diciembre 13, 2021

13/12/2021 Nota del Diario La Capital de Rosario. Por: Pedro Squillaci

 Fito Páez y un viaje de canciones que surcan el tiempo al lado del camino






El músico rosarino se presentó el sábado en el Hipódromo ante unas 6.000 personas que disfrutaron de un recital tan potente como emotivo. Crónica del show que se había cancelado el 13 de marzo de 2020 por cuestiones sanitarias.
Volvió Fito. Cuando ese 12 de marzo de 2020 Fito Páez anunció por Instagram que su show en el Hipódromo de Rosario del día posterior, y el de su cumpleaños, se suspendía “debido a todas estas circunstancias ligadas al coronavirus”, todos y todas tomaron conciencia de que no quedaba otra que esperar la fecha del nuevo concierto. Y el día llegó. La llegada de un nuevo show significaba también que el virus comenzaba a irse. Por ese cruce de sensaciones la noche del sábado se vivió una verdadera fiesta en el Parque Independencia cuando unas 6.000 personas se pusieron de pie para recibir al mismo tipo que nos silba al oído muchas de las canciones que suenan hace más de 35 años. Volvió Fito, es hora de cantar una vez más.
Páez viene de ganar un Grammy Latino a la excelencia musical, ya tiene un disco que es el más vendido de la historia de la música en la Argentina, sus canciones las cantan desde Caetano Veloso hasta Elvis Costello, tanto en México como en Madrid, y también en Los Angeles y Buenos Aires, pero en el Hipódromo puso un stop cuando al unísono le cantaron “olé, olé, olé olé, Fitooo, Fitoooo”. Luego de agradecer y de resaltar ese fenómeno de “tribu” congregada en ese show, remarcó cuál es su misión en este juego de roles: “A mí me tocó cantar y ponerle palabras a la vida de ustedes”.
Y aunque sonó extraño ese pedido de pausa , no estaba haciendo otra cosa que poner blanco sobre negro para visibilizar este volver a encontrarse en este tiempo y en este lugar. Eso sí, lo hizo con el llamado muy especial a “salir del laberinto” del coronavirus “con inteligencia”, e invitó a seguir dando batalla. Con esa misma actitud cantó “Vamos a lograrlo”, primer corte de difusión de “Los años salvajes”, el flamante disco de Páez que, junto con “La conquista del espacio”, se presentaron este sábado 11 de diciembre, en un show donde el artista rosarino interpretó durante más de dos horas un setlist de 23 canciones más un guiño a Charly García -y a este presente pandémico- con “El aguante”.
Todo comenzó pasadas las 8 de la noche con Coki & The Killer Burritos, la banda liderada por Coki Debernardi, que ofreció un show con su potencia habitual demostrando -por si hacía falta- que es un performer indestructible. Con un puñado de canciones, entre las que se destacaron “La tormenta” y “Linyera”, invitó al recital del 18 de diciembre en el anfiteatro del Parque de España “porque vendimos pocas entradas” y se despidió en medio de un fuerte aplauso.

Una historia animada para disfrutar en las pantallas gigantes fue el aperitivo para el esperado recital de Fito. En la ficción, un auto con tres personas que iban al show de Páez en Rosario volaba para superar obstáculos y llegar a destino, mientras de fondo se oía “y volar, volar”, del “Tema de Piluso”, que fue el elegido para abrir el recital.

Con un traje verde manzana, Fito salió a escena acompañado de su banda, de impecables traje y corbata negro con camisa blanca: Juani Agüero, en guitarra eléctrica, Diego Olivero en bajo, Juan Absatz, en teclados, guitarras y coros ; Carlos Vandera, en guitarra y voces y Gastón Baremberg, en batería.

Fito se entregó a pleno, no se cansó de agradecer al público y de celebrar este encuentro, en el que hizo reiteradas alusiones a su amor por Rosario, sus lugares y su gente. “¿Hay alguna canción más rosarina que esta?”, preguntó antes de empezar “Tumbas de la gloria”, y a nadie le importó si había otra más o menos rosarina. Era momento de disfrutarla.

En la lista de temas sorprendió con un par de temas de “Naturaleza sangre”, no sólo con la canción que le da título al disco, interpretada con un nuevo arreglo en el final, sino con “Insoportable”. Después llegó el momento de “La conquista del espacio”, el tema de apertura del disco homónimo, con un aire sinfónico y una potencia arrolladora. Y de ese mismo disco, también hizo “La canción de las bestias”: “Si me preguntan qué quiero cantar, es la canción de las bestias”, confesó. Y había un sentimiento en común que les hablaba a todos y todas.

En la misma sintonía emotiva llegó una joyita del flamante “Los años salvajes”: “La música de los sueños de tu juventud”. “Nos vamos perdiendo en el tiempo” canta Fito y suena más reflexivo que nunca. Ese paso del tiempo también lo manifiesta al mostrar juntas “11 y 6” y “El chico de la tapa”, con el mismo chico que vendía rosas en el bar La Paz que después mutó en un pibe que tiene “la 22 en el bolsillo del papel de armar”.

Uno de los secretos mejor guardados de la obra de Fito es que sus canciones no sólo resisten los calendarios sino que se resignifican en ese viaje. “Esta sobrevivió muy bien” dijo antes de cantar “Al lado del camino”, tras lo cual llegaría otra que ya es eterna y es “Yo vengo a ofrecer mi corazón”, en la mejor versión de la noche, con un fraseo que linkeaba con Bob Dylan y con el Polaco Goyeneche.

Ya había pasado una hora y media de show y se respiraba que venía un cierre festivo. “Psicodélica star de la mística de los pobres” se oyó bien fuerte y el público estalló para compartir “Circo beat”. Ya la gente había abandonado definitivamente sus sillas y se venía el momento de prender las luces de los celulares. Con el escenario a oscuras, vino “Brillante sobre el mic” para celebrar esos “recuerdos que no voy a borrar” y de paso afirmar que “el tiempo es un efecto fugaz”. Fito vuelve a soplarnos al oído esas canciones que acompañan la vida.

Por eso llegará también “Ciudad de pobres corazones”, “A rodar la vida” y ya en los bises y con traje negro a tono con su banda vinieron “El amor después del amor”, “Dar es dar” y “Mariposa tecknicolor”.

De yapa, Fito hizo otro viaje en el tiempo y regaló “Polaroid de locura ordinaria”. “Todo su cuerpo con espinas, y a mí me siguen las moscas” fue su última frase cantada. Parecía la mejor manera de cerrar el círculo que reunía a “La canción de las bestias” y “La música de los sueños de tu juventud”. Fito sigue surcando ese viaje con canciones que van al lado del camino. Y hoy sólo nos vuelve a ver.