agosto 18, 2013

Rock y solidaridad.Crónica de Imanol Subiela.

domingo, 18 de agosto de 2013

Es solo rock and roll

   Tomar el subte entre las 18 y las 19 no es algo recomendable. Buenos Aires está llena de sorpresas: nunca se sabe cuando hay que salir corriendo, nunca se sabe cuando van a aparecer los pases para el recital de Fito Páez del viernes, en San Telmo, más precisamente en el Samsung Studio. El pase apareció a las 18:30 y luego lo que apareció fue una carrera hasta la estación Pueyrredon, para llegar a horario: el show empezaba a las 19.
   Los acordes de "Yellow Submarine" sonaban en los pasillos de la estación. Guitarra y voz, solo eso tenía el cantor que musicalizaba las idas y venidas de los usuarios del subte. Mientras algunos corrían, iban, venian, otros se acercaron a dejar monedas, o billetes de dos pesos, en la funda de la guitarra del artista. En los andenes la gente se amontonaba, llamaba por teléfono, miraba las revista que se vendían y se quejaba: ya habían pasado dos trenes para Congreso de Tucumán y ninguna hacía Catedral.
   Finalmente llega el turno de los pasajeros quejosos. Algunos vacilan en el anden, el subte está tan lleno que prefieren esperar otra formación un poco más vacía. Cuando se está a contra reloj no existe la posibilidad de darse ese lujo, el lujo de viajar cómodo. Los pasajeros valientes (o apurados) entraron, se empujaron, se volvieron a quejar y finalmente se acomodaron.
   Eran las 18:45. Todos bajaron en la estación Catedral, ahí termina el recorrido. Hombres de traje y portafolios y mujeres de pollera y tacos corrían por los pasillos de la estación para llegar a tiempo a otros andenes y así hacer combinación con otras líneas. Otros simplemente se acercaron a la escalera más cercana para salir a la calle Roque Saenz Peña.
   Una vez afuera, si el tiempo es escaso hay que correr. No es agradable que el show empiece sin uno. Cruzar Plaza de Mayo. Doblar en Balcarse. Seguir corriendo cuatro cuadras por Balcarce. Eso hay que hacer para llegar al Samsung Studio. Un edificio de ladrillo a la vista, con una puerta negra muy alta y que tenía dos señores bastante fuertes que retenían a un grupo de fanáticas que a toda costa quieren entrar a la presentación de la gira que organizó Fito Páez junto a Red Solidaria y Mundo Invisible. La idea cociste en realizar una serie de shows por todo el país para juntar dinero y donarlo a los damnificados de la explosión que hubo en Rosario. En los recitales el autor de "El amor después del amor" se presentará con su piano y se irán sumando los artistas que lo acompañaran. Entre la extensa lista está: Fabiana Cantilo, Adrián Dargelos, Coki De Bernardis, Vicentico, Ciro Pertusi, Lisandro Aristimuño y otros que estuvieron presentes en San Telmo.
   Después de atravesar la puerta hay un gran salón que tiene, a la derecha, una extensa barra de madera. Hay un barman que limpia copas ya comoda botellas de costosos bebidas. "Hay que seguir hasta el fondo y subir por la escalera de la derecha", indica un recepcionista a cada persona que va ingresando. De fondo se escuchan los últimos acordes de "Avanti morocha". Páez, Ivan Noble y Juan Carr están ensayando ese hit de los Caballeros de la Quema y que ahora se ha vuelto un hit de algún que otro militante político. Empiezan a sonar canciones de Gustavo Cerati.
   La luz, azul, era muy baja, solo se resaltaba la iluminación que daba una cámara que enfocaba a la periodista Julia Mengolini. Estaba grabando un spot con un cartel en la mano que dice #AbrazoaRosario. Zapatos altos, rojos, un jean gris, una remera en un tono crudo y un saco de un color similar al del pantalón, eso lucía la periodista. Y ahí aparecieron Juan Absatz y Gastón Baremberg para buscar una mesa donde sentarse junto a la novia de Páez.
   Las luces se bajaron aún más, eso dificultó la tarea de los mozos que repartía copas de vino, de agua, de gaseosa y además empanadas. La gente comenzó ocupar sillas y  a llevar sus copas a las mesas. Las cámaras se encendieron y enfocaron el escenario. Los periodistas terminaron sus móviles para dar paso a la música. El escenario se iluminó y aparecieron: Richard Coleman, Walter Pancioli, Leo García, Iván Noble, Juan Carr, Chano Moreno, Joaquín Levinton, Fena Della Maggiora, Pablo Dacal y en el medio de todos Fito Páez junto a Juan Carr.
   Presentados todos solo quedó en el escenario el dueño del piano multicolor. Lucía unas zapatillas blancas, unos jean slim celestes, una remera blanca, un saco verde oscuro y unos lentes cuadrados, chiquitos, naranjas. Saluda al público y comienza a tocar. "Nace una flor, todos los días sale el sol", la gente empiezó a corear, las piernas empiezaron a marcar el tiempo y las sonrisas se dibujaron en los rostros de los espectadores. Luego de la melodía de Charly comenzaron a sonar los acordes de "Mariposa Tecknicolor", esa canción mainstream de los 90, incluida en el disco Circo Beat, un álbum que estuvo totalmente dedicado, como este recital, a la ciudad de Rosario.
   Se hizo presente el primer invitado: Pablo Dacal. Jeans negros, zapatos negros, una camisa marrón, con mangas a cuadros en tonos naturales y un pañuelo que hace juego con la camisa. Agarró la guitarra y juntos cantaron "Lo que está sonando", en el mismo tono que la versión original. Los dos artistas se emocionaron, se empezaron a agitar. Los rulos de Fito vuelan, las piernas de Dacal no paran de moverse. Aplausos. Se abrazaron y se despidieron.
   Al instante la guitarra quedó depositada en las manos de Ivan Noble, que junto al rosarino invitaron a cantar a Juan Carr, el creador de Red Solidaria. Con la cabeza gacha subió al escenario y timidamente se acercó al micrófono que estaba al lado del ex líder de Los Caballeros de la Quema. Entre los tres cantan "Avanti morocha". Algún valiente coloca los dedos en V, otros simplemente se sonríen y miran a la periodista que al comienzo grabó el spot, o al rosarino del piano, con cierta complicidad.
   "Yo no se de música, de haber estudiado me hubiese dedicado otra cosa", bromeó Joaquín Levinton, el próximo invitado. "¿Hubieses estudiado obstetricia, quizás?" le responde Páez. Se escucharon risas. "Pasos al costado" es la canción que interpretaron los dos músicos y el público, gracias a que el ex Turf le doy a la gente un minuto de fama. Una versión bastante libre de la original, que terminó con una improvisación cargada de mucho swing, tal vez por eso Joaquín terminó bailando eufórico, con la guitarra colgada, al lado del piano.
   Un duo curioso. El artista que se jacta de estar en contra de los clásicos del rock como Charly y Spinetta, al que se lo relaciona con el macrismo y es actual pareja de Celeste Cid, se subió al escenario para cantar con el fanñatico de los clásicos del rock, el artista relacionado con el kirchnerismo y la ex pareja de Celeste Cid. Con un look muy pop (chupines oscuros, zapatos en punta, una camisa negra con detalles fluor, un moño verde metalizado y un saco entallado), Chano Moreno apareció en escena y cantó junto a Páez "La melodía de Dios", una canción incluida en el último disco de Tan Bionica: Destinología.
   Y el final llegó. "Muchachas, suban" le dijo Páez a sus colegas y todos aparecieron para cantar "Yo vengo a ofrecer mi corazón". Piano, guitarra y voces. Terminada la canción, Páez se despidió diciendo: "Mandemosle un abrazo fuerte y sincero a nuestra querida ciudad de Rosario". La gente se puso de pie, comenzó a aplaudir y luego a irse, esquivando la estampida de periodistas y fotógrafos que se acercaban al escenario.
   Tal vez sea la causa, o simplemente es la música, lo que está por encima de cualquier cosa, lo que permite que se junten personalidades antagónicas en un mismo escenario. Ambas cosas son las que lograron que grandes artistas de la música nacional salgan de gira para darle un abrazo a Rosario, para demostrar que la solidaridad todavía existe.
   Al final de cuentas, Rosario siempre estuvo cerca y esto... es solo rock & roll...


Imanol Subiela