Flores del mal...
Acusado ante la justicia, el poeta se defendió sosteniendo que no se sentía culpable: "Yo me siento al contrario, muy orgulloso de haber producido un libro que respira el terror y el horror del mal"...El tribunal consideró que partes del libro eran de un realismo grosero y ofensivo del pudor, por lo que existía un ultraje a la moral pública y a las buenas costumbres. En definitiva fue condenado a pagar una multa de 300 francos.
Al día siguiente de su condena, Víctor Hugo le escribe al Poeta entre otras cocas: "Una de las raras condecoraciones que el régimen actual puede acordar, acaba usted de recibirla. Lo que él llama su justicia os ha condenado en nombre de lo que llama su moral: he aquí una corona más". Reparación extraordinaria, inmediata, que no hace sino confirmar el juicio definitivo de la historia que recogió celosamente el nombre del poeta y olvidó el destino de sus jueces.
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