julio 03, 2010

Esta noche nos vemos Fito


El argentino será el encargado de cerrar el Concierto de las Independencias


Fito Páez conversó ayer en horas de la noche con la prensa sobre música y sobre su nuevo trabajo. El rosarino, que será el mayor atractivo del concierto central del Iberoamericano esta noche, habló de todo un poco y como siempre, dejó un poco de sí en Medellín.

Como el pibe triste y encantado de Beatles, Caña Legui y Maravillas que nunca ha dejado de ser, Fito, fresco y radiante, arribó al Palacio de Exposiciones con el mismo pelo rebelde de siempre, aunque más ceniciento, calzando unos gastados converse blancos, con los que parece haber cruzado La Pampa y Tucumán de un extremo al otro, y con una chamarra a medio acomodar que pareció gritar, aunque no podía, que como dice una canción que hace mucho cantó, él, efectivamente, una vez se fue de casa a tocar rock & roll y no volvió nunca más.

Y no volvió nunca más, porque Fito, aunque no quiera, dejó de ser de Rosario hace mucho tiempo para ser del mundo, para pertenecer un poquito a todas esas ciudades que han coreado sus canciones y vibrado con los furiosos acordes que le arranca al piano, a esa “mezcla de yegua y diván, refugio, lengua y fusil” que lo ha acompañado incluso desde antes de nacer, porque como bien recuerda Fito cada vez que puede, esa “vena musical” le viene de familia, de su mamá, que fue una “extraordinaria pianista” y de su papá, un melómano romántico enamorado eternamente de las notas, los compases, las armonías y los sonidos.

Ese fue el Fito que ayer se dejó ver en la rueda de prensa que ofreció para los medios antesala al Concierto Iberoamericano de las Independencias que él cerrará con broche de oro esta noche en la calle San Juan. Con más de una hora de retraso, que a nadie pareció importarle porque a un grande como Fito bien puede esperársele, apareció finalmente Fito sonriente y jovial, desparpajado y desenfadado, pidiendo un cigarro y un encendedor y acomodándose en la silla dispuesto a responder las preguntas de los medios nacionales que no se hicieron esperar.

La primera pregunta lo hizo sonreír “y cómo ve a la selección contra Alemania”, “sé poco de fútbol, me gusta, lo jugaba de chico me emociona, pero sé poco”, respondió el rosarino, en su estilo de siempre, directo, desenvuelto y como se dice en Colombia, “directo al grano”. Después, la reunión con Fito fue prendiendo motores y ante la pregunta “cómo considera usted su aporte a la música de Iberoamericana respondió, “la valía de lo que hago la ubicarán la historia y los musicólogos (...) el tiempo pone todo en su lugar”, sentenció, y se refirió, además, brevemente a los de siempre, a Charly y Spinetta como sus grandes referentes musicales además de la música popular contemporánea americana, incluido el folclor.

Fito, como un autoridad indudable en las músicas de la región, reflexionó en torno al futuro de la música latinoamericana y de qué podrán hablar en el futuro las canciones en la región y en el mundo, “hace un tiempo Caetano generó una polémica en Brasil, dijo que había demasiadas canciones en el mundo (...) yo no concuerdo con él, creo que la canción lo toca todo, cuando alguien canta una canción da la sensación como si estuviera robando un banco, sentís que te descubrieron y ese sentimiento va a perdurar en la canción porque es un pequeño tesoro de la humanidad. Nos podemos sentir orgullosos de que creamos una maquinita emocional de cinco minutos, a veces más larga y a veces más corta que conmueve. Me parece que eso va a seguir funcionando de una u otra manera”.

Sin embargó, afirmó que indudablemente la música y las canciones sufrirán cambios trascendentales con la llegada de los nuevos medios de circulación de la misma, “ahora, el internet ha democratizado mucho a las canciones, entonces posiblemente haya una explosión de ideas allí en la red que todavía no conocemos, estamos en el centro del huracán tecnológico y emocional y ya veremos el tiempo qué hace con eso, creo que no hay nada nuevo bajo el sol y eso va a seguir funcionando”.

Seguidamente, Fito habló sobre los “artistas de laboratorio” esos que se hacen en oficinas de marketing, “lo primero es no llamarlos artistas, eso es un error”, afirmó Fito ante el aplauso de los asistentes. Habló sobre las nuevas preguntas que genera y la necesidad de la crítica ante esta oleada de oferta. “Está bien que haya diversidad, el mundo se trata de eso”.

Habló sobre Confiá, y el cómo se elaboró en tres ciudades y como partió de recoger acordes y partituras de aquí y de allá, y sin lugar a especulaciones, explicó que Confía se llama así porque justamente así surgió, como un acto de confianza porque se hizo sin saber qué iba a salir, sólo “confiando”.

Sin adelantar más sobre el concierto de hoy, y sólo augurando que “allí nos veríamos” Fito, sonriente, se alejó del Palacio de Exposiciones esperando cumplir puntual la cita que esta noche tendrá con más de 50 mil personas en San Juan.