noviembre 21, 2011

CORDOBA DIARIO LA VOZ.






Fito Páez en Córdoba: la luz del tren sigue brillando

Fito Páez ofreció un gran concierto en Quality Espacio, con canciones de todos los tiempos interpretadas con noble maestría. Crónica y fotos del show


FITO PÁEZ. Un show repleto de clásicos, con arreglos que le dan mayor intensidad. Fotos: Facundo Luque/La Voz.
Por Nicolás Marchetti 20/11/2011 15:30
Fito vino a Córdoba a proponer grandes canciones en un concierto de alta factura musical que, si bien no mostró muchas cosas nuevas, demostró que el rosarino sigue siendo un músico brillante y que está en un gran momento como intérprete de su obra, que hace rato forma parte de lo mejor de la música popular contemporánea.
En dos horas de un show técnicamente perfecto hizo disfrutar al pequeño auditorio. Largó con la voz en off de Alberto Olmedo y su Tema de Piluso. Desde el primer rulo de batería ya se disfrutaba la cercanía, la energía que genera la proximidad del artista. El Quality Espacio en formato teatro tiene una buena acústica y mejor nitidez sonora, y eso sumado a músicos profesionales, con Fito Páez encendido y un repertorio impecable, la cosa se puso realmente intensa.
Siguió Confiá, Tiempo al tiempo (ambos del último disco) y El chico de la tapa, esa descripción de lo que sería la precarización que sufrió el Gran Buenos Aires en la década de 1990 y que Fito anticipó en Tercer Mundo lo que dejaría el menemismo 10 años después, cuando el narrador que era Páez tenía la antena afilada para vislumbrar, a lo García, lo que finalmente vendría.
Y lo que vino también fue Llueve sobre mojado, más Stevie Wonder que nunca, con los dos tecladistas de la banda tirando vientos y las guitarras de Coki Debernardi y Dizzy Espeche disparando sutilezas sonoras del alta gama. Fito lucía saco negro, camisa blanca y corbata, dos pares de gafas sobre el piano (unas coloradas y otras transparentes), todo dispuesto en un espacio cómodo y tranquilo para lucirse una vez más ante su público, que mostró mucha gente joven.
Rescate emotivo
Después llegó Gente sin swing, cerrando así la mezcla de climas que se generan en sus conciertos actuales. Un placer escucharla de nuevo, impecablemente interpretada, sabiendo que siempre estará vigente. Se vivió como una perla recuperada, así como en otros conciertos hizo lo propio con Taquicardia, Lejos de Berlín o Folis verghet. Mucha música corrió bajo el puente de sus casi 30 años de trayectoria. Poder disfrutarlo en vivo, respetando ese legado de esta manera, es un gran regalo que nos dio el tiempo.
Pegadita 11 y 6 y el clima cambiaba de nuevo. Igual, la sensación que queda es que los nuevos arreglos (inspirados en los originales) le dan frescura y una nueva intensidad a las canciones. Siguió Dos días en la vida (Thelma y Louise) y se escuchó de la boca de Páez, que estaba de buen humor hasta ahí: “Bueno chicas, si se van de la casa, bancate ese defecto”. García dixit.
Dedicada a un cordobés
Luego de La ley de la vida y Polaroid..., Fito quedó solo en escena y regaló una improvisación al piano, dedicada con énfasis al cordobés Guillermo di Pietro, el músico que versionó en tres discos a Charly García, Luis Alberto Spinetta y al mismo Páez. En ese interín sonaron Cable a tierra, Tus regalos deberían de llegar, She’s mine y Un vestido y un amor. Imbatible.
El diablo de tu corazón fue brava luego del último escandalete post elecciones porteñas, y luego Circo Beat le puso un poco de humor al mismo tema. Siguieron Brillante sobre el mic, con slide de Dizzy, Al lado del camino, Naturaleza sangre y Ciudad de pobres corazones, empuñando una guitarra. A esa altura, el Quality era un hervidero. "Esto es rock and roll, nena”, escupió Páez, apenas aterrizado de ese viaje de violencia y desesperación.
A la hora de los bises (que nunca son dos), ya de jeans, remera amarilla y lentes azules, como de entre casa, vestido con los colores de Rosario Central, fue cerrando con Dar es dar (con nuevos arreglos que la fusionan con La buena estrella, de Abre) y Mariposa Tecknicolor, para el final.
Y Fito lleva la luz del tren aún hoy, muchos años después de hacer los mejores discos de su carrera y muchos de nuestro rock. Hoy no hay nada nuevo en la escena nacional que destrone la calidad de los García, Calamaro, Spinetta y compañía. Hoy volvieron a quedar como referentes indiscutidos luego de la década chabona que empezó con el auge del neoliberalismo y culminó de manera trágica en diciembre de 2004.
Fito agradeció con entusiasmo el apoyo del público y se fue, tras un destino errante. Antes, un bonus: Es una cuestión de actitud, al palo, y sin decir una palabra sobre su nuevo disco, Canciones para aliens. Fue una gran noche de Fito Páez. Ojalá se repita pronto.

1 Comments:

Blogger Emiliano E. said...

Cuando Fito cerró el bicentenario de la patria, por ahi se dijo que Fito Paez seguía siendo, a pesar de algunos vaivenes (de eso se trata la vida no?) el musico mas trascendente de las últimas dos decadas, y que cierto es!!! A diferencia de los 90 hoy a Fito se lo ve totalmente feliz arriba de un escenario, sale de gira como quiere y donde quiere, y le va bien en todo lo que hace. El pasado es real y el futuro libertad cantaba en el año 1994, miralo ahora. Avanti Fito!

1:18 p.m.  

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