julio 25, 2008

“El cine latinoamericano no existe”


La Nación.cl

Julio 25, 2008
Entrevista a Fito Páez

El músico fue juez de la edición 2007 del AXN Film Festival, que hoy prepara su segunda versión. Desde su gira “Rodolfo”, se decide a conversar sobre la importancia de apoyar el talento de noveles cineastas en la semilla por excelencia de la experiencia en filme: el cortometraje.
Fito Páez se tira a la piscina cuando puede. Junta dinero haciendo discos y conciertos y se lo gasta en una pasión que no siempre ha tenido la mejor mirada de la crítica. Pero si fuera por el juicio de otros Páez tendría que haberse detenido hace tiempo. Sin embargo, nunca lo ha hecho, persevera y suele tener éxitos. Aquí, el músico nos entrega una mirada de la filmografía latina. Pero no es una casualidad, Páez fue jurado en un festival de cortometrajes y con esa tribuna hoy decide hablar del ese séptimo vicio.
-¿Cómo definirías cada una de tus películas?
-"La balada de Doña Helena", mi primera película, es una historia basada en un realismo mágico moderno, específicamente en la década de 1990: Una mujer que aparece en un lugar y se lleva las almas de los hombres para dárselas al diablo. La segunda fue "Vidas privadas", una especie de estudio sobre el cine, en el sentido que si pensamos el cine como un lenguaje, puede abarcar un montón de posibilidades y esta película tocó muchos temas: La vida política argentina, que también es la vida del mundo, el melodrama y la tragedia. Finalmente "¿De quién es el portaligas?" es un relato muy almodovariano. Yo creo que es una pequeña copia.

-¿Cuáles son tus mayores influencias y cómo actúan sobre tu trabajo?
-La verdad es que no lo sé, muchas veces la gente se pone "ampulosa" en estos aspectos, y hablas de Visconti, de Almodóvar y de John Ford. En realidad no lo sabes: No sabemos nada de eso. De las cosas que nos influencian no sabemos nada, porque creo que si fuéramos conscientes de eso, yo creo que ni nos animaríamos a estar detrás de una cámara.
-¿Qué identifica el cine latinoamericano?
-Nada, porque no hay cine latinoamericano. Afortunadamente hay personas en Latinoamérica que se atreven a hacer cine, y en este caso el AXN Film Festival demuestra que hay muchos jóvenes intentándolo y haciendo las cosas bien.
-¿Qué elementos son totalmente determinantes para que un corto sea malo o bueno?
-Recuerdo una frase muy linda de Godard que decía "el cine es una idea" y ese es el centro del arte cinematográfico. Si un cortometraje no tiene una buena idea como punto de partida, puede ser la causa de su destrucción.
-¿Qué importancia tiene el cortometraje en la formación de un cineasta?
-Es fundamental. El cortometraje es el relato más resumido sobre el cual se puede fundar después una idea más sofisticada para hacer un medio o un largometraje. Es el primer ladrillo. Nunca me gustó que me dieran consejos pero para un joven cineasta, lo más importante es afilarse en el cortometraje primero para después abarcar ideas más desarrolladas.
-En este sentido, ¿qué opinas sobre el AXN Film Festival?
-Me parece excelente, porque es un espacio donde se pueden hacer cosas que no están en otro lugar. Entonces cualquier espacio en el cual la gente se pueda desarrollar, hay que celebrarlo Me da la sensación de que los cineastas que participan en el Festival son gente joven, que está intentando sus primeras armas con el cine, por supuesto hay cosas muy valiosas, rescatables y las semillas de ideas excelentes para largometrajes.
-¿Qué características debe tener un cortometraje para que sea inolvidable?
-Siempre cuando te interesa algo, la mayor preocupación, es que ese algo te agarre de los huevos y eso lo debe lograr un buen cortometraje. El cine es un lenguaje que está muy bien dónde está y que en algún momento nos va a permitir a las personas que estamos peleando para hacerlo, ingresar allí. El que lo logra, ese es el que crea algo inolvidable.
-¿Qué consejos le darías a un cineasta que esté comenzando?
-Ninguno. No me gusta dar consejos ni que me los den: solo se que hay que jugársela y lograr una idea poderosa. De allí a convertirse en un buen director hay un paso intuitivo.