noviembre 12, 2010

GUADALAJARA, DIARIO MURAL.

Guadalajara, México (11 noviembre 2010).- Es tanta la confianza que Fito Páez derrocha en el escenario que anoche, en el Teatro Diana, osó arrancar con furia el diablo a los corazones de casi 2 mil acólitos tapatíos, y a cambio se los llenó de cantos a la belleza, la soledad, el tango y a la capacidad de dar.
El cantautor, quien celebra 30 años de trayectoria y presentó en Guadalajara se reciente disco Confía, hizo florecer los sentimientos más puros y dignos de aquellos "fitofilílicos" que gozaron con temas de su extensa trayectoria y unos cuantos de lo nuevo.
Con un atuendo de corte angelical, de un blanco deslumbrante, y al frente de un piano teñido sin ton ni son con colores pasteles, Páez arrancó la velada con "Folies Verghet", para seguir con el primer sencillo de su última obra, "Tiempo al Tiempo".
La promesa de amor del músico no fue eterna, pero sí al menos de una pasión desenfrenada con miras de un concierto de más de dos horas.
"Qué lujo volver a pisar Guadalajara, buenas noches. Tendremos un concierto largo con varias canciones que nos sacaron adelante", expresó apenas comenzaba.
"Llueve sobre Mojado", el himno de furia contenida que solía cantar con Joaquín Sabina en Enemigos Íntimos, acabó por poner rumbo al cielo a los presentes, quienes se desgarraron aún más con "La Rueda Mágica", que fue coreada con energía.
"Sí canta Guadalajara, ¡eh!", reconoció Páez.
Pero Fito es también un héroe del desplante actuado, pues abandonó su música unos instantes para abrocharse las agujetas de sus zapatos marfilados, hecho que ocasionó risas tímidas en más de uno.
En "Circo Beat" bailó y serpenteó su estilizada figura, para después recorrer la pradera de su "Bello Abril" en pleno frío noviembre, y acabar de clavar sus alfileres en la audiencia con "El Diablo de tu Corazón" y "Naturaleza Sangre".
A esas alturas ya las vibras eran incontenibles, Fito demostró que le gusta abrir su ojos y estar completamente vivo con "Al Lado del Camino", lo mismo que en "Ciudad de Pobres Corazones", instante en el que ya había metido al redil a los más reacios, y los había puesto, si no a cantar, sí a mover las cabezas con cadencia.
No sólo el Diana gozaba el idilio, también Páez parecía pasársela bien, y lo demostró cuando en "A Rodar mi Vida", uno de las mejor entonadas —y no por la gracia de aparecer en un anuncio de coches—, se atrevió a modificar la letra y decir "cuando me di cuenta estaba vivo en Guadalajara".
El encore cumplió con lo pactado al comenzar el recital, con un outfit más ligero, de pantalón de mezclilla, saco azul y camisa polo roja, el compositor sacó un "Cadáver Exquisito" de la chistera y luego un homenaje a Armando Manzanero con "Esta Tarde Vi Llover".
Un cierre de ensueño, tras casi dos horas, pues "Dar es Dar" pintó de positivismo el camino de salida, antes de que el cantante se convirtiera en una "Mariposa Tecnicolor", que dejó la atmósfera de la Ciudad impregnada de su aroma, de finas elaboraciones musicales y de un exceso de optimismo.