marzo 21, 2009

Noche de ensueño con Fito Páez


20/03/2009 20:09 (-6 GTM)

PAPANTLA, Ver. / EL UNIVERSAL - El clamor fue generalizado. El nombre de Fito Páez paseó por los alrededores del Nicho de la Música, pero no lo hizo solo, también lo hizo, pasear, la legendaria figura del Flaco argentino su mal genio y su séquito de seguridad. Nadie lo pudo ver de cerca, “no sea que lo vayan a molestar”, dijo un cancerbero.
Se notó la diferencia de público. Mientras que con Zoé y Babasónicos una noche antes, todo fue juventud, algarabía y ríos cuadalosos de cerveza, bailes frenéticos, con Fito todo fue gloria espasmódica, treintones que disfrutaron del olor a hierva selvática y riachuelos de chela.
A un costado del escenario, desde donde se veía bien al artista —que vistió traje negro y playera blanca, tenis del mismo color—, eran más notorias las innumerables gesticulaciones con las manos y la cara del argentino.
Gritos, reclamos, movimientos negativos con la cabeza, palabras de “despierten, despierten”. Todo buen neurótico es perfeccionista por naturaleza, y Fito saca 10 en esa materia. A todos regañaba, pedía más sonido “para las voces, de él y el de la guitarra”.
Luego de un solo de piano, Páez reventó la noche y surgió volcánico de entre sus teclados para deleitar con Polaroid, Al lado del camino, 11 y 16, Circo Beat, de las más laureadas, Ciudad de pobres, A rodar mi vida.
Se fue y el escaso pero muy escandaloso público lo devolvió con el grito de batalla por estos lares veracruzanos: “Oe, oe, oe, oeee, Fitoooo, Fitooo…”
Retornó y dijo “sí, todos nos lo merecemos”. Dar es dar y por supuesto Mariposa technicolor culminaron una noche de ensueño para estos pocos privilegiados.