mayo 01, 2013

"El sacrificio": la sórdida maldición de Fito Páez El nuevo disco del cantante argentino contiene una decena de temas incómodos

WILLIAM PADRÓN 
DEDE CARACAS
ESPECIAL PARA EL UNIVERSAL
lunes 29 de abril de 2013  12:00 AM
"Un disco de canciones malditas, es como mi álbum negro... es un disco poco amable, que reúne canciones sórdidas que compuse entre 1989 y 2013", sostiene el compositor argentino de 50 años Fito Paéz en un comunicado de prensa, para describir su más reciente producción musical El sacrificio (2013), disponible solo en formato digital a través de iTunes.
Por el motivo que sea, estas canciones habían quedado fuera de sus grabaciones oficiales durante ese período de 25 años. Es cierto, hay letras incómodas, directas, irónicas, punzopenetrantes, amargas, pero cargadas de la agridulce honestidad que destruye toda intención políticamente correcta antes conocida del artista.

La marcha fúnebre de una historia de incesto y violencia (El mal vino y la luz), el mood electrónico y atropellado marcado por la traición (Guerra de luz) y la sed de venganza y reclamo con un sorpresivo final de trompetas (No la chingues buey) que se conectan al pegadizo y encantador funk reflexivo (Inglaterra), con pasajes de oscuridad y un órgano calmado que se atreve a coquetear con jazz. Hay un espacio para la autodestructiva y premonitoria despedida amorosa (La p... diabla).

Un total de 10 temas hacen parte de esta producción que pareciera hacer una especie de catarsis en el prolífero Fito. Como esos artistas de los 60 y 70, el ya consagrado prócer argentino, nacido en la ciudad de Rosario, tiende a concentrarse, exorcizar demonios y expresarse en la única cosa que lo liberará: producir y producir, en cualquier formato, inédito, versiones, en vivo o experimentos. 

El sacrificio es una excusa para preparar el terreno de su debut como novelista de lo que será su primer libro de ficción, además de que se esperan dos películas en la que aparece como director. Ahí radica el inquieto Fito, esa facilidad que tiene de darle a sus seguidores parte de su esencia artística, aunque en ocasiones divague y se enfrente a la crítica para luego salir airoso por su público.
La semana pasada el cantante y pianista ofreció un recital en el Luna Park para celebrar los 20 años del disco El amor después del amor, un viaje sonoro al corazón de su clásico. "Es bueno tocar los temas del disco en su orden original. Es como se escuchaban antes los discos", dijo Fito durante el show.