mayo 31, 2014

QUITO YO TE AMO !

Hoy le toca a quito
Como parte de la gira Yo Te Amo 2014, Fito Páez se presentará también en Quito. La cita es hoy, a las 20:00, en el Teatro Ágora de la Casa de la Cultura.
El valor de las entradas es $ 60 preferencia, $ 90 VIP y $ 150 golden box.


NOTA :
http://expresiones.ec/ediciones/2014/05/31/musica/fito-paez/


Steffano Dueñas
duenass@granasa.com.ec
La aventura empezó al bajar de una van en el centro de Cuenca. Junto a mí, una pareja de guayaquileños llegaban para el concierto de Fito. Ambos coincidían en dos cosas: era un espectáculo imperdible y probablemente tendrían que esperar otros diez años para que el rosarino pise territorio ecuatoriano nuevamente. En algo no se equivocaron: el show estuvo a la altura. Fito Páez le entregó todo a las aproximadamente 6.000 personas que cantaron, bebieron y prendieron ‘una que otra cosa’ en el coliseo Jefferson Pérez.
Eran las 19:48 cuando llegó la estrella de la noche en un Hyundai Santa Fe blanco. El público ya empezaba a calentar lo que serían las siguientes tres horas de música. Un pequeño grupo coreaba la canción 11 y 6. Luego todos gritaron “¡Olé, olé, olé, olé... Fito, Fito!”. A las 20:09 se apagaron las luces, se vio a los cuatro músicos que acompañaron al argentino y un gran corazón en un fondo rosa gigante latía en el escenario. Páez salió con un terno del mismo color y empezó a bailar Yo te amo. “¡Buenas noches, Cuenca... recién te veo y ya te amo!”. Fue el principio del concierto y de la algarabía.
Fito prometió las once canciones de su nuevo disco, Yo te amo, porque “está bueno escuchar la nueva música, che”. Alternaba su piano blanco con plumas rosas, su guitarra acústica Taylor y su eléctrica Gibson SG.
El público no se entregó del todo a los nuevos temas, pero cuando el músico mencionaba a Cuenca como en Luces de la ciudad la plaza se despertaba. El primer set culminó con La velocidad del tiempo, canción dedicada a su amigo Gustavo Cerati en la que menciona también al ‘Flaco’ Luis Alberto Spinetta.
El argentino ingresó al camerino y luego de unos minutos salió vestido con un abrigo blanco y pantalón rosa. Abrió la segunda tanda al piano, con Al lado del camino. Tomó un poco de vino y luego de Naturaleza sangre dijo: “Vamos a cantar. Este es un ‘conciertazo’ y no están dando vueltas”. Fue la entrada a 11 y 6, uno de sus clásicos. “Excelente, Cuenca, excelente... quiero buenos seguidores”, se le oyó decir.
Un solo de piano dio inicio a Un vestido y un amor (te vi); así hipnotizó a los asistentes y los hizo cantar con él. Luego los retó a permanecer en total silencio para interpretar a capela Yo vengo a ofrecer mi corazón.
El baile quebró el suelo del coliseo Jeffeson Pérez con Circo beat. Tomó su guitarra y sostuvo con su boca una rosa. Volvió al piano y dedicó Polaroid de locura ordinaria a la chica más animada del público.
“¡Buenas noches, Cuenca, carajo!” y con Ciudad de pobres corazones el lugar se estremeció y él se trepó al piano con su guitarra. “¡Inolvidable Cuenca!”. El adiós vino con A rodar mi vida pero reapareció vestido de negro con un saco de colores y comenzó el último set con Dar es dar.
Una mala graduación de su micrófono produjo un espantoso ‘feedback’ que le impidió por un momento robarse el show. Llegó la penúltima canción, una de las más esperadas y coreadas de la noche: Mariposa Technicolor, para culminar con un “¡Muchas gracias, Cuenca, inolvidable de verdad!”.
Luego presentó a la banda. “Chao, muchachas; chao, muchachos. ¡Gracias!”. Y cuando todos pensaban que el show había llegado a su fin, el público coreó “Otra, otra, otra...” y “Olé, olé, olé... Fito, Fito”.
No satisfecho, el rosarino interpretó El diablo de tu corazón, finiquitando así un concierto que cerraba una página en la historia del músico y abría otra en la capital azuaya. A las 23:00 terminó su presentación. Fito se fue más que satisfecho. La aventura había culminado y Fito sentenció: “Hermoso rico americano. Los llevaré en mi corazón para siempre”.