noviembre 12, 2016

Ale Blanc, desde su barrio...dónde soñó que alguna vez actuaría su artista, nos cuenta...

desde EL TEATRO COLONIAL DE AVELLANEDA.
 

Esa triste noche en la que tenes de 12 a 15 años, a finales de los 90s y principios de los 2000. Te re-costas un sábado por la noche con la tristeza del primer devenir sentimental de tu vida, algo infinitamente novedoso para ese entonces. La oscuridad, la noche en silencio, sin poder inmiscuirte en las redes sociales, ni siquiera mandar un mensaje de texto. Un momento en el que solo estas vos, con vos mismo, en un Universo en el que sos extraño porque ni siquiera entiendes todo lo que sentís adentro de tu propio "yo". Al otro día abrís los ojos, no sabes si es una película que transmutó a real en los sueños, o que verdaderamente fue real; pero fue. A levantar se la cama, a salir al living, al comedor, al patio, a ver a la familia en un domingo mas de asado, tango y mesa sin lugares vacíos, todos con sus vidas sin saber que pasa atrás del hasta ayer niño y desde hoy vaya a saber uno qué. Increíblemente te aparece esa frase que ahora tenes armas para comprender: proviene de esa música, de "ese" artista, de ese momento que te renace, te resurge y no sabías y ni te imaginaste que luego te iba a acompañar el resto de tu vida de ahí en mas.


Transcurren los años, y ese artista, de esa canción, de aquella vez, finalmente fue tu compañero de batallas, tu consejero, tu sanador, tu inyección de energía y el que te hacia dormir por las noches suavizando las penas o poniéndole palabras a tus alegrías. Creció con vos, evolucionaron (o no) pero caminaron juntos, y un día, 16 años después, él no te conoce más vos si a él, y se da la circunstancia en que desembarcará con su Circo en tu barrio.
El mismísimo barrio que te puso las pruebas, las victorias y los conflictos que te hicieron resguardar tu mente en esa Obra artística propiamente dicha. Se te vienen a la mente miles de sucesos: Ese primer beso en el frió mediodía de las calles Escalada y Roca aquel primer año de tu vida que no comenzó con 19...; el "si" que te dijeron dos cuadras después y te hizo sentir Maradona en el ´86; La terraza del 3599 por la que huiste esa mañana soleada de verano de manera ágil y torpe resguardando tu vida al año siguiente; ese famoso 7826 que si no te llamaba por teléfono hacía que las paredes de tu habitación absorban oxigeno y te limiten la posibilidad de respirar (y vaya que tomaba sus recreos eh); los celos y la flamante probabilidad de pérdida que ahora eran una realidad y ya no una escena en la TV de 14 pulgas de alguna novela; primer baile de cumpleaños; esa novedosa sensación de consumir bebidas sustanciosas de estrepitosa consecuencia mental; y un sin fin de tantos años de vivencias bajo el cielo de tu barrio, como el primer cine, el primer rechazo y el bruto hachazo del desamor.

A debidas cuentas, el contexto narrativo expresa la sensación de que todo eso confluyó en que "el artista": Fito Paez: vino al barrio donde mil y una vez escuche sus casetes, sus cd`s y sus mp3 conforme pasaron las épocas. Y en su visita todo confluyó para que cuando recite esa frase que comenté al comienzo del relato, la siguiente sea la imagen que tuve delante mio en el Teatro Colonial, de mi querida Avellaneda, el sábado 5 de Noviembre de 2016. Entre las lágrimas de todas las ideas anteriores torpemente volcadas al relato rebotando por mi mente a la vez, tomé la cámara y pude fotografiarla. La canción, la estrofa y el hermoso abrazo de esa pareja del que solo serian testigos las paredes del Teatro y sus mentes bajo la percepción del enamoramiento. Vaya a saber cuáles historias cargan en sus espaldas tal como yo hoy cuento las que cargo en la mía.
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Lejos de las críticas foráneas de aquellos opinólogos poco entendidos en la materia, Gracias Fito, sin vos como banda sonora de mi vida, no se qué hubiera sido de mi, en momentos de necesidad de expresión, alrededor de un mundo de cultura carente. Te quiero maestro!. 

Ale.- 10/11/16

"si ya no hay nada que anestesie tu dolor
si no llegas, si no alcanzas a verme //
no creas que perdió sentido todo
no dificultes la llegada del amor
no hables de mas, escucha el corazón
ESE ES EL CABLE A TIERRA" - Rodolfo Páez .1985