presentó a su compatriota, Coqui Bernardi, quien colocó la música a un curioso tema llamado El fantasma del enano caníbal, interpretado por el "apadrinado". El guitarrista acompañaría a Fito en varios temas.

Era el joven que salió de Rosario sólo con su música, junto al hombre de 45 años, dos hijos y la sabiduría que eso conlleva. En un mismo escenario, el rockero que no le importa lo que piensen o dejen de pensar de él, pero también el adulto respetuoso de su público, incapaz de mandar a apagar los flashes que titilaron en todo momento y que replica a un fanático del público: "¡Gracias a vos, loco! Imagináte que yo ando por la vida tocando mis canciones, gracias a vos".

Con el "Chao, hasta mañana" de A rodar la vida, todo parecía acabar. Fito salió del escenario y el público de pie pedía otra. Casi cinco minutos pasaron antes de que se encendiera de nuevo el seguidor y apareciera de nuevo el artista, ahora vestido de negro. Hacía señas al público para que hiciera silencio, iba a tomar la palabra... De pronto, la voz a capella del artista puso a prueba la excelente acústica del recinto universitario. "Como un documento inalterable / Yo vengo a ofrecer mi corazón", cantó Fito en el momento más emotivo del concierto.

Tras dejar su corazón en escena, cantaría Recuerdos que no voy a olvidar, Dar es dar y Cable a tierra, para finalizar con uno de sus temas más conocidos, Mariposa Technicolor.

agomez@eluniversal.com