mayo 30, 2007

Se perfila como uno de los mejores recitales del año: FERNANDO CABRERA EN CONCIERTO



El uruguayo presentó las canciones de su último disco Bardo, junto a su trío, en La Trastienda. Como invitados estuvieron Rada y Liliana Herrero. En el público, Fito Páez.



"Con una letra suya, yo hago diez canciones", dijo Rubén Rada, uno de los invitados del show del impactante show de Fernando Cabrera, el sábado pasado en La Trastienda. La elocuencia de la frase le hace justicia a la elevadísimo poesía de Cabrera, una joya cada vez menos oculta de la música uruguaya.

Acompañado por Federico Righi (bajo y coros) y Ricardo Gómez (batería, percusión y, ocasionalmente, vibráfono), Cabrera abrió el show con "Críticas", suerte de canción-autoretrato-declaración de principios. Ese fue el punto de partida para un show que incluyó un repaso por buena parte de su extensa discografía. Desde "Agua", "El loco" y "Por ejemplo", a "Viveza" (para muchos, el mejor tema de la música popular uruguaya del nuevo milenio) y la experimental "Tierra".

Liliana Herrero erizó la piel de los presentes cuando le puso voz al clásico "El tiempo está después", y luego, con María Eva Albistur como invitada en teclados, hicieron una versión conmovedora de "Puerta de los dos".

Y Rada, más allá de las declaraciones elogiosos, puso su voz en dos gemas: "Punto muerto" y "Te abracé en la noche". Cabrera, con sus músicos y los invitados, se revelaron como maestros de las sutilezas. Una de las tantas claves de la magia del bardo uruguayo es su capacidad de deconstruir acordes y, con una intención jazzística, reinventar sus canciones.

Con esa misma intención abordó "11 y 6", el clásico de Fito Páez, en medley con su tema "Menores". La elección fue acertada, porque Páez estaba presente en la sala, y aunque no subió a escena, quedó encantado con la versión y con todo el show ("Cabrera es una joyita", declaró en camarines). Pero no fue Fito el único músico presente en la sala. Además de los artistas invitados, entre el público se distinguía un ecléctico grupo de colegas que siguieron el concierto con devoción: Gabriela Martínez (de Las Pelotas), Juan Jacinto y Martín Caamaño (de Rosal), Fernando Mántaras y Juan Buonome (de Voladores), Pablo Grinjot y Pablo Dacal, entre otros.

Para el final, Cabrera guardó ese nuevo clásico que es "Dulzura distante", popularizado por la emergente Ana Prada, que despertó el aplauso devocional del público. Un aplauso que se había reproducido durante toda la velada.

Humphrey Inzillo

mayo 29, 2007

REVISTA G7

Ya salió la revista G7, la nota tiene 9 páginas de Fito Páez, cuesta $12 y llega a Rosario.

mayo 28, 2007

El estreno en Rosario ¿De quién es el Portaligas?, se postergó a Septiembre 2007

ESTRENO
SEPTIEMBRE 2007
¿De quién es el portaligas?
en
ROSARIO

mayo 25, 2007

La Revista de Cuba : Alma Mater, Publicó una nota de Fito de Nov. 1988.


FITO PÁEZ SIN PUNTO FINAL
Por María del Carmen Mestas



Una sorpresa para nuestros lectores, de los archivos de Alma Mater retomamos esta entrevista a Fito, publicado en el No. 309, noviembre de 1988.
Buen provecho...


Le asusta cuando lo llaman genio. Fito Páez prefiere ser relámpago sonoro en las multitudes o ese teclado que grita el rock, se fusiona al tango e invita a divertirnos. Sin embargo si hurgamos en sus textos encontraremos la herida de una reflexión profunda y muy actual. Metáforas como fuego, cuchillos sin silencio y una capacidad expresiva inusual para provocar la relación con el público, dibujan la imagen de esta figura a la vanguardia del movimiento rockero argentino.

En 1963, el 13 de marzo, nació Rodolfo Páez, quien, muy pibe, se entusiasmó con la música. Integra grupos como Neolalia, Staaf, El banquete y se une, primero, a la agrupación de Juan Carlos Baglietto y, luego, a la de Charly García, que tuvo una marcada influencia en el quehacer autoral del joven. En 1985 encuentra gente con swing para formar su banda, una pequeña tropa que todos encontraban «muy bien aceitada» y de la que ahora, por necesidades de cambio, se desprendió. La discografía del artista rosarino incluye varios acetatos: Del 63, Giros, La, la, la, y Ciudad de pobres corazones en los que convergen desde el latido intimista hasta la canción social.

Dialogamos un atardecer cuando el crepúsculo empezaba a inventar sombras y el artista buscaba satélites no en el cielo, sino en el mar.

¿Has tenido en algún momento miedo de que el público no te responda?
Sí, cómo no, y he sentido miedo de no responder yo también.

Algo me inquieta. ¿Tu presentación en el escenario es estudiada, eres realmente un poco loco o esa proyección es parte del show?
Soy un loco cuerdo que busca divertirse; si tengo ganas de bailar, bailo, si quiero estar tranquilo tocando el piano, lo hago.

Pero, nunca estás tranquilo...
Es cierto. La vida se vive hoy muy aprisa. Es poco el promedio de edad, quizás 50 años.


En Cuba, se prolonga hasta los 70.
Es que este es un lugar maravilloso, único en el mundo.

¿Y quisieras vivir 70 años?
Un poquito más: 700.

¿Para qué tanto?
Pues para continuar haciendo música.

¿Grabas?
Recién termino un disco nuevo: Cacería. Lo voy a mezclar a Nueva York.

¿Intentas cazar la noche, el amor, las estrellas...?
El título se lo da una canción. La vida del músico, la del poeta, la del que hace arte es tratar cada día de atrapar algo para hacerlo realidad. En mi caso sería la música, que no sé donde está, si en el aire... Esa es mi cacería.

¿Te consideras músico o poeta?
Ninguna de las dos cosas. ¿Quién soy en realidad? ¿Músico? Es posible. Poeta, no. Es un terreno muy denso, muy amplio.

Sin embargo, haces poesía.
No en la categoría literaria en que esta se define.

¿Y lo sensible?
La sensibilidad es como un trabajo más, como una ejercitación que se logra viviendo.

¿Inventas tus canciones o nacen de la inspiración?
Diría que de la inspiración; eso que llaman musa que tampoco sé que es.

Las musas ¿te visitan con frecuencia?
A veces resultan muy esquivas. Mira, en Cacería hay nueve temas, en un trabajo de casi o más de un año. Así que en ese período aparecieron únicamente en nueve ocasiones.

¿Cómo va tu amigo el rock?
Va.

¿Lo asumes como un estilo de vida?
Es una buena pasta, vena pura, filin al instante, mucha energía. Tampoco sé por qué es bueno, pero es bueno. Por otro lado, hay días que me desinfla, y llevo varios años tocándolo. Para mí, el rock no implica, como dices, una forma de vida, sino una actitud.

¿Por qué estás contemplando el mar?
Me bañé para quitarme la resaca salada y estoy muy calmo, ¡qué extraño! ¿verdad? y ahora hablo contigo. Me gusta el mar y hay varias canciones que lo reflejan o que brotaron junto a él. Ciudad de pobres corazones nació en muchos lugares cerca del mar, como en Tahití. Fue en un año muy agitado porque produje los discos de Liliana Herrero y Fabiana Cantilo, mi compañera, una chica muy explosiva.

El tango, ¿qué lugar tiene en tu vida?
Toda mi música es tango; es más bien la manera de decir las cosas.

¿Hasta dónde ofrece Fito Páez su corazón?
Nunca se sabe. Sería muy demagógico que yo te dijera «te ofrezco todo mi corazón». Nunca nadie lo va a tener todo; como nunca nadie va a llegar al fondo de tus ojos, solamente vos.

El joven compositor participó en Los chicos de la guerra y en Sur, filme premiado en Cannes. Le interesa mucho el cine y ha escrito varios guiones e incluso tiene invitaciones para actuar en películas.

No hay punto final para esta entrevista que algún día continuaremos. Junto al azul marino de Varadero dejamos a Fito Páez, ese hombre humanamente triste que juega a divertirse, ese cazador de estrellas en el lecho de la noche.


mayo 24, 2007

Algunas Fotos del Encuentro de La Trova
















mayo 23, 2007

ROCKSARIO (NOTA: Diario La Nación)


Fito Páez- Zapo Aguilera- Silvina Garré-Marco Pusineri - Juan C. Baglietto - Sergio Sainz Rubén Goldín .

Pasaron 25 años de la llegada de la Trova Rosarina a Buenos Aires. Reunidos en exclusiva por LNR, estos músicos que siguen visitando escenarios cuentan por qué nunca dejarán de cantar
Foto 1:
Fito Páez, Zappo Aguilera, Silvina Garré, Marco Pusineri, Juan Carlos Baglietto, Sergio Sainz y Rubén Goldín, el primer grupo que armó Baglietto para tocar en Buenos Aires Foto: Archivo Daniel Merle.
Foto 2:
Juan Carlos Baglietto, Adrián Abonizio, Fito Páez, Jorge Fandermole y Rubén Goldín, 25 años después, en el encuentro que organizó LNRFoto: Daniel Pessah

38 fotos más en :
http://www.lanacion.com.ar/archivo/nota.asp?nota_id=908867&origen=acumulado&acumulado_id=

El mundo estaba hecho desde hacía mucho tiempo, pero nosotros no lo sabíamos”, dice Fito Páez, en un viaje que lo transporta 25 años atrás. Mayo de 1982. Fito tenía 18 años y era el tecladista de un grupo de jóvenes rosarinos que soñaba con cambiar el mundo y cuyo desembarco en Buenos Aires popularizó al rock argentino. El escenario era otro. La Guerra de Malvinas servía como telón de fondo de una realidad que lastimaba demasiado. En las radios regía la prohibición de pasar música en inglés y los sueños de libertad y de un mundo mejor había que cantarlos en castellano. La gente quería escuchar y la Trova Rosarina, comandada por Juan Carlos Baglietto, Fito Páez, Silvina Garré, Jorge Fandermole, Adrián Abonizio, Rubén Goldín y Lalo de los Santos (fallecido en 2001), dijo presente. “Había una necesidad de decir cosas y había autores para decirlas”, asegura Fito, el primero de los músicos en llegar al encuentro organizado por LNR (Silvina Garré estaba de viaje, por lo que se sumó a la producción días después; ver aparte) para revisar aquellos años en los que los pensamientos se hicieron versos.

Grabaciones encontradas, recuerdos y fotos de veinteañeros hippies, de pelos largos y jardineros, se colaron entre risas y bromas en la entrevista a estos trovadores que, hoy como ayer, siguen recorriendo escenarios con aquellas y con otras canciones. “Lo que nos movía era la inconsciencia –dice el verborrágico del grupo, el tirafrases, como lo llaman a Abonizio, que junto con Fandermole y Goldín dejó Rosario por un rato para participar del reencuentro–. Las ganas de hacer las cosas por instinto, sin pensar en un plan; ése era el espíritu. No hicimos una resistencia cultural pensada.”

“Nos unió la necesidad –destaca Goldín–. No me voy a cansar de decir que teníamos la necesidad de sobrevivir en un medio que no te daba muchas opciones, porque hacer y tocar música no era cosa de todos los días.”

En cada gesto, Baglietto asiente la frase de sus compañeros de ruta y propone escuchar los discos de aquellos años. “Eran frescos, espontáneos; no había un plan, una dirección, un orden; sólo canciones.”

Fue a fines de 1981 cuando –tras lucirse en el Encuentro de Música Popular que la revista Humor había organizado, el 7 de agosto de 1981, en Obras Sanitarias, como protesta por la presentación de Frank Sinatra en el país– apareció la posibilidad de que Baglietto y sus amigos grabaran su primer disco. “Este debe de ser el único lugar del mundo donde se organiza algo en contra de Sinatra. Delirios de la época –piensa en voz alta Fito–. Si hay algo que recuerdo bien fue la conmoción que causó Baglietto desde el escenario. Su voz, su repertorio, su todo: su interpretación era única.”

Por la vida iba de jardinero; eso dicen de Juan. “Cantaba cuando podía, y animaba fiestas infantiles para ganar el pan; así andaba, de jardinero y gorra por la vida; era un hippie total”, reconoce. Y así fue presentado en el escenario de aquel Obras: “Por ahí anda un rosarino de jardinero y gorra...”.

Luego llegaría el Festival de La Falda, la atención de los medios y el bautismo que éstos les darían al llamarlos Trova Rosarina.

Malvinas, algo que decir

Eran tiempos oscuros. Los militares estaban en el poder y esperaban quedarse por largo tiempo en la Casa Rosada. Grupos y solistas eran prohibidos y perseguidos. Subir a un escenario no era cosa de todos los días; el destino era incierto y peligroso, hasta que el general Leopoldo Fortunato Galtieri dio su último manotazo de ahogado para seguir en el sillón: declarar la guerra a Gran Bretaña por la recuperación de las Malvinas.

Ni los Beatles ni los Rolling Stones podían sonar en las radios. Hablar en inglés no estaba bien. Fue entonces cuando nuestros músicos, los que estaban vedados, los que no eran vistos con buenos ojos, pudieron acceder al otro circuito. Ya lejos del under, comenzaron a cantar, a ofrecer shows y a sonar en las radios con letras que se animaban a cuestionar a la dictadura, para convertirse en portavoces de una generación harta de estar amordazada.

León Gieco hacía de Sólo le pido a Dios un himno; Pedro y Pablo se metían con Margaret Thatcher en Señora violencia e hijos, Charly García ironizaba con No bombardeen Buenos Aires y la Trova sacudía con su dolorosa metáfora en Mirta, de regreso, canción que hablaba de alguien que había estado “a la sombra”.

“…para el que vuelve del infierno ya no hay más fantasías, sólo quiere un tiempo blando, pero esto Mirta nunca lo sabrás…” (Mirta, de regreso, de Adrián Abonizio).

“Es muy complejo de analizar; no se puede tener un solo punto de vista”, asegura Páez, sobre aquel momento de nuestra historia. El revisionismo suele dividir las aguas para exponer las contradicciones del efecto Malvinas.

“Un fuerte sentimiento pacifista acarreó entre los músicos, que aunque sintieron que eran utilizados buscaron aprovechar ese novedoso espacio”, escribió el periodista Víctor Hugo Ghitta en la enciclopedia Historia del rock.

Coincidencias, coyunturas, Baglietto habla de ellas cuando mira hacia atrás. “No éramos muy conscientes del análisis posterior. Nosotros no hicimos ninguna canción ni disco para ni porque.” Fito está convencido de que el surgimiento de la Trova Rosarina fue “uno de los últimos fenómenos reales y sinceros sucedidos en la Argentina”.

La vida está llena de paradojas, y Abonizio hace hincapié en ello. “Se invaden las islas y se determina que se pase rock en castellano y como no podían poner todo el día lo mismo dieron lugar a cosas nuevas, pero nosotros, todos nosotros, veníamos trabajando desde hacía mucho tiempo en Rosario; no nos pusimos a componer porque las radios ponían rock.”

Mientras aguantaban las pilas, los colimbas se las arreglaban con las radios de bolsillo para sintonizar sólo Radio Provincia y Radio Colonia. Para los chicos, en Malvinas no había otras emisoras.

“Carlos Giordano, el primer colimba que desembarcó en Malvinas, aprendió música aceleradamente –escribió el historiador Sergio Pujol en su libro Rock y dictadura (Emecé)–. Aprendió en primer lugar Era en abril, esa canción que un locutor desinformado presentaba como de Litto Nebbia. Se trataba de una canción muy triste, y definitivamente alejada de cualquier guerra. Pero el solo hecho de que el mes del desembarco figurara en su título la había convertido en un hit del patriotismo. Era en abril: veinte veces por día se escuchaba esa canción y entraba en las radios pegadas a las orejas de Carlos y sus compañeros.”

“Sabes, hermano, lo triste que estoy/ se me ha hecho vuelo de trinos y sangre la voz./ Se me ha hecho pedazos mi sueño mejor/ se ha muerto mi niño, mi niño, mi niño./ Mi niño, hermano.” (Era en abril, de Jorge Fandermole)

Eran Tiempos difíciles aquéllos y fue con esa reflexión que Baglietto dio a conocer su primer disco –entraron a grabar en noviembre de 1981 apoyados por Emi-Odeón y por el representante y descubridor, Julio Avegliano– en 1982. Rápidamente, el LP que mostraba al rosarino simulando a El pibe, la clásica imagen de Charles Chaplin y Jackie Coogan, conoció el éxito y se convirtió en el primer disco de oro del rock argentino al superar las 30.000 unidades antes de fin de año. Los chicos de Rosario eran protagonistas de un fenómeno, de un momento histórico que incluía giras por el país de hasta diez shows por semana.

“La energía de Juan, Fito y Rubén era demasiado poderosa para no ser liberada –cuenta Jorge Fandermole–; es imposible pensar que esos talentos expresivos hubiesen permanecido sumergidos. Sería en ese momento o en otro, pero aquella energía necesitaba ser liberada. Eramos un grupo de artistas reunidos espontáneamente por intereses comunes, con una fuerte voluntad de trabajo y, por sobre todo, con un poderoso deseo de trascender.”

El 14 de mayo de 1982, Tiempos difíciles se presentó en Obras Sanitarias.

“El primer Obras –suspira Baglietto–, ¿se acuerdan? No sé si se acuerdan, pero tuvimos que optar entre llevar la batería en un flete o ir a comer.” Las cabezas asienten y las risas se entremezclan en cada recuerdo, como aquel que trae Goldín acerca de cenar galletitas de agua porque no había plata para otra cosa.

“La imagen de 60 u 80 personas afuera, en la puerta de Obras, no me la voy a olvidar más. Nos queríamos morir. Nos dijimos: «¡Uh!, ¿qué pasó? ¡Qué poca gente!» –cuenta Goldín, con cierta teatralidad–. En realidad, todo el mundo estaba adentro.” En Obras no había más lugar. Los que estaban afuera querían entrar.

Mirta, de regreso y Era en abril fueron el puntapié inicial de la Trova Rosarina, un grupo cuyas canciones ofrecían un preciosismo melódico poco usual en el rock, lo que la hacía difícil de catalogar. “No se laburaba desde ningún género –reflexiona Páez–. Yo traía a los Beatles, a los Rolling Stones; Rubén, a Spinetta, la música más jazzera; Abonizio, sus lecturas, el tango, su aproximación a Nebbia; Fandermole traía el folklore, y todo eso era un cóctel que encontró en Juan el ángel interpretativo y en Silvina esa voz tan linda para decir.”

“Somos un retazo de todo –arremete Abonizio–; nosotros rapiñábamos un pedacito de cultura de todo el país, del mundo. Armamos algo parecido a nosotros.”

Por un tiempo, la Trova tuvo que lidiar con el fantasma de ser “triste, melancólico, de tirar pálidas”, como se describía en las crónicas de la época. “A mí me preguntaban cómo era que un chico tan joven podía escribir cosas tan duras –confiesa Fito–. Qué sé yo; sólo las escribía. Pero no éramos tipos depresivos.”

Nostalgia tanguera, le decían algunos. “Me llamaba la atención que lo nostálgico se presentara como un problema sin darse cuenta de que era todo lo contrario; era una característica que nos marcó –destaca Juan–. Y la carga emotiva es lo que nos ha diferenciado. No cantábamos con tristeza, sino con crudeza.”

Y en esa crudeza rondaba la idea de cambiar el mundo cada vez que cantaban, cada vez que subían a un escenario. “Ese espíritu tiene que seguir estando; uno tiene que seguir buscando”, proclama Goldín. Pero el tiempo corre y Baglietto confiesa que uno se va poniendo menos pretencioso: “Uno va entendiendo que sólo se puede cambiar lo posible, y esto me parece que te pone un poco más certero. Hoy sé que no puedo cambiar el mundo”.

La música los hace sentir bien, vivos, libres. Un CD con viejas canciones suena de fondo. Todo está listo para la foto y, aunque no haya un fogón, las guitarras comienzan a ser rasgadas y las voces se confunden con aquellas canciones, con otras, con las que cada uno se apropia del momento. Allí están Baglietto, Fito, Goldín, Abonizio y Fandermole, 25 años después.

Por Fabiana Scherer
fscherer@lanacion.com. ar

Vea las fotos del backstage de la nota en la galería

Para saber más:

www.jcbaglietto.com.ar
www.mundopaez.com
www.jorgefandermole.com.ar
www.rubengoldin.academiarosario.com.ar

Fito Páez

Terminada la década del 70, Fito se integró a la banda de Juan Carlos Baglietto, con la que llegó a Buenos Aires y protagonizó como autor, arreglador y tecladista el fenómeno musical conocido como la Trova Rosarina.

“Esencialmente soy el mismo flaco que empezó a tocar, soy el mismo que se encierra en la habitación a tocar el piano. Eso no se movió ni una pieza, porque sigo disfrutando de la música, de esos momentos.”

“Me propuse búsquedas, transformaciones. Ahora estoy en una etapa en la que quiero divertirme –asegura–. Ya estoy trabajando en un material nuevo de un clasicismo de formas impresionante. Piano y voz; toda la composición es muy austera, muy neta. Ahora voy por este camino, llegué nuevamente acá, después de las películas (Vidas privadas y la aún inédita ¿De quién es el portaligas?), de la literatura, de los hijos. Después de haber vivido un montón de cosas.”

Juan Carlos Baglietto

Via Veneto y Confidencias fueron los primeros grupos que integró en Rosario. Paralelamente, trabajó algunos años animando fiestas infantiles con el seudónimo de Juan Tolón. Luego formó Irreal, la banda predecesora de la Trova.

“Era más inocente, atolondrado, menos entendedor de cómo funcionaban las cosas en este medio. El paso del tiempo me enseñó a hacer las cosas por mí mismo, y eso me pone en una situación de autonomía. Hoy me veo, profesionalmente, mucho más sólido que cuando vendía más discos o llevaba más gente. Hubo épocas en las que la cosa era compulsiva. ”

El último viernes de mayo y los dos primeros de junio, el rosarino tocará en La Trastienda (Balcarce 460) las canciones de su último disco, Sabe quien. “Siempre canté aquellas estrofas que dicen lo que estoy sintiendo. Vivo con orgullo el paso del tiempo, el mirar hacia atrás. Soy un tipo que se hace cargo de lo que ha elegido.”

Rubén Goldín

Guitarrista, compositor y cantante, fue convocado por Baglietto. En 1985 editó su primer disco solista y en 1997 formó Rosarinos, junto con Lalo de los Santos, Abonizio y Fandermole. “Sigo pareciéndome al Rubén joven en cuanto al hambre, porque sigo teniendo el mismo hambre de música y de conocimiento. La música es un amor para toda la vida; eso les digo a mis alumnos.”

En Rosario tiene una academia de canto y en la tele se lo vio como coach en el reality show Operación Triunfo. Después de varios años sin grabar, Rubén está preparando un nuevo trabajo que saldrá a mediados de este año. “El espíritu de las canciones es amable. Hay un tema que le hice a mi viejo, Padre eterno, y uno a mi vieja, Vilma, donde hablo de su oficio de peluquera.”

En febrero de este año, Fandermole, Abonizio y Goldín se volvieron a unir en la feria del libro que se realizó en Cuba. “Juntos tenemos química –asegura–; por eso vamos a hacer un disco con material nuevo.”

Silvia Garré, la muchacha de ojos azules

Ella era la voz femenina, la que acompañaba en cada estrofa a Juan Carlos Baglietto, la que enamoraba con esos ojos azules. “Me siento orgullosa de haber pertenecido a la Trova –confiesa–. Eramos muy jóvenes y todo sucedió demasiado rápido.” Fue Juan quien la animó a subir a un escenario, primero como dúo, luego como parte de la banda con la que llegaría a Buenos Aires. “Creo que no tenemos la real dimensión de lo que fue nuestra aparición, lo que implicó llegar con canciones diferentes. La Trova fue muy renovadora.”

De aquellos años dice mantener intacto el amor por la música. La única razón por la que después de once años sin grabar decide volver al ruedo. Lo hará en junio próximo con El deseo. “Tengo ganas de sentirme feliz arriba de un escenario.” Incondicional admiradora de Joni Mitchell, Garré reconoce que este tiempo le sirvió para reencontrarse. Luego de la edición de Nuestro lenguaje sagrado (1995) decidió irse a Miami. “Fueron dos años y pico –cuenta–. Canté, compartí experiencias con otros músicos, escribí y me busqué a mí misma.” Por aquellos años retomó la carrera de psicología, la terminó y hasta se sentó del otro lado del diván. “Soy consciente de que el cambio está en mí.”

Lalo de los Santos

Compositor y cantante que formó parte de la Trova. A los 44 años, en marzo de 2001, falleció por causa de un cáncer. En el ’73 armó la banda Annus e integró el primer movimiento de rock de Rosario, Amader. Como bajista, tocó en los dos primeros discos de Garré y en el ’84 sacó su primer álbum, Al final de cada día. En el ’97 grabó Canciones rosarinas, resultado del encuentro con Abonizio, Goldín y Fandermole.

Adrián Abonizio

Es uno de los pilares de la Trova, por ser el autor de la mayoría de las canciones que ha grabado Juan Carlos Baglietto. Su nombre está ligado a infinidad de participaciones en trabajos de otros artistas y a la autoría de temas de diferentes estilos musicales. “Era un tipo con mucha bronca; vivía enojado con el mundo y lo único que me quedaba era escribir. Tenía la bronca natural de un pibe de 20 años. Ahora tengo más cosas, amplié un poco más el espectro y me volví más tierno con la gente. Son aprendizajes.”

Junto con “El Muerto” Sergio Sainz y Rodrigo Aberastagui, Abonizio despunta el vicio de seguir componiendo y tocando. “También tengo un dúo de tango y armé un disco en portugués.” Además de su regreso con Goldín y Fandermole, junto a quienes está preparando un disco con cosas nuevas y canciones no editadas, Abonizio está trabajando en una serie proyectos para conmemorar los 25 años de la Trova. “Se trata de un fascículo que se distribuirá junto con el diario La Capital, de Rosario, de un documental y de un libro.”

Jorge Fandermole

Autor de canciones inolvidables, como Era en abril y Canción del pinar, Fandermole reconoce: “Ninguno de nosotros abandonó el camino artístico. Lo más gratificante que tenemos es la permanencia, la continuidad. Han cambiado los lenguajes, los modos expresivos, las fisonomías, pero cada uno ha renovado su lenguaje y lo ha hecho más maduro”. En 2002 dio a conocer Navega y en 2005, Pequeños mundos, dos discos que lo trajeron nuevamente a Buenos Aires a tocar y a mostrar al Fandermole que nunca se pudo enmarcar en un género determinado. En la actualidad es docente en la Escuela Municipal de Música J. B. Massa, de Rosario.

En deuda estamos

Por Adriana Franco

Rosario siempre estuvo cerca”, canta Fito Páez, pero también tendríamos que recitarlo todos los que disfrutamos con el rock hecho en la Argentina. Las virreinales aspiraciones monopólicas de Buenos Aires tuvieron que aceptar la evidencia: si el rock de acá pudo ser, es porque, allá por los años 60, unos muchachos rosarinos decidieron tomar el tren, instalarse en la Capital y, ya convertidos en Los Gatos, propusieron e impusieron, gracias a un simple que se convirtió en éxito, la posibilidad del rock en castellano. En deuda estamos, entonces, con ese otro puerto que, unos años después, volvió a irrumpir con fuerza gracias a la inquieta Trova Rosarina, con un Baglietto pionero y un joven Fito Páez, entre muchos otros que trajeron su manera particular de cantar sobre la ciudad, que es una forma de cantarle al mundo.

Si Rosario trajo músicas y músicos, también aportó un estilo de hacer, un estilo colectivo del hacer. Así como aquel simple de Los Gatos incluía La balsa, cuya autoría compartieron Tanguito y Litto Nebbia, y Ayer nomás, de Moris y Pipo Lernoud, casi veinte años después Baglietto aportó la posibilidad de la interpretación, el poner la voz para hacer conocer, revisitados, los temas de otros. Y Páez, hoy, no sólo incluye a varios músicos de allá en su banda, sino que no deja de alentar e inspirar discos y creaciones de músicos de esa ciudad que sigue estando tan cerca.

Subeditora de la sección Espectáculos de La Nación

La nueva avanzada

Los rosarinos Coki Debernardi, Gonzalo Aloras y Vandera integran, según los medios especializados, una versión siglo XXI de la Trova Rosarina.

“Es distinta y novedosa –confesó en reiteradas oportunidades Aloras, guitarrista de la banda de Fito Páez–, porque somos todos muy diferentes estéticamente de aquella Trova, cuya característica era la uniformidad sonora.”

Para saber más: www.killerburritos.com.ar
www.gonzaloaloras.com
www.vandera.com.ar



Link permanente: http://www.lanacion.com.ar/908867

mayo 20, 2007

defendamoselcairo@yahoo.com.ar (Mandá un mail con tu apoyo)

(Foto:F. Fernández - Flickr.com)
El cine El Cairo, apoyado por 600 empresarios

(NOTA Diario La Capital 20/05/2007)





El grupo empecinado en salvar al tradicional cine de su cierre el próximo julio, ya cuenta con el apoyo de 600 empresarios que estudian adquirir los bonos de contribución de 15 mil y 30 mil pesos respectivamente, como parte del operativo de rescate.

Ayer, se reunieron una vez más en el Concejo y adelantaron que están "avanzadas las conversaciones con legisladores nacionales y provinciales" en función de sumar más apoyo. Lo que se logre de esas tratativas generará una actividad más: "Vamos a llenar El Cairo", a la que se invitará a propios y extraños, para copar la sala. Pero para saber de qué se trata, aún hay que esperar unos días.

Pero además, dijo Daniel Greco, uno de los integrantes del grupo que actúa en el salvataje, se engrosó la lista de notables que quieren que el viejo cine de Santa Fe y Sarmiento siga en pie. Ya adhirieron Lito Cruz, Hugo Arana, Víctor Laplace, Darío Grandinetti, Fito Páez, Eliseo Subiela, Pino Solanas, y personalidades locales como Mónica Alfonso, Emilio Bellón y la directora de cine Julia Solomonoff.


Mil carpetas
.Mil son las carpetas de la campaña con los bonos de contribución que apuntan a la posibilidad de comprar el inmueble valuado en 700 mil dólares

La idea es que organismos públicos y privados hagan su aporte económico.


Quien quiera colaborar puede escribir al mail


defendamoselcairo@yahoo.com.ar

mayo 15, 2007

EL DISCO DE AZUCAR Y VIENTO HERMANA ZARAGOZA Y LEÓN


La Asociación para el Hermanamiento entre la ciudad nicaragüense de León y Zaragoza ha llevado a cabo este interesante proyecto musical, bautizado como “De azucar y viento”, coordinado por Gabriel Sopeña y editado por Prames. La dulzura nicaragüense y los aires zaragozanos se mezclan gracias a la participación de artistas de ambas ciudades. León, la segunda ciudad de Nicaragua, con más de 200.000 habitantes, es la principal receptora de las ayudas al desarrollo del Ayuntamiento de Zaragoza. Numerosas entidades zaragozanas colaboran con León, como la DGA, la Universidad, la DPZ, la Fundación Ecología y Desarrollo, la Fundación El Tranvía, el servicio de atención a la mujer de la Jefatura Superior de Policía de Zaragoza, la Cámara de Comercio o los centros Cadeneta y Gusantina.

En el disco, editado por Prames, se cuenta con la coordinación de Gabriel Sopeña y Panuer & Ferri. Se ha grabado entre Zaragoza, Managua, Barcelona y Praga. Además de la participación del propio Sopeña, el trabajo recoge aportaciones de artistas tan señalados como la nicaragüense Norma Helena Gadea. Es una de las principales artistas nicaragüenses desde hace 30 años. Hija de la cantante de tangos Carmen Avilés, en su época universitaria se alineó en la canción protesta, aunque nunca fue militante sandinista. Ahora dice levantar "la bandera de la vida, del amor, de la paz, la bandera de todos los seres humanos que no tienen color definido. Y siempre le canto a la dignidad".

Junto a ella están el guitarrista nicaragüense Eduardo Araíca, el cantautor aragonés José Antonio Labordeta, Magdalena Lasala, Alfonso Palomares o Elena Rubio, cantante de la banda electrónica Digital Analog Band, de Pedro Andreu y Luis Sancho, que acaba de cosechar un rotundo éxito en el Wave Festival de Taiwán. También se encuentran en el grupo de colaboradores los jóvenes compositores nicaragüenses Ramón Mejía y Richard Loza, el porteño afincado en Zaragoza Ariel Prat, la soprano catalana Karina Vizcaíno y la estrella eslovaca Lucía Soralova.

El trabajo se completa con imágenes y textos, coordinados por Jesús Cisneros, sobre León, y con la musicalización del poema "Los portadores de sueños", de la poeta nicaragüense Gioconda Belli.

Listado de temas:

1. Yo vengo a ofrecer mi corazón (Fito Páez). Cantan: Norma Helena Gadea y Lucía Soralová2. La razón de vivir (Victor Heredia). Cantan: Norma Helena Gadea y Ariel Prat
3. Cuando me corta tu filo (Ramópn Mejía). Cantan: Ramón Mejía y Karina Vizcaíno.
4. A un semejante (Eladia Blázquez). Canta: Norma Helena Gadea
5. Dale una luz (Salvador Cardenal Barquero / Age Aleksandersen). Cantan: Norma Helena Gadea y Richard Loza
6. La mora limpia (Justo Santos). Guitarra solista: Eduardo Araica.
7. Palabras para Julia (José Agustín Goitisolo / Paco Ibáñez). Cantan: Norma Helena Gadea y Karina Vizcaíno.
8. La bala (Salomón de la Selva / Ofilio Picón). Canta: Gabriel Sopeña
9. Te amaré y después (Silvio Rodríguez). Cantan: Norma Helena Gadea y Elena Rubio.
10. Serenata para la tierra de uno (María Elena Walsh). Canta: Norma Helena Gadea
11. Los portadores de sueños (Gioconda Belli – Gabriel Sopeña). Recitan: Alfonso Palomares, Magdalena Lasala, José Antonio Labordeta y Adriana Orozco Castillo.


Fuente: Heraldo de Aragón

aragon musical.com

Girondo por Páez. (Diario :Clarín 13/05/2007)

inesperada performance de Fito Páez y Fernando Rubio tuvo lugar el viernes en la inauguración de Palabra Girondo en la Biblioteca Nacional, cuando el rosarino y el curador de la muestra leyeron versos del poeta entre brindis, bromas y finalmente las versiones de Fito para piano y voz de Arena y Las chicas de Flores, dos poemas de Oliverio Girondo.

mayo 14, 2007

Marián Farías Gómez actuará esta semana en Campana


El próximo sábado 19 de Mayo desde las 22.30, se presentará en el Resto Bar "Vía Libre" la cantante de música popular argentina, Marián Farías Gómez, distinguida con la Estrella de Mar 2007.
Reconocida por sus dotes interpretativas y su impecable afinación, Marián es digna integrante de la dinastía creadora de los Farías Gómez desde que irrumpió como voz principal de los Huanca Huá.
Algo alejada de la actividad desde que asumió como Directora de Folclore y Artesanías de la provincia de Buenos Aires, la artista decidió emprender el camino de retorno a la música durante el año pasado.
Puesta a desmenuzar esa decisión, apuntó que "quiero mostrar la música nuestra sin olvidar las raíces de la música más profunda, porque hacer la música del país de uno es algo muy serio y no podemos poner a la venta como único objetivo".
"Para ser juglar de tu país, tenés que comprometerte con la historia y la identidad de tu país y respetar profundamente lo que se hace", redondeó.
En busca de esos valores, contó que para su próxima placa recurrirá a temas de Atahualpa Yupanqui y Gustavo Cuchi Leguizamón, pero también de Fito Páez y de Luis Alberto Spinetta.
Farías Gómez indicó que "de Fito quiero hacer ´Parte del aire´ pero como chamamé y encontrar alguna canción de Spinetta que no sea ´Barro tal vez´ que de por sí es una zamba", reflexionó Marián.


El espectáculo en "Vía libre", tendrá el valor de $ 12. Para consultas y reservas, los interesados se pueden comunicar a los números 03489-15573610 y 15515068. Rocca y Alem, Estación Ferroviaria de Campana.

mayo 13, 2007

Lunes 14, 25 años de La Trova Rosarina.


Tomando como referencia el recital con que Juan Carlos Baglietto presentó su primer álbum "Tiempos difíciles" en el porteño estadio Obras, el lunes 14 se cumplen los 25 años del movimiento conocido como La Trova Rosarina.

Ese particular movimiento musical nutrido por canciones y músicos santafesinos, irrumpía en medio de una Argentina que empezaba a quitarse el horror de la dictadura. El rock nacional está de festejos y en varias ciudades del país se harán homenajes a los grandes de la música nacional

"Yo creo que eso fue algo y en Buenos Aires se pusieron bastante nerviosos porque llegó una gente que traía un aroma diferente a lo que se olía, que arribó para jugar en primera", definió Fito Páez, uno de los encumbrados de aquella camada, en charla con Télam.

En la misma sintonía, Juan Baglietto apuntó que "vinimos a plantear algunas cosas interesantes que no se dieron en el marco de un plan pero que resultaron una buena coincidencia".

Si vocalista y cantautor fueron dos de los más visibles protagonistas de aquella epopeya, pudieron serlo por, además, nutrirse de otros nombres que también burlaron el paso del tiempo: Jorge Fandermole, Adrián Abonizio, Rubén Goldín, Silvina Garré y el fallecido Lalo de los Santos.

A ese elenco deben agregársele, entre otros, Sergio Sainz y Marco Pusineri (bajista y baterista de aquel grupo que llegó a Obras) y Héctor De Benedectis.

Para Fito, aquel conglomerado "fue una reacción natural a lo que sucedía en ese momento, ya que ante la disolución forzada de Irreal que entonces fue provocada por la Side, Juan decidió juntar a la gente que él sentía que valía la pena".

"Entonces -continuó- recopila canciones de Acalanto, incorpora material de Silvio Rodríguez que para mí era desconocido y hasta mete cosas mías para armar un repertorio muy ecléctico que termina generando algo en una ciudad de Rosario que estaba muerta".

Páez, quien al momento del desembarco contaba con 19 años, apuntó que "reivindico todo ese ’movidón’ en que aparecieron cosas nuevas y estuvo Juan que fue el primer ’frontman’ que hubo acá y que en esa época tenía un aspecto ’crístico’ y ’guevarístico’, toda una imagen de lo que había sido golpeado en la Argentina".

En ese análisis, el entonces autor de "La vida es una moneda", indicó que "lo fuerte empezó con dos canciones: ’Mirta de regreso’ (de Abonizio) y ’Era en abril’ (de Fandermole) y con la imagen de Juan que lo concentraba todo".

"A Rubén (Goldín) y a mí nos permitió seguir produciendo sus álbumes y constituyó todo un canal de desarrollo para nosotros dos", se explayó. Volcado a lo emocional, Juan consignó que la fecha "me sugiere que ha pasado una buena cantidad de tiempo como para poder reconsiderarlo y reconsiderar nuestra relación con ese comienzo".

"A la distancia -sostuvo- lo veo más importante de lo que lo veía entonces porque creo que nos hacía falta crecer para no creernos más de lo que éramos pero sí creernos lo que éramos".

Las celebraciones por este aniversario incluyen una serie de actividades cuyas regalías serán donadas a las Madres de la Plaza 25 de Mayo de Rosario. En ese marco, Abonizio, Fandermole y Goldín retomarán el grupo Rosarinos (que fue un cuarteto que incluyó a De los Santos y que en 1997 registró un único álbum) y que vuelve porque, comentó Abonizio, "estamos en una etapa de reconciliación con la música que hacíamos y también con nosotros mismos".
1982
Se publica "Tiempos Dificiles", su primer LP, que sale a la venta en abril de 1982, alcanzando en solo un mes el disco de oro (30.000 copias). Es el primer artista en argentina que con un disco debut alcanza vender esta cifra.Participa en el 3er. Festival de Rock de La Falda. Se presenta el 14 de Mayo en el Estadio Obras. En agosto se publica en Chile "Tiempos Dificiles". Sobre final de año se publica su segundo disco " Actuar para vivir". Hoy "Tiempos Difíciles" lleva vendidas mas de 130.000 unidades.

Homenaje a Girondo.

Homenaje a Oliverio 10/05/2007 varios
Palabra Girondo es una muestra de Fernando Rubio. Libros, revistas, fotos, objetos personales del genial escritor con música de Fito Paez
A cuarenta años de la muerte del escritor bonaerense la Biblioteca Nacional organiza esta mega muestra : pintura, palabra, video instalación sonora que podrá visitarse hasta el 6 de julio.

Podrán verse desde su partida de nacimiento, manuscritos del libro "Diario de un loco de verano escrito en pleno invierno" (obra nunca terminada), los discos de Girondo, hasta una particular chapa de bronce que lo identifica como "suertudo", y fotos con grandes personajes de la época, como Neruda, García Lorca, Horacio Quiroga.

Mas allá, la video instalación donde Arturo Carrera, Horacio Gonzalez y Leónidas Lamborghini hablan sin parar, entremezclándose con otras imágenes, con música de Fito Paéz, compuesta especialmente para la ocación, sonando de fondo.

La muestra inaugura el viernes 11 de mayo a las 19 hs. y podrá visitarse hasta el 6 de julio.
En el Auditorio Jorge Luis Borges de la Biblioteca Nacional.
Horarios: lunes a viernes de 10 a 20 hs y sábados y domingos de 13 a 18 hs.
La entrada es libre y gratuita
Más información:
Biblioteca Nacional de la República Argentina
Agüero 2502www.bibnal.edu.ar

mayo 12, 2007

Las Palabras y las Cosas (Nota: Página 12, 12/05/07)


Exposicion-Homenaje a Oliverio Girondo, en la biblioteca nacional

Palabra Girondo, que se inauguró ayer con un show de Fito Páez, es un viaje poco convencional por la cotidianidad del autor de En la masmédula


Por Silvina Friera
“Y se encuentran ritmos al bajar la escalera, poemas tirados en medio de la calle, poemas que uno recoge como quien junta puchos en la vereda.” Lo escribió Oliverio Girondo en su Carta abierta a “La Púa”, incluida como prólogo en la edición de Veinte poemas para ser leídos en el tranvía. Si el poeta tocó el nervio de los lugares, sacando la realidad de sus moldes con una fuerza de expansión desorbitada, el dramaturgo, director, actor y artista visual Fernando Rubio espanta la letra de los márgenes de las páginas que dejó el poeta y la inscribe en la arquitectura del edificio diseñado por Clorindo Testa. Y con esta traslación, también toca el nervio vital del edificio y de la gente que lo habita o lo transita, porque casi no hay espacio de la Biblioteca Nacional –escaleras, ventanales, pasillos, ascensores, matafuegos, baños, explanada y hasta oficinas– que no esté invadido por versos del autor de En la masmédula. Palabra Girondo –pintura, palabra, video, instalación sonora, con música compuesta por Fito Páez, quien ayer inauguró la muestra con un recital– es un homenaje que cuestiona cómo se piensan los homenajes a 40 años de la muerte del poeta. ¿Recreando un espíritu? ¿Volcando una serie de especulaciones sobre lo que debiera ser? Las respuestas que ofrece Rubio están lejos del bronce y del mármol. Proponen algo más complejo y vital: que la poesía pueda ser encontrada y descubierta, que atraviese todas las zonas y que, sin pedir permiso, genere un relato vincular.

Quienes no tengan la intención de conocer la obra de Girondo igual se encontrarán con ella si van a la Biblioteca Nacional. Por todas partes, hasta si deciden hacer una escala por los baños. Por empezar, quien manotea el picarporte de la puerta se encontrará con el nombre de Oliverio. O mientras se lava las manos, puede leer un texto de Membretes: “Goya grababa como si entrara a matar”. Rubio se ríe al recordar lo que sucedió desde que pintó la frase en esos diminutos azulejos que decoran la pared. “El primer día vino una chica de seguridad y me dijo: ‘Yo borré entrar a matar porque con esto que estuvo pasando en Estados Unidos... no sea cosa que alguien se contagie y nos maten a todos...’” Lo volví a escribir y ella lo volvió a borrar. Nosotros seguiremos escribiéndolo y ella seguirá borrándolo”, plantea Rubio, aunque hay carteles que indican: “Por favor, no tocar, Palabra Girondo”. “La palabra empieza a provocar cosas y me fascina que pase esto”, señala el artista a Página/12.

“Me molesta cómo se piensa al artista muerto y el reconocimiento de mausoleo que se produce con el tiempo”, confiesa Rubio. “Los homenajes suelen cristalizar al poeta y en estos tiempos que vivimos cualquier manifestación, por más grande que sea, dura poco y a los tres minutos se pasa a otro tema. Aunque esto se borre, llueva y la letra se empiece a salir, van a quedar las marcas de su palabra en la arquitectura de la biblioteca.” Rubio dice que encontró en los baños una manera de hacer circular la obra de Girondo en un espacio cotidiano, aunque poco visible.

No importa si sube o si baja, no bien se cierra la puerta del ascensor, rapidito, podrá leer: “Con la poesía sucede lo mismo que con las mujeres: llega un momento en que la única actitud respetuosa consiste en levantarles la pollera”. Una chica que trabaja en la biblioteca, y que ya se acostumbró a verlo a Rubio pintando versos por todas partes, lo saluda y le dice: “Es muy cierto lo de la pollera, ¿no?”. Horacio González, director de la Biblioteca Nacional, advierte que leer al poeta es entrar en una clase especial de vértigo. “Podrá decirse que toda poesía implica un descenso implacable a las bases de sentido del lenguaje. Las afecta, las destruye, las revisa, las golpea, las revierte. Pero en Girondo, la poesía intenta ser casi exclusivamente el comentario de esa acción de desastre, con el agregado que las palabras intentan pasar a un orden musical, cósmico”, explica el sociólogo.

“La creencia de que pueden ser sustituidas las palabras por golpes rítmicos y secuencias basadas en onomatopeyas es uno de los más viejos debates sobre la lengua. Girondo puede inclinarse a la sustitución de partes del cuerpo por objetos cotidianos, creando nuevos mundos corporales y objetivos, pequeños monstruos líricos con metáforas de brusquedad tierna, de infantil catastrofismo amoroso. O puede elegir que esos objetos nuevos sean las propias palabras, sometidas a un sinsentido primordial.”

Rubio cuenta que quedó maravillado al volver a leer a Girondo. “Es un poeta de una modernidad absoluta y que yo haya podido hacer esto tiene que ver con esa modernidad. Porque no traje una idea arbitraria para hacerme el loquito. Su poesía invita a esto; por ejemplo los Membretes podrían estar en cualquier lugar, y además contienen una forma literaria, un pensamiento, a diferencia del graffiti.” Uno de los chicos de seguridad le comentó al artista que una investigadora, cuando vio la explanada y los ventanales de la sala de lectura con las inscripciones, gritó, espantada: “¡Qué le están haciendo a la Biblioteca!”. Rubio reflexiona sobre la reacción de ella y del personal que tuvo que soportar los gritos y las quejas. “El chico me decía que no entendía por qué una mujer tan culta gritaba, que si le hubiera preguntado, él le habría contestado que era la obra de un poeta”, recuerda Rubio. “Lo interesante es cómo una obra también interfiere en los roles sociales, en el hecho de que el chico de seguridad le podía haber dado una respuesta, que de eso conocía más que la investigadora. Siempre estoy tratando de hurgar en estos aspectos, ver qué sucede con las personas, el impacto que tienen la palabra y la imagen. Habrá espectadores más interesados o no, pero la obra interviene en situaciones inesperadas, y Girondo tenía una mirada sobre esas formas.”

“No podemos, no debemos consentir que el signo de la muerte sea el que consagre y descubra a los grandes hombres como aquí suele suceder muy a menudo. A Oliverio hay que darle en vida la respuesta a su exuberancia, a su fidelidad literaria, a su clarividencia fulminante”, escribió Raúl Gómez de la Serna en 1941, intuyendo la grandeza de un poeta todavía joven, con pocos libros publicados, y lejos aún de la escritura de En la masmédula, considerada por la crítica su obra más lograda. “En este momento no puedo dejar de pensar a Girondo en relación con este espacio, con la Biblioteca Nacional, hasta que inevitablemente la letra se desarme y se borre”, concluye Rubio

mayo 10, 2007

"Muchacha Ojos de Papel" Por : Luis A. Spinetta

Muchacha ojos de papel - Desintegración abstracta de la defoliación
Por Luis Alberto Spinetta
Más allá de inscripciones cronológicas que responden al "momento" en el que Muchacha, como canción, se involucra en el poder de captación de la gente, una devanación se hace necesaria para mí, de manera tal que bajo un intento de estructura de certidumbre de la simbología del texto, me abra la cabeza.
De por sí, ojos de papel es no sólo alusión a la puesta en juego del personaje, sino que además es evocación de facultades en éste, que significan el efecto de su exterioridad, que muta.
Su exterioridad cambia, sopesada por Muchacha, que es término de la simbología del nombramiento de todos y la inusual diferenciación de quien, a la vez, se transporta hacia las características de "algo en ella" que la hacen única, aún bajo el nombramiento de todos, quienes, a su vez, podrían nombrarla de diferentes maneras.
La anomalía es el hilo de seducción que desestabiliza la profunda corporización del nombre común.
El papel no ve.
La contraposición entre los simbolismos del título es el eje ante el cual el "azoramiento", momentáneamente, no se expresa en términos de un nombramiento virtual. Sino que debe introducir una subjetividad que "globalmente" sea la afirmación. Con lo cual, sin recluirse a los ojos de todos, el símbolo del personaje adquiere a la vez una significación individual para cada quien, sin tener en común para todos, más que la unicidad exclusiva y "sin nombre".
Además, hay una subjetividad que debe ser reconocida en el hecho de que Muchacha posee las "virtudes de la blindación".
Sus ojos. Blindados por un papel irreducible a lo transparente. Violencia simbólica en procura de seducción.
Un vuelo desde las dos orillas de los mundos dan fe del "conducto místico" que proscribe un enunciado que remita sólo a lo real: en tanto que debe contar con partes considerables "de eso", para realizar "en quien" recaerían los condiciones de lo irreal.
Con ello, lo real, corroborado, deja paso al lenguaje irreal que proyecta ilimitadamente los símbolos.
¿Adónde vas?, quédate hasta el alba.
¿Una niña con los ojos de papel adónde puede ir?
La blindación ejerce la aflicción en quien no tiene ojos reales para una fundamental orientación.
Allí, el relator ingresa sugerido por aquel quien, una vez instalada la dificultad, oficia de obvio guía.
Quedarse hasta el alba, que sólo el guía ve, representa a las claras una orden impartida (que subyace en cualquier pedido) y refleja la prosecución de una finalidad de parte del que pide.
Instintivo argumento de un "padre represivo" quien, originalmente, acapara la organización de deseos en quien tutela. Aunque ésta no pueda verlo, podría desear algo que es ajeno al campo del impedimento, lo que original un poder que rige a través de quien todo presencia.
El personaje relator: Sueña un sueño despacito entre mis manos, hasta que por la ventana suba el sol. Desencadenar el reposo en Muchacha parece asomar como una finalidad, con el detalle de que ella debe acceder a una sutil sumisión que está representada por una localización entre las manos. Esto significa: a disposición de contención y palpación. Con el objeto de subyugar una porción aún más tangible que lo se vería teniendo ojos de papel.
El mundo onírico de Muchacha. Un bastión perceptual que seduce al guía a la pretensión de apropicuarse de "ciertos otros símbolos" por la vía de un método de embalse localizado. Espacio entre dos manos, éste, que se sugiere como el de un territorio de absorción. Espacio al que convergen las direcciones de un cuerpo abandonándose al sueño lentamente, como para un profundo sueño, rico en materias sutiles a las que alojar.
La subjetiva posición, finalmente, a través de una parcial yacencia de la Muchacha hasta el momento de un albor que se une al de sus sueños "detectados". Ambos son los símbolos de lo que ellos creerán ver. Uno en el sueño del otro, y el otro en un "falso despertar" ante el amanecer extásico que no podrá sino reintegrarla a su anomalía.
Los dos personajes "sienten" en esos ecos brumosos para los ojos, ciegos o no, el impromptu de un éxtasis de angustia para así desembocar en la risa luego llanto de ella, y la fijación de un símbolo que nace de una ventana con el sol asomado para la protagonista que rige, en vigilia, la situación emocional. La del que intenta reparar mediante la agoníade la oscuridad. Lo cual patriarquiza en el aluvión solar hasta el contagio de una reacción indefinible.
Otros párrafos como no corras más, se ligan a este deseo opresivo del guía en procura de la prevención del peligro.
El éxtasis se puede regenerar en tanto y en cuanto esta niña deja de correr para que el reposo entre las manos de su compañero consuele una necesidad sin salida.
En voz de gorrión se expresa, burdamente, la alternancia entre símbolos cotidianos en función de metáfora, sin interiorizarse demasiado, al igual que cuando enuncia piel de rayón.
Aquí la suavidad y tersura de la piel podrían ser simplemente cualidades para determinar un objetivo. Mientras que la caracterización en género de la piel, si bien es coherente por la suavidad del rayón, corporiza una situación comparable a los ojos de papel y a corazón de tiza. Es decir, señala un obstáculo más en el terreno de las aptitudes más sensibles de ella.
El rayón no siente. La tiza no late.
Pechos de miel es quizá un modelo simbólico que no marca sino el estado real de la seducción. Exhala el juicio de los símbolos que nose suponen relacionados con una intención premeditada de señalar carencias o transformaciones hacia un sustituyente artificial.
El obstáculo no trasciende en la racterización de los senos en miel. Es más, estos conservan la contundente norma de la seducción que reclamaría un movimiento desde lo externo.
Aquí, verdaderamente, el juego de un desplazamiento reclinatorio es la norma base si es que se admite la acción como resultado de la sumisión al deseo. El deseo adscripto a lo que mana sustancias. Lo que implica la abdicación de supremacía para el compañero de Muchacha. Para saciar ese deseo, para predecir en el carácter de sus movimientos la fluidez del deseo hasta la conquista del objetivo, él debe haberse arraigado, asimismo, en un síntoma, que aún siendo momentáneo, deberá reflejar la instancia de una necesidad sin salida que es el combustible del deseo.
La fatuidad de esta desorientación antecede al deseo mamario.
El líder luego, inclinaría la cabeza mansamente y mamaría de lo ue mana de sí después de un último atisbo. El pudor. El pudor ante la fiesta de la leche materna es un sentimiento que nace casualmente también bajo el hechizo de la miel. La dulzura incontenible de toda miel que obliga a los sentidos a establecer el límite con respecto a la cantidad de la libación.
El pudor está conducido por los resarcimientos que subyacen en todo deseo, por encima de los riesgos de intoxicación.
Pequeños pies, no corras más.
A pequeñas huellas, en algún momento, corresponden pequeños acontecimientos que no colaboran, o son directamente inútiles en sí, como para que Muchacha rompa el elipse simbólico de su propio poder.
Es decir, el poder está en manos de quien se lo desea.
Ella es el vértigo de una seducción invertida, o en todo caso inteterminada. Brutal es para ella contener las sustracciones de quien, finalmente, luego de despojarla prácticamente de sentidos, abdica en procura de una salvación para sí representada por ese maná. Doble defoliación: primero, de aptitudes sutiles; luego, de una energía predominante.
¿Te robaré un color?
Diría: de los colores tras la retina advenediza de Muchacha, uno, pretendidamente posible, o quizás devenido de las raíces de sus despaciosos sueños, deberá ser captura, aunque quien lo reclama, reclinado, se haya entregado, a lo más acuciante. ¿El deseo de succión? El color que puede registrarse con todos los otros sentidos, más los otros.
Por supuesto que se podría tener en cuenta la idea generalizada de todos quienes piensan en Muchacha como símbolo de una pacífica visión en el enamoramiento y el despertar.
La creación de un castillo con tu vientre es el prototipo de un símbolo que conlleva la presencia de una unión sexual.Inclusive hay un manifiesto de procreación allí.
Por otro lado, el pesonaje que canta intenta relacionarse con la idea de ser él un punto de comunicación entre mundos.
El traduciría la magnitud del amanecer para los ojos blindados de ella. Y a la vez, hacia el mundo exterior (organizado ya como el territorio que surge de la realidad que no convive con los ojos de papel y por lo tanto el mundo que brota de la autorizadad) la traducción de un lenguaje onírico que él lee a través del contacto con sus manos. Este mundo es tan inapreciable para él mismo y todos los otros seres, como lo es un amanecer para que no ve sino con ojos de papel.
El muchacho es quien se erige como salvación. Se supone que sabe y tiene con qué mitigar la desesperación de ella. Ella se redime al dormir, al abrigo de quien sólo se reclinará a su vez, ante ella, para entregarse, teniendo presente que la finalidad de esta entrega es, en realidad, una extracción de poderes, que ella aparentemente es incapaz de asumir.
Se podría agregar que, en esta situación sobre la que él se realza, la impregnación de sus movimientos vislumbra el propósito de quien dejaría una profunda huella que atestigue su paso por los instantes cruciales. Una simbolización latente en el sentido de una trascendencia genética.
Las reclamaciones que desde un territorio donde cierto abismo comparte pie con cierta invariable ley, en tanto amanece siempre, son las que provienen de una serie de fotos que trastocan las posesiones no obstruidas de un disfrute.
Este estado de lo conciente se hace inexpresable para las palabras. No habría hechizos en una aventura en la que no se interviniera con ciertos factores de lo no posible, hasta diría símbolos de precipicio o de desfallecimiento.
La carencia de orgasmo en la mujer argentina, sobre todo la de los 60, es una limitación con caracteres de blindaje. Esto justifica tal vez algo del arraigo del personaje. El otro personaje está más bambificado.
Un monstruo que no omite mencionar funciones que lo determinan como morada. Eje que concientizaría lo insondable para retener la atención del mundo. Requisito que se edifica en la descripción de lo desconocido.
La trastornación del tiempo tiene pie en las sugerencias que el muchacho realiza: duerme un poco y yo entretanto... O sea que mientras ella duerma, él construirá subliminalmente una residencia específica. ¿Quizás para ceder a altarizar a la niña impedida sometido al deseo multiplicado?
La eternización de un sueño despacioso y de una alquimia que dure lo que un poco de inconciencia, son revalorizaciones de otro objetivo primordial: el de auxilio. El que no reclama en su nombre, sino a través de un eje de ansia nacido por frustraciones insolubles.
El tiempo en la vida de los hombres es un conducto de enigma. ¡Socorro a damnificados por la incertidumbre de estar solo! La blindación espera orgasmos.
El sueño como corporeidad.
El símbolo que se opone al lenguaje de los mundos.
La albinación de ciertas partes corpóreas para un funcionamiento errático en dirección al orgasmo.
La alternancia de vislumbrar a través de una realidad que lograría transmitirse gracias a un margen de transparencia. Un cierto grado de traducción entre formas o sentidos que se comunican.
La mundanidad de Muchacha se debate con la opresión que se le destinaría desde afuera al ser examinada. También si intentara decir lo que ve, o sentir y decir. Pero ella no habló nunca.
Tampoco habría que ignorar el hecho de que la colmación es tan surrealista como los ojos de papel o la piel de rayón.
Nada más atroz que la inlatencia de la tiza para un corazón al que el orgasmo curaría.

mayo 06, 2007

Video: "Homenaje a las Madres de Plaza de Mayo" :Fito Páez

Emotivo Video Homenaje, la música es semejante a " La canción de los buenos borrachos" del disco "Sabina & Páez"

mayo 05, 2007

Fito Páez fala do novo disco, filme e interesse pelo Brasil (Ricardo Westin,Brasil)




Cantor e compositor argentino apresenta El Mundo Cabe en una Canción Novo disco prova que Fito Páez continua flertando com o Brasil Ricardo Westin




SÃO PAULO - Fito Páez continua flertando com o Brasil. Em seu último disco, El Mundo Cabe en una Canción, o cantor e compositor argentino separa duas faixas para mostrar que uma dose de sua criatividade se deve a mestres da música brasileira. “Eu desafinava Tom enquanto o sol caía em Ipanema”, canta na música que dá nome ao disco.

Em Sargent Maravilla, na mesma linha, cita Vinicius de Moraes e Chico Buarque. “Quando comecei, minhas canções tinham um ritmo, uma ginga, um sotaque sincopado que a música argentina não tem. Só depois descobri que essa negritude vinha do Brasil”, explicou.

No fim dos anos 80, Fito fez uma espécie de acordo com os Paralamas do Sucesso. Um apresentaria o outro ao país vizinho. Os Paralamas estouraram na Argentina. Fito não teve o mesmo êxito no Brasil, mas seu nome pelo menos ficou conhecido. Mesmo assim, Rodolfo “Fito” Páez, hoje com 44 anos, não desistiu do país vizinho.

Quer trazer a turnê de El Mundo Cabe en una Canción para o Brasil e incluir seu filme ¿De Quién Es el Portaligas? (De quem é a cinta-liga?) - Fito também é cineasta - no Festival de Gramado.

Em março, participou de um show de Daniela Mercury em Natal. “O clima estava divino. A praia, extraordinária. E as mulheres, belíssimas”, contou. “Não vejo rivalidade entre Brasil e Argentina. Isso é coisa do futebol.” Fito Páez falou ao Estado por telefone, de sua casa, em Buenos Aires.

O que este disco tem de novo em relação aos anteriores?

É difícil fazer algo realmente novo depois de tantos anos. As músicas abordam os mesmos temas: os vínculos entre as pessoas e o imaginário no qual crescemos. Existe uma frase muito simpática que diz que “uma soma de erros forma um estilo” (risos). De tanto cometer erros, cheguei a ter meu próprio estilo (risos). As mudanças abruptas de ritmo, por exemplo, são parte da minha personalidade. É uma marca em todos os álbuns. Se neste disco fiz uma boa repetição de mim mesmo, isso já é um grande mérito (risos).

O piano está sempre presente também. Você se considera diferente dos demais roqueiros por ser pianista?

É provável, já que há poucos pianistas no rock em espanhol. Fora Charly García, que é o mestre, não me lembro de outros que ao mesmo tempo componham, cantem e toquem teclado. O piano permite a movimentação por muitos gêneros. Dá uma marca e enriquece a música. Neste disco, você faz várias referências à música brasileira... Nos anos 60, meu pai era um grande ouvinte de Tom Jobim e João Gilberto. Por tabela, era o que eu ouvia na infância. Quando comecei a fazer música, descobri que minhas canções tinham um ritmo, uma ginga, um sotaque sincopado que a música argentina não tem. Só depois descobri que essa negritude vinha do Brasil. É uma sensação africana que vocês brasileiros têm dentro de toda a sua música popular.

O que você tem ouvido da música brasileira atual?

Os últimos discos que ouvi, e que me impactaram muito, foram Cê, de Caetano Veloso, e Carioca, de Chico Buarque. Continuam mantendo a tradição modernista brasileira: Caetano, provocando como sempre; e Chico, com sua estirpe aristocrática.

Os argentinos gostam da música brasileira?

Não me lembro de nenhum músico brasileiro que passou por Buenos Aires sem ter sido tratado bem pela crítica e pelo público. A música brasileira sempre foi muito apreciada, não porque sejamos grandes ouvintes de música, mas porque ela é de fato especialíssima. No Brasil, existe uma dificuldade para aceitar a música em espanhol... Isso acontece principalmente por causa da ignorância das companhias de disco, que acham que a música em espanhol não é negócio. Faz 20 anos que toco no Brasil, e cada vez mais a resistência diminui. Os empresários consideram que o espanhol não é fácil para os brasileiros. Mas eu pergunto: por que o inglês é?

O que chega ao Brasil são Shakira, Ricky Martin, Thalia... Isso não é música latino-americana. É a música que os gringos querem ouvir, é a versão que os gringos fazem do que acontece na América Latina. Além disso, nenhum desses cantores vive na América Latina, nenhum deles nem sequer sabe o que acontece na América Latina (risos).

Você e os Paralamas criaram uma relação produtiva nos anos 80...

Eles aqui tinham a popularidade de um grupo argentino. Eram praticamente argentinos. Você não teve a mesma recepção... Como falávamos, aí a resistência é um pouco mais forte. Como é a relação de vocês hoje? Não temos o contato de antes. Agora tenho de cuidar de filhos e fazer filmes, há um monte de coisas. Mas guardo um carinho muito grande pelos Paralamas.

Como anda sua carreira no cinema?

Meu próximo filme estréia aqui em junho. Eu gostaria muito de ir com ele pelo menos aos festivais de Gramado, do Rio e de São Paulo. Tomara que um dia possa passar nos cinemas do Brasil.

Neste ano haverá eleições na Argentina. O presidente Néstor Kirchner merece um novo mandato?

O ideal é que a cada quatro anos se mude tudo. Mas, depois da decepção que tivemos com as velhas formas de fazer política em nosso continente, creio que certos governos, como o de Kirchner, o de Lula e o de Bachelet, precisam de um período mais, senão não podem sedimentar nada.

Isso vale para Hugo Chávez?

Não. Chávez me lembra os ditadores de outros tempos. Tem um discurso fascistóide. Não me parece apropriado que um político atue de maneiras tão ridículas. E vive fazendo a defesa de Fidel Castro. Como alguém pode defender uma pessoa que está há 40 anos esquentando um trono? Isso não tem defesa.

Você também o reprova pelas críticas ao presidente George W. Bush?

Reprovo. Não me parece que essa seja a forma de demonstrar oposição. Age como macaquinho de feira. Chávez esteve aqui em Buenos Aires, reuniu uma multidão num estádio para falar mal de Bush... uma coisa delirante! Seu discurso deveria ser mais apropriado para o cargo.

Qual é sua posição política?

A minha posição é que haja sempre o melhor para todos. Não me importa se o político é de esquerda, de direita, de centro, de cima, de baixo. Isso tudo está desaparecendo. Por isso Chávez é tão anacrônico nos dias de hoje. Não quero a revolução de nada, quero apenas que estejamos todos bem, que haja bem-estar para a sociedade. Os “ismos” se foram. Cavalheiros, não me venham com discursos (risos).

mayo 04, 2007

Estoy empezando a trabajar en un documental sobre Fito Páez con él.Dijo Fernando Rubio.


Fernando Rubio es el creador del laboratorio multidisciplinario Intimoteatroitinerante. Una de sus obras de desarrollo atemporal es Hablar. La Memoria del mundo, que gira alrededor de la memoria, la belleza y la trascendencia. Este proyecto, que comenzó en 2002, incluye diferentes etapas de trabajo. La primera investigaba y recopilaba fotografías mediante una pregunta, la segunda fue la realización de una instalación de esas fotos, que se presentó en diferentes partes del mundo, la tercera, la dramaturgia de Un niño ha muerto, la cuarta fue la edición del libro de fotografías Hablar. La Memoria del mundo y la quinta, la puesta en escena de Un niño ha muerto. Quedan dos más: la edición en libro-objeto de esta obra y una película documental.
Foto: Clara Muschietti

Nota completa:
http://www.alternativateatral.com/ver_nota.asp?codigo_nota=151

mayo 01, 2007

"La Peli" film de Gustavo Postiglione.




Se preestrenó en el Patio Bullrich el nuevo filme de “La peli”. Su protagonista, Darío Grandinetti participó de la función junto Gustavo Postiglione, a Natalia Campo, la protagonista uruguaya, Natalia Oreiro, que tiene un pequeño rol y que estuvo con Ricardo Mollo.
Tampoco faltó para felicitar de rosarino a rosarino, Fito Páez, entre otros invitados a la premiere, como Jazmín Stuart y Emilia Mazer.

Mañana 02/05/2007,en Rosario:

La asistencia a la avant premiere de “La peli” que se hace mañana es por invitación (lo mismo que la posterior fiesta). A partir del día siguiente jueves 3 el nuevo film de Gustavo Postiglione se exhibirá regularmente en respectivas salas del Showcase y del Complejo Monumental (como también en varias salas del resto del país).
http://www.cinesargentinos.com.ar/horarios/showcase/alto_rosario.shtml