Páez dedicó su concierto a Osvaldo Fattoruso
ALEJANDRA VOLPI elpais.com.uy
Cerca de diez mil personas asistieron al recital que Fito Páez ofreció
el sábado, para reflotar el repertorio más vendedor de la historia del
rock argentino: El amor después del amor, en su vigésimo aniversario.
Incluyó además un tributo a Spinetta.
Una de las canciones más populares del disco que lo tiene en gira es
Brillante sobre el mic, una letra tan celebratoria como nostálgica, que
habla del paso del tiempo y de aquellos recuerdos y personas que no se
olvidan. Ese fue el clima general que acompañó las dos horas de
espectáculo en el Velódromo, donde Fito Páez recordó al baterista
uruguayo, recientemente fallecido, que integró su banda y colaboró en
varios de sus discos, incluido El amor después del amor. Un hito que
hace veinte años presentó en el Estadio Centenario.
"Este concierto lo quiero dedicar a la memoria de Osvaldo Fattoruso que
hace un ratito nomás se nos fue del barrio", expresó luego de
interpretar uno de sus himnos, Y dale alegría a mi corazón, sentado al
piano.
La gira que empezó el 2 de junio en Chile lo devuelve en formato
eléctrico a los grandes estadios. Páez viene de un largo período
presentándose en teatros con aforos más reducidos y de una temporada
acústica. Su última publicación Canciones para aliens prácticamente no
fue reproducida en vivo, Confiá de 2010 tuvo un éxito moderado y con
Rodolfo exploró la intimidad escénica al máximo. Pero yendo más atrás
en el tiempo ni Circo Beat logró igualar la repercusión obtenida por El
amor después del amor, el álbum más vendido del rock argentino
(1.200.000 copias).
Al reflotarlo, el también cineasta, revive su estadía en la cima de la
popularidad y para el público de treinta años en adelante también
representa un viaje memorioso, celebratorio y nostálgico a la vez. Páez
lo recrea respetando el orden y las versiones originales de las catorce
canciones, valiéndose en algunos casos de pistas y grabaciones. En la
banda que lo acompaña destacan especialmente el bajista de formación
jazzera Mariano Otero, por su mano virtuosa y afilada, y la corista
colombiana Adriana Ferrer que se luce más como bailarina y por su
exuberancia (esto incluye un peinado eléctrico de gran melena), que por
el desempeño vocal.
La grabación de El amor después del amor contó con una lista importante
de invitados de lujo y varios de ellos tienen presencia de distintas
formas en la puesta en vivo. Por ejemplo, Charly García, con quien
compuso La rueda mágica, participa de forma virtual en pantalla gigante,
al igual que Andrés Calamaro, que se suma al estribillo: "todos ya nos
fuimos de casa, ¡para tocar rock and roll!".
Páez aclaró que por primera vez tocaría en Montevideo Pétalos de sal con
los arreglos originales, es decir, con las guitarras que grabó Luis
Alberto Spinetta, a quien más tarde volvió a evocar junto con el disco
La la la que realizaron juntos en 1986.
La pantalla al fondo del escenario sirvió para proyectar a Fabiana
Cantilo y Celeste Carballo durante Dos días en la vida y sobre todo para
darle protagonismo a la musa del álbum: Cecilia Roth. El momento de
mayor lucimiento de la actriz es durante la exhibición del siniestro
videoclip de Sasha Sissi y el círculo de baba, en el que mantiene
relaciones sexuales con Páez y termina siendo víctima de un hombre
desequilibrado mentalmente, que la mata.
El único invitado de la noche fue el líder de Hereford, Diego Martino,
conocido y presentado por Páez como "El chirola", para hacer a dúo
Brillante sobre el mic. Y no es gratuito decir que estuvo brillante,
porque a pesar de no ser un gran cantante, su interpretación no sonó
improvisada y el tema va bien con su estilo. Una vez terminado el repaso
de El amor después del amor el rosarino no se detuvo y dio paso a otros
títulos de su enorme inventario de clásicos. La fiesta continuó.
El País Digital
1 Comments:
Esto es kultura? como esta la abuelita?
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