junio 27, 2011

Sábado en Costa Rica.

Un atrevido Fito Páez cautivó el sábado a sus seguidores en Costa Rica
Páez dio concierto para no olvidar
¡Qué bárbaro! Los fans que fueron el sábado al teatro Melico Salazar vibraron con un gran show. El argentino hasta cantó a capela

Keneth J. Rojas B. keneth.rojas@nacion.com 10:54 a.m. 27/06/2011
Los hermanos Jorge y Andrés Vargas, junto con su amiga Paula Morales, llegaron el sábado desde las 3 p. m. a las afueras del Teatro Popular Melico Salazar.
Ellos encabezaron las filas para lo que sería el primero de dos conciertos que el cantante argentino Fito Páez ofreció el fin de semana en nuestro país.
“Nos vinimos temprano porque nos dijeron que en el segundo piso no es numerado”, explicó Andrés, al tiempo que Paula decía: “Sí, valdrá la pena tan larga espera”.

A las 8:26 p. m., la premisa de la joven herediana comenzó a convertirse en toda una realidad, cuando el sudamericano saltó al escenario y, sin decir mayor cosa, se sentó en el piano para que sus manos comenzaran a generar “magia” musical en un recinto abarrotado.
Minutos antes, desde el punto más alto del teatro se escucharon un par de gritos de “¡Fito!”, y de seguido, el público comenzó a calentar la noche con aplausos a la espera de su ídolo.
Diez minutos sobre las tablas, con un repaso rápido de algunos de sus principales éxitos, bastaron para que los seguidores provocaran un diluvio de palmadas y elogios para alguien que demostró que, en esto de la música, son suficientes 20 metros cuadrados para hacer vibrar a cualquiera.

Llueve sobre mojado y Pétalo de sal formaron parte del repertorio, con interpretaciones que dejaron escuchar al músico decir: “¡Así canta San José”, y “¡Qué bien que estamos cantando hoy!”.

La presentación incluyó también otros hits, tales como Desarma y sangra, Al lado del camino y Ciudad de pobres corazones.

Pero fue con Un vestido y un amor –muy coreada por cierto– con la que Páez marcó un gran momento para sus seguidores.
El argentino se levantó de su silla, olvidó por un par de minutos su piano y de pie, se dedicó a escuchar al teatro. Al mejor estilo de un director de orquesta, guió a sus fans durante toda la canción.
Ya de vuelta en su piano, el sudamericano dedicó las partituras A rodar mi vida, para que, a las 9:35 p. m. –luego de una hora y 10 minutos de concierto– expresara la despedida. “¡Hasta mañana!”, fue lo único que dijo, antes de salir de escena.

El teatro se convirtió en lo más parecido a un estadio de fútbol.
Todos, en una sola voz, comenzaron a corear el infaltable y muy conocido “Oe, oe, oe, oe... Fito, Fito.... Oe, oe, oe, oe”.
Mucho más. Y del futbol se pasó al baloncesto, pues los espectadores comenzaron a sonar el piso del teatro con sus pies, al tiempo que llamaban al cantante con un conglomerado de ruidosas aclamaciones y aplausos.
Ya con otro vestuario, Páez reapareció en el escenario para ofrece r un verdadero regalo en suelo tico.
“No me dejan ni respirar, che. Ya que estamos en un teatro majestuoso, déjenme cantar una canción a capela”, expresó al público, que reaccionó atónito y hasta incrédulo, ante semejante propuesta.
El silencio se apoderó del lugar y dio paso solamente a la voz de Páez y la letra de Yo vengo a ofrecer mi corazón. Y ¿cómo no lo iba a hacerlo, si los ticos le ofrecieron el suyo?
El cantante gestó de esa manera tres minutos inolvidables en la memoria de quienes se había dado cita en el teatro josefino.
Páez no podía irse sin deleitar a sus seguidores con Dar es dar y Mariposa Tecnicolor, éxitos de su carrera con las que cerró su presentación, no sin antes realizar una magistral interpretación en el piano.
Al final, una hora y 25 minutos con el también escritor y cineasta fue suficiente para que el público se sintiera más que satisfecho.
“Me gusto todo. Él siempre cumple mis expectativas, es la tercera vez que lo veo”, comentó Julia González, salvadoreña que tiene seis meses de vivir en Costa Rica.
Su compatriota, Francisco Rivas, aseguró que viajó desde su tierra solamente para ver el concierto. “Me impresionó lo de la capela. Supo aprovechar el teatro...”, dijo.
Colaboró Roberto Acuña.

1 Comments:

Blogger Hèctor said...

Mirà Fito, sigo tu mùsica como la de muchos chicos del rock nacional, se que sos un gran mùsico. Sè tambièn que sos un simple ser humano como cualquiera de nosotros. Sè tambièn que tu lamentable crìtica a quienes votaron al pro y votamos al Pro,te acercan a personajes nefastos que pertenecieron a la ùltima dictadura militar. Me parece lastimoso tu forma irreverente de dirigirte al soberano. El soberano es el Pueblo!!!!!. No son vos ni tu mùsica, ni tus letras, ni tu ideologìa, no hay nada màs importante que respetar la soberanìa popular. Vos, si ratificàs los lastimosos y fachos comentarios de pàgina 12, has dado un paso atràs muy importante; no te gusta el sistema democràtico, sos un totalitario encubierto . Te aviso que ser totalitario no es de derecha ni de izquierda, el totalitario excluye al otro no ve adversarios ve enemigos. La verdad pienso que no pensaste al escribir; si lo hiciste pensando estàs en problemas muy serios no sos lo que crees que sos. Sos un simple ser totalitario. Tan simple y tan triste...Que pena... Hector Jorge Loleggio Dni 12082354.

10:06 a.m.  

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