mayo 30, 2009

DIARIO CRITICA DIGITAL


AUTOCELEBRACIÓN DE FITO PÁEZ
Con el pasado real, con el futuro como libertad
El consagrado músico actuó junto a Coki & The Killer Burritos en el Luna Park. Un divertido festejo con viejos amigos. Osvaldo Bazán


Mi pasado es real, el futuro es libertad”, escribió Fito Páez en Circo Beat, hace ya quince años. El pasado como dato ineludible –imborrable pero también necesario– a la hora de pensar y pensarse hacia delante. Sin nuevo trabajo discográfico para presentar (lo último, de 2008, había sido No sé si es Baires o Madrid, versiones en piano de grandes éxitos de todos los tiempos, con invitados internacionales) los dos encuentros del cantante con su público en el Luna Park fueron más una divertida celebración con viejos amigos –arriba y abajo del escenario, no casualmente se refirió al público como “compañeras y compañeros de viaje”– que un show en donde el concepto “novedad” tuviera alguna importancia.

De hecho, el único tema nuevo fue usado para abrir el recital. Es el que compuso para la tira Tratame bien (otro dato autorreferencial, el programa está protagonizado por su ex esposa, eterna musa, Cecilia Roth). En este paseo por el pasado, tampoco es casual que Fito no tenga banda propia y use la de su casi hermano Coki de Bernardis, Coki & The Killer Burritos. En los últimos tiempos Coki significa el lado más rockero de Páez, lo cual no deja de ser paradójico si se tiene en cuenta que la relación de ambos nació cuando Páez eligió a Punto G, la banda de Coki en 1986, como la mejor de un concurso organizado por la ex CBS en Rosario.

Hubo homenaje a la década del 60, con el sonido hammond original, y, especialmente a la década del 80, como campo de experimentación y alegría. Algo del espíritu new wave, algún ingenuo aire dark aparecieron por el escenario del Luna Park y aquel viejo éxito “Taquicardia” fue cantado con alegría por algunos cuarentones que recibían la mirada divertida de sus hijos, poco habituados a ver a sus padres así. Aquel rock’n roll es en el que Fito se movió cómodo y llamó para que lo acompañase a Juanse con quien hizo una versión bluseada de “Naturaleza sangre” y un hit de Ratones Paranoicos, “Girando”. Quedó claro además que el personaje Pomelo de Peter Capusotto no es una caricatura de Juanse. Juanse es la caricatura de Pomelo.

En esa autocelebración de un pasado real no podía faltar “11 y 6”, una canción que ya cumple 25 años y como si nada. Y el pasado real se hizo presente en su esencia. Fue cuando Fito invitó a Juan Carlos Baglietto, recibido con una ovación, y compartieron “Contigo” (de Sabina, “ésa era amiga tuya”, recordó Fito a Baglietto). Ahí vino entonces el momento que explicó la noche. “La vida es una moneda”, uno de sus primeros éxitos juntos, el punto de partida.

El rescate de una rosarinidad exacerbada (además de la banda de Coki, aparecieron Carlos Vandera y Gonzalo Aloras, presencias habituales en la escudería Páez), la invitación a Fabi Cantilo y las constantes referencias al paso del tiempo demostraron que el músico, en etapa whitmaniana, se canta y se celebra y como el poeta yanqui, sabe que “todo cuanto es mío también es tuyo”.

Es de esperar que, consolidado el pasado, vuelva a mirar al futuro donde –esperemos– aguarden algunas nuevas buenas canciones.