julio 10, 2010

chapó! Gran Canaria

Fito Páez provocó el delirio del público grancanario en su actuación en el auditorio Alfredo Kraus. i ADOLFO MARRERO
No hacían falta butacas
Fito Páez dio su primer concierto en Las Palmas de Gran Canaria con la fuerza suficiente para no ser nunca olvidado, y siempre anhelado. Aquello fue un espectáculo
BORJA VALCARCE El delirio de los asistentes fue la tónica general del concierto con el que Fito Páez clausuró la VII edición del Arrecife de las Músicas en el auditorio Alfredo Kraus. Si hubiesen quitado las sillas y dejado al público de pie hubiesen acertado de pleno.
Fito Páez dio su primer concierto en Las Palmas de Gran Canaria con la fuerza suficiente para no ser nunca olvidado, y siempre anhelado. Aquello fue un espectáculo.
Tocó 26 canciones de su repertorio durante más de dos horas, y los asistentes se quedaron con ganas de más Fito y más música. Su rock alternativo, repleto, por momentos, de notas psicodélicas estuvo a la par del uso magnífico que hicieron de las luces. Con ellas, y junto con la montaña rusa en la que se convirtió el acto, Fito logró llevar al público desde la tranquilidad hasta la tensión, y así una y otra vez.
Comenzó con uno de sus clásicos, Folis Verghet, que con su fuerza consiguió despertar las ganas de fiesta del público. Es de resaltar que su entrada la realizó bajo los acordes trágicos del órgano de la sala sinfónica del auditorio, ante una sala a oscuras. Fito, como siempre, sorprendió a todos.
Con la maravillosa interpretación de Circo beat la gente se levantó y comenzó el baile. Si Fito podía estar danzando por el escenario, aporreando su Fantom GB y moviendo la cabeza como un poseso por qué no iba a poder hacerlo el público. Momento culmen. A partir de ahí Fito se gustó más que nunca, y dio lo mejor de sí. Al final, tras más de diez minutos de aclamaciones y silbidos la gloria argentina volvió para obsequiarnos con una versión de Yo vengo a ofrecer mi corazón a cappella inolvidable. Mención aparte el gran trabajo de la banda. Chapó.