diciembre 22, 2011

"Chico Dinamita Amor", hoy y mañana COKI &THE KILLER BURRITOS EN ROSARIO

22-12-2011 Escenario DIARIO LA CAPITAL Por Pedro Squillaci / La Capital
El rockero que pagó su viaje
"A mí no me interesa ser reconocido, a mí lo que me interesa es ser un buen padre, después de ser un buen padre me interesa que la gente se conmueva, disfrute y se divierta con mis...

canciones, hasta ahí ya está pago mi viaje", dice Coki Debernardi.
La nota con Escenario se realiza en un tórrido mediodía. Mientras, Coki apura una Coca Cola bien helada en un bar céntrico con aire acondicionado. Hace un par de horas nomás llegó de Usuahia, de tocar con Fito Páez, su amigo del alma, en el marco de la gira del disco "Canciones para aliens", que realiza el autor de "Un vestido y un amor".
Coki está cansado pero tranquilo. Y feliz. Dice que la paternidad de su hija Antonia, de casi cuatro años, lo mejoró mucho como persona. "Me ha desidiotizado mucho más de lo que yo esperaba", dice el músico y compositor, que junto a su banda The Killer Burritos despide el año hoy y mañana, a las 21, en McNamara (Tucumán 1016).
El elogio hacia sus colegas de ruta es genuino. "Los Killer Burritos no es una banda, es un concepto, y con ideales bastante claros, de no renunciar a ciertas pautas de conducta, ni transar con cosas que no nos gustan. Es una banda casi punk", destaca y dice que, a lo largo de casi dos décadas de grupo, siempre se acompañó de grandes músicos. Actualmente, Los Killer Burritos son Coki, en guitarra y voz; Eloy Quintana, en bajo y coros; Diego Olivero, en teclados y coros (los tres también integran la banda que acompaña a Fito), más Franco Mascotti, en guitarra y coros, y Tito Barrera (batería), quienes además integran Austria.
Debernardi vuelve sobre sus palabras y afirma que más allá de que lo punk no se ve en lo musical, "los ideales y los conceptos están cerca del «hazlo tú mismo»". Y agrega: "Nunca quisimos tener una gran estructura montada atrás que no se base solamente en las dos horas y media que dura un show. De hecho no tenemos afiches, ni remeras, ni posters, ni pins, ni nada que esté fuera de lo que es la música y el concierto. Es más, nuestros discos se pueden descargar gratis".
Y su charla deriva solita hacia el próximo disco de la banda, que se llamará "Chico Dinamita Amor". Según Coki, este es el momento propicio para lanzarse en esta nueva aventura, que llega después de un parate autoimpuesto. "Con los Killer estamos muy afianzados y con muchas ideas nuevas. A mí se me habían agotado un poco las ideas y paramos de tocar casi dos años. Estaba bastante seco de canciones, o tenía canciones pero no muchas ganas de tocar. Estaba con poca energía y a mí me gusta tener la energía original para subirme al escenario", remarca.
"El disco se va a llamar «Chico Dinamita Amor» porque me gusta mucho. Antes iba a ser «Kid Dinamita Love». Me gustó la frase. Es como el sobrenombre de un boxeador. Me gustan los boxeadores y el box", afirma y se aleja de cualquier implicancia autorreferencial. "No, no siento nunca que la estoy peleando, a mí nunca me han pegado una piña y me han dejado idiota tirado, jamás. El boxeo es un deporte que respeto mucho y en el que hay que soportar golpes físicos; yo hasta acá no he soportado golpes físicos y tampoco he soportado otros golpes. Hasta aquí estoy muy contento con lo que genero, con lo que la gente genera en mí y con el rumbo que han tomado las canciones", dijo el cañadense que fue el mentor de Punto G, allá por los vertiginosos años 80.
El tan mentado ADN del rock rosarino no es algo que le quite el sueño a Coki, pese a que su voz disfónica es un sello en el género local, al igual que la impronta de sus canciones. "A mí no me consideran mucho, nunca me han dado un premio, salvo los García, y nunca salí personalidad del año en La Capital. Yo parezco, pero no soy lo que soy", y se ríe por su juego de palabras. Tras la sonrisa, otra melodía en clave de rock le empezó a yirar por la cabeza.