octubre 02, 2013

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Artistas y amigos reunidos por el vino

La estancia La Rosada, en Luján de Buenos Aires, fue el escenario elegido esta vez para el nuevo spot sobre la bebida nacional, basado en el tema de Fito Páez “Dale alegría a mi corazón” y que será emitido a fin de mes.


En la estancia 'La Rosada' de Luján, Buenos Aires, la unión hace la música. Sólo falta que Tilín Orozco se aferre a la guitarra, Mariela Contreras aporte su voz gitana y el maestro Vitillo Ábalos agite su bombo para que la sobremesa se convierta en zapada colectiva. Y suenen las palmas y los coros; e incluso algún osado se anime a bailar la chacarera. Todo es fiesta.
Es que en ese casco histórico ubicado a más de 80 km de Capital se realizó la escena final de "Alegría", la nueva campaña del Vino Argentino que tiene a Fito Páez como protagonista y a una decena de músicos que navegan el folclore, el tango, el jazz, la música tropical, el rock y la canción melódica. "Dale alegría a mi corazón", del disco "Tercer mundo" (1990), es el leit motiv de esta pieza comunicacional dirigida por Ariel Hassan (La Brújula) que será lanzada a fin de mes.
Así como la anterior campaña, "Brindis" (inspirada en el tema homónimo de Calamaro), este nuevo spot apela a resaltar el valor del encuentro tejiendo lazos con fibras estéticas y generacionales distintas y distantes. De allí, los artistas invitados: 
Pedro Aznar, Los Auténticos Decadentes, Jaime Torres, Sergio Denis, Pablo Lescano, Rodolfo Mederos, Mariana Baraj, Peteco Carabajal, el maestro Vitillo Ábalos, Contreras y el Dúo Orozco Barrientos (acompañados por el joven Gabriel Orozco, de Usted Señálemelo). Además de Elisabeth 'La Negra' Vernaci y Lalo Mir, como conductores.
La atmósfera del día de rodaje es similar a la de "Encuentro en El Estudio", el programa que conduce Mir y que Hassan dirige: tiene ese toque relajado, de sentirse a gusto. Los maestros Mederos, Torres, Carabajal y Ábalos se abrazan a Fito; y a un costado, Cucho, de los Deca, sonríe para la foto que luego le regalará a una moza y cuenta que pronto, prontito, la banda se pone a trabajar en nuevo disco.
La filmación está prevista después del almuerzo. Al filo de la mesa todos bromean, charlan, renuevan los brindis. Fito se sienta con los Deca (que son los últimos en llegar y los primeros en irse) y las carcajadas del grupo resuenan en lo alto del salón; mientras Aznar busca el calor de la estufa hogar y la cercanía de la guitarra. La comida típica viene y va entre las mesas del salón. Llega Mir y lo aplauden: él saluda con la voz de trueno, ríe estruendosamente.

"Me mudaron", bromea Fito cuando se le pide una entrevista (aunque cuando fue convocado había contado: "El vino es una materia que enciende lo espirituoso y eso está volcado en mi música). Explica que son muchos los proyectos (el libro que acaba de lanzar, "La puta diabla"; el disco que viene en camino; su presencia en la Feria del Libro) y gentilmente deriva a los periodistas a su encargada de prensa. Ahorra palabras pero no canciones: se queda hasta el final, interpretando tangos, temones de Sui Géneris o clásicos del cancionero folclórico.

Afuera, algunos posan para las imágenes promocionales: las bellas Baraj y Contreras con el maestro Ábalos; y los asadores terminan la cocción del vacío. Va y viene, Hassan, el director del spot, y cada paso da direcciones precisas de las tomas. La jornada, para él, es intensa; más ajetreada.

Durante toda la tarde, corre el vino (sus coloridos varietales) y corren las canciones. Y la música no sabe de fronteras: los géneros, los matices tímbricos, el bagaje musical que cada uno trae se mezclan amistosamente en los arreglos jazzeros, tropicales y folclóricos que transita el clásico de Fito en las sucesivas escenas de esta campaña; filmadas en su casa, en Velma Café, un bodegón italiano y la estancia. 

A pedido de Hassan, se reúnen para filmar la última parte de "El vino nos une". Se escucha "¡Salud!" y la jornada de trabajo termina. Pero no las zapadas, que se extienden hasta el atardecer animadas por Fito, Peteco, Ávalos, Lescano, Aznar, Baraj, Mederos y Denis. 

Alrededor de la estufa a leña, regalan tangos ("Sur", "La última curda", "Chorra"), tonadas ("Póngale por las hileras"), zambas ("Zamba del olvido") y clásicos del rock ("Confesiones de invierno" y una versión improvisada de "No woman no cry"). Y vuelven a decir "Salud", aunque las cámaras ya estén apagadas.Artistas y amigos reunidos por el vino