NEUQUÉN. 22noticias.com.ar

El sábado pasado se presentaron Charly García y Fito Páez en el Espacio DUAM de Neuquén. Enterate acá todo sobre sus respectivos shows, y el cierre con ambos arriba del escenario.

Más allá de los discos y/o gira que vinieron a presentar, estos dos grandes artistas llegaron más que nada a Neuquén para empezar a despedirse y darle una oportunidad a la gente del interior para que los vea en vivo antes del final de sus carreras.

Sí, para el público será difícil, pero es la realidad. Y ojalá los verdaderos fanáticos hayan podido estar presentes el sábado porque no es muy probable que vuelvan juntos, más que nada por la edad de Charly. Pero la idea no es lamentarnos, ni ponernos melancólicos, sino revivir los detalles de la noche.

El inicio del recital de Fito estaba programado para las 20, pero el ingreso del público se demoró un poco más de una hora. Era de esperar para un recital de esta magnitud, pero también evitable. De todas formas, la gente esperó y fue tomando sus lugares, mientras se empezaban a ver movimientos en el escenario: los asistentes preparando todos los detalles para que arranque Fito.

Sin anuncios, ni nada por el estilo, la banda que acompaña al rosarino subió al escenario y las primeras estrofas de “El amor después del amor” comenzaron a escucharse sin su presencia hasta que apareció junto a su corista, con un vestido tal vez demasiado corto.

Durante su casi hora y media de recital, Fito se dedicó a repasar diferentes éxitos de su carrera como “Pétalos de sal” (junto a la voz e imagen del gran Luis Alberto Spinetta), “Un vestido y un amor”, “Tumbas de la gloria”, “La rueda mágica”, “Detrás del muro de los lamentos”, “La balada de Donna Helena”, entre otros.

Todas sus interpretaciones estuvieron acompañadas, como de costumbre, por sus característicos gestos y movimientos de manos que nos confirmaban que sí era él. Estuvo bastante acertado con la afinación, y más preciso aún en el piano, donde no se le puede discutir nada.

También aparecieron en pantalla otros cantantes para acompañarlo: Fabiana Cantilo, Celeste Carballo, Charly y Andrés Calamaro. Obviamente no podían faltar clásicos como “Brillante sobre el mic”, “Circo Beat”, Polaroid de locura ordinaria”, “Dar es dar” y, para cerrar bien arriba, “Mariposa Tecknicolor”. Finalmente, Fito presentó a cada uno de los músicos y se retiraron con un fuerte aplauso para dar paso al plato fuerte de la noche.

La gente empezaba a volverse loca al ver cómo acomodaban los teclados de Charly y se montaba una pequeña escenografía, que ya creaba otra atmósfera. Los fanáticos que se ubicaban en el sector ‘Campo’ desesperaban y empezaba a escucharse el corito: “…esta es la banda, de Say no more“.

El intervalo iba a ser de unos 20 minutos, pero inesperadamente hubo un pequeño incendio en uno de los trailers donde descansaban Fito y compañía. Se vio y sintió un poco de humo por algunos minutos en el sector derecho al escenario, y se podía ver cómo Charly y sus músicos iban y volvían por atrás del escenario, esperando que todo vuelva a estar en orden.

Pasaron unos 20 minutos más, bajaron las luces en el escenario, y ya se palpitaba el comienzo. Mientras tanto se asomaba un nuevo público “ilegal” por el alambrado que rodeaba el predio. Todos querían verlo a él en escena y, aunque muchos pensaron que podría suspenderse, llegaría el momento tan esperado.

Desde el primer paso que dio sobre el escenario, el aire ya era otro y se sentía una importante presencia en el lugar. ¿De quién más iba a ser? Te guste o no, Charly García tiene ese no se qué, que indudablemente despierta algo raro dentro de cualquiera. Y no por el simple hecho de ser un artista famoso, sino porque carga en sus espaldas una historia única que pareciera llenarlo de energías.

Se lo vio muy bien, sonriente, disfrutando cada tema e interactuando con el público. Si bien aún sigue estando un poco loco, se puede notar un cambio por los años, y ya no le interesa alardear como quien había cantado en primer lugar.

De esta manera llevó a todos a realizar un viaje por el pasado, a través de canciones como “Rezo por vos”, “Yendo de la cama al living”, “Promesas sobre el bidet”, “Ojos de videotape”, “Asesíname”, “Cerca de la Revolución”, “Rock and Roll Yo”, “Nos siguen pegando abajo (Pecado mortal)”, “Tu vicio”, “Los Dinosaurios”, “Influencia”, y muchos más.

Casi 2 horas de show desplegó la banda, e incluso hubo muchos que se quedaron con ganas de escuchar algunos temas. Por momentos se veían caras de aburrimiento en los momentos en que se demoraba el cierre de algunos temas, pero su expresión tendría que haber sido de asombro o goce, porque ahí era donde el resto de los músicos aprovechaba a demostrar su potencial.

Y justamente fueron esas genialidades las que dejaron a la vista el trabajo previo, el nivel individual y el cuidado de la armonía. Incluso el mismo Fito, quien disfrutaba a un costado del escenario, parecía estar convenciéndose de que él también necesita armar algo así con músicos de ese calibre, y no simplemente que lo acompañen de manera tal que se destaque todo el tiempo él.

Volviendo al cierre de la noche, Charly invitó a Fito para tocar juntos. Así, luego de haber vuelto al escenario tras el pedido del público, interpretaron una de las joyitas de Serú Girán: “Desarma y sangra”. En segundo lugar, era el turno de una de Fito, así que Charly tomó su guitarra y metieron un brusco cambio de energía con “Ciudad de pobres corazones” (VER VIDEO).

Y para despedirse, qué mejor elección que conmover a todos con “Canción para mi muerte”. Mirabas alrededor y a casi todos se les caía más de una lágrima. Todo lo que pasó sobre el escenario el sábado, no pudo haber dejado desconforme a nadie.

Pero eso sí, no vamos a terminar sin mencionar que hubo problemas en el sector del “Campo”: las vallas estaban muy atrás, y en un momento intentaron derribarlas para poder estar más cerca. Quienes estaban en ese lugar sintieron que no valía lo que habían pagado. Y lamentablemente por los disturbios a veces terminan saliendo perjudicados otros con el maltrato de la policía. Podría haber sido peor, pero los fanáticos se quedaron tranquilos finalmente porque el show que le brindaron sus ídolos sí valió la pena.

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Redacción y videos: Sebastián García.

Fotos: Camila Sidorkevich.