septiembre 29, 2007

Fin de semana en TV, Much Music:Sábado 19hs, Domingo 10 y 22 hs.

Agencia Nova publicó este horario, el sábado empezo 20hs.


CANAL TV: MUCH MUSIC
SÁBADO: 19HS


DOMINGO : 10 Y 22 HS


(hora Argentina)
Este fin de semana
Fito Páez propone 15 canciones para festejar los 15 años de MuchMusic
El talentoso músico rosarino y un "Íntimo e Intercativo" especial.


CAPITAL FEDERAL, Septiembre 28 (Agencia NOVA) Fito Páez se sumó a los festejos por el 15º aniversario de MuchMusic en Argentina y ofreció un show especial de 15 de los hits más recordados de su discografía (uno por cada año vivido por el canal).
Este sábado podrá verse una noche que tuvo sorpresas sobre el escenario: Pity Álvarez subió a cantar una conmovedora e impensada versión lenta de “Cable a tierra” y Vicentico lo acompañó en la voz del tema “Giros” para delirio de la gente invitada por el canal.
No faltó el “feliz cumpleaños” y Páez también adelantó dos temas nuevos incluidos en “Rodolfo”, su nuevo trabajo. Tocó primero “Si es amor” y luego “El cuarto de al lado”.


El show completo de Fito Páez con los invitados especiales se verá este sábado a las 19 y el domingo 30 a las 10 y 22 por MuchMusic como parte del clásico ciclo Íntimo e Interactivo.
Además, presentados por Páez como “gente preciosa de Rosario”, los músicos Carlos Vandera y Gonzalo Aloras subieron para cantar con él una canción de Serú Girán.
La fiesta de MuchMusic sirvió como marco perfecto para que Fito presentara en sociedad temas de su flamante trabajo “Rodolfo”; una placa en la que el músico vuelve a ponerse en carne viva y sin necesidad de otros instrumentos entrega un disco íntimo y acústico pero de evidente carácter rockero en el que vuelca y abarca el tema del amor. (Agencia NOVA)

septiembre 27, 2007

FITO PAEZ, OCTUBRE 5, 6 Y 7 TEATRO OPERA

TODO AGOTADO!!!

Video Entrevista a Fito Páez en el Estreno del Portaligas Hecho en Rosario.

Acá les dejo un Video Entrevista hecho en Rosario, por la gente de www.clubdefun.com
a Fito Páez en el estreno de la Película.




septiembre 26, 2007

Vandera




Miércoles 26/9
21:30
en Makena
Fitz Roy 1519
Palermo - Bs As
La entrada cuesta $10, se compra en la puerta.
sitio oficial

septiembre 25, 2007

Un Páez autobiográfico (Ambito Web, 24/09/2007)


«Rodolfo». Fito Páez. Sony/BMG 714172-2.




Maduro, en medio del estreno de su segunda película, con lo mejor de su vena creativa, el rosarino Fito Páez volvió al disco con un material atípico para su discografía. Ya desde el título, «Rodolfo» Páez cuenta que estamos frente a una obra autobiográfica. Heredero directo de Charly García , en este caso, más que nunca antes, Fito habla en primera persona, cuenta sus reflexiones sobre la vida en tiempo presente, repasa sus últimas historias familiares, dedica sus palabras a seres queridos y extrañados fácilmente reconocibles, claramente, es su última ex Romina Ricci la destinataria de varios de los temas, y no faltan las referencias a Spinetta, García y Nebbia . Canta con el sentimiento de quien lo hace desde la intimidad de su habitación. Pero «Rodolfo» tiene otra particularidad que refuerza ese sentido intimista que le impuso a su trabajo. Y es que, efectivamente, lo grabó en su casa, solo y únicamente acompañado por un piano acústico. Lo sonoro tiene, en general, una impronta de pop-rock: otra vez, la influencia de su admirado Charly , aunque también, como otras veces, se notan «desviaciones» hacia lo folklórico -maravillosa su «Zamba del cielo»-. El melodismo y la forma de cantar muestran un estilo que, a esta altura, es bien propio de Fito -aún con sus problemas de afinación en los agudos-. Y deja ver una habilidad como pianista que no siempre se permite exhibir tan abiertamente.

Ricardo Salton

Dos que están de vuelta (Clarín, 23/09/2007)


MUSICA : "RODOLFO" DE FITO PAEZ Y "LA LENGUA POPULAR" DE ANDRES CALAMARO Son dos discos diferentes, y hasta antagónicos, que representan el regreso de dos solistas fundamentales en el desarrollo del rock argentino.


Mariano del Mazo
mdelmazo@clarin.com

Pese a que se trata de dos discos muy diferentes, tal vez antagónicos, Rodolfo de Fito Páez y La lengua popular de Andrés Calamaro se ubican bajo una misma perspectiva histórica: son peldaños de dos trayectorias atravesadas alternadamente por la popularidad, la oscuridad y el ensanchamiento de las búsquedas musicales.

A los 40 y pico, los dos solistas más activos del rock argentino se cruzan en un punto. Sus direcciones son opuestas: mientras Páez viene tratando de recuperar esa combinación de prestigio y masividad que fue su sello desde que irrumpió con Del 63 (1984) y que extravió a partir de El amor después del amor (1992), rodeándose de productores casi infalibles como Phil Ramone o de músicos académicos como Gandini, para citar dos extremos, Calamaro se esforzó en La lengua... por enterrar al artista torrencial y maldito y pergeñar un disco profesional y apto para todo público, que lo devuelve al corset radiante de hits de Alta suciedad (1997).

Aún con sus desmesuras vocales expuestas sin pudor, solo al piano, Fito recupera en Rodolfo el compositor narrativo, crudo y sensible que cierta propensión al pop & rock pegadizo y de mensaje adolescente (de Soy un hippie a Dar es dar ) había tapado parcialmente. Aquí hay un trabajo pianístico extraordinario, letras prosaicas, maduras y siempre autorreferenciales, y una interpretación general que incomoda. La voz de Páez se escucha aquí más afectada que nunca, en ese estilo en que confluyen una visceralidad sobreactuada y una entonación despreocupada. Las historias dan vuelta sobre materiales con los que Fito ha trabajado largamente y muchas veces bien; canciones con matriz social ( Sofi fue una nena de papá , Mágica hermosura ), el amor en sus aspectos más cotidianos ( Si es amor , la inspirada El cuarto de al lado ), dedicatorias (la hipercoloquial Gracias , a Spinetta, Nebbia y Charly García). Dos canciones destacan, extraordinarias: la instrumental Waltz for Marguie y Cae la noche en Okinawa .

Calamaro embelesa en su Lengua popular con doce canciones que recuperan el tono festivo y paródico de los mejores Rodríguez. Una "frívola profundidad" (frase del propio Calamaro) sobrevuela el álbum. Temas como Los chicos , Comedor piquetero , Sexy & barrigón con su cóctel de rock and roll, tex mex, cumbia, r & b, abundan en esa liviandad. Calamaro pendula entre la broma y al apunte político instantáneo. Mérito seguramente de la producción del ex Abuelo de la Nada Cachorro López (autor además de varias músicas), al disco no le sobra nada: es el anti El salmón . Son potenciales hits y, tanto o más que en Páez, sobresalen autorreferencias que sintetizan la "nueva vida" que encontró a través de su relación con Julieta Cardinali y el nacimiento de su hija, ésa que deja expuesta en el elocuente verso "ya no soy el viejo Andrés que no dormía jamás" ( La mitad del amor ).

Hay algunas canciones formidables: Cada una de tus cosas (hermosa rumba flamenca con arreglos de Leo Sujatovich), Soy tuyo , De orgullo y de miedo y las adhesivas Carnaval de Brasil y 5 minutos más (minibar) . Un último detalle: el arte del disco, a cargo de Liniers, es precioso y recupera con su trazo naif el espíritu de portadas históricas del rock.

Páez y Calamaro arrojaron al aire doce canciones cada uno. Los une la nobleza del gesto artístico y algunas canciones que prometen incorporarse a la aristocracia del rock argentino. En el año de los regresos millonarios, ellos van.

Una frase de "Rodolfo"

"Recuerdo la mañana, yendo al hospital /
reías como loca, ibas a ser mamá / hiciste yoga sola encerrada en el baño /
Después te di la mano y pasaron los años". (El cuarto de al lado)

Una frase de "La lengua popular"

"Voy a tomarme hasta el pelo, mi pelo por favor /
con mucho hielo.
Voy a tomarme hasta los trenes /
que no van a venir /
Parte de mí no cambió y a la vez /
Ya no soy el viejo Andrés que no dormía jamás". (La mitad del amor)


septiembre 23, 2007

El amor según Páez, (Revista: La Nación 23/09/2007)




Dos de sus últimas creaciones hablan del sentimiento amoroso en todas sus formas: su película, ¿De quién es el portaligas?, y su disco, Rodolfo. Un sentimiento universal, en el relato de uno de los artistas argentinos más representativos



Una noche de velorio en 2007. Casi primavera. Un hombre acaba de morir, y su hijo desconsolado escucha una vieja historia en boca de un amigo:

–Yo llego al sanatorio, en Rosario, y mi tío, que era el médico clínico de la familia, me dice que mi viejo está muy mal. En las últimas. Le pregunto si está consciente y me explica que no, que está inconsciente ya. Yo entro en la habitación y me acerco despacio. Le hablo, lo miro, lo abrazo con mucha fuerza. Entonces, a mi viejo le empieza a rodar una lágrima por la cara. Es una lágrima redonda, grande, una lágrima verdadera. Mi viejo es un hombre en el ocaso de su conciencia, y sin embargo es capaz de sentir que ha llegado su hijo. Lo huele, o lo escucha, se conecta profundamente con él, y sólo después se muere. Ese acto es una forma divina del amor.

El hijo de la lágrima, el protagonista de aquella historia que ahora puede consolar a un amigo, es Rodolfo Páez. De amores se trata la vida, según dice sentado en un sillón rojo, tocando en su guitarra esa canción de Charly García que habla de un pecado mortal. “Ella se quedó sin boda ni arroz”, reza una triste estrofa. Pero suena el teléfono y su asistente interrumpe para avisar que está llamando el distribuidor de ¿De quién es el portaligas?, la película que el rosarino acaba de alumbrar, en la que el amor –en este caso ligado al absurdo– se escurre por todas partes, igual que en Rodolfo, su último disco, en el que ese sentimiento aparece reflejado de mil maneras.

Sus hijos lo esperan hoy en su casa. Páez vive solo, pero los ve todo el tiempo. Y los disfruta. También escribe todo el tiempo –es columnista de adncultura–, o “balbucea” textos y canciones, como él mismo cuenta.

Así las cosas, llegó la primavera.

–Yo no me acuerdo de ninguna primavera florida. Siempre fueron primaveras de bufanda, lluvia y truenos.

–¿Es cursi hablar de la primavera y del amor? O, mejor dicho, ¿se puede hablar de todo eso sin ser cursi?

–No hay que tenerle miedo a ser cursi. El que usa la palabra cursi, generalmente, esconde complejos. ¿Se supone que habría algo que sería lo que debe ser, que no sería lo cursi? La gente dice: “¡Ay, qué cursi!” Pero, ¿qué te importa si un día llorás con una telenovela? ¿Quién dice que eso está mal?

–Una escritora norteamericana, Diane Ackerman, dice que los sinónimos del amor son “vergonzosamente escasos”. Y que si un hombre o una mujer del antiguo Egipto aparecieran hoy, por arte de magia, en una fábrica de autos de Detroit, se sentirían perdidos, pero no les ocurriría lo mismo si vieran a un hombre y a una mujer besándose.

–Sí, es cierto: hay pocos sinónimos, y, al mismo tiempo, todo el mundo entiende ciertos códigos. De todas maneras, si bien el beso o la caricia transmiten la idea del amor de pareja como paradigma de lo que se piensa en la media que es el amor, también pueden ser otra cosa, como eso que yo le contaba a mi amigo sobre el día en que mi viejo murió. Ahí, en ese hospital, yo pensé que si el amor se podía definir, era exactamente eso.

Cuando uno le lame las heridas a una persona querida, cuando le pone un paño en la frente para que se le vaya la fiebre, o le pone música, eso es el amor. Yo, con los años, descubrí que el amor no es el amor de la primavera, el de los adolescentes. Igualmente, ese amor lo celebro. Y me encanta.

–En su último disco aparece el amor en sus diferentes formas: el amor de pareja, el amor a los hijos, a los maestros, a los momentos de soledad, el amor al lugar en que nacemos, el amor en situaciones extremas...

–Sí: hasta hay una madre que le dice a su hija: “Mato y muero por vos”. Matar o morir por alguien también es una forma muy poderosa del amor.

–El amor occidental está habitualmente ligado al sufrimiento. A eso de: “De cada amor que tuve tengo heridas”.

–Eso es narcisismo puro. El amor es amar las cosas con las que uno se vincula, con las que vivís. No importa que eso tenga o no tenga sentido, o que no te ofrezca un rédito afectivo. El amor no se pide, se da. Debe ser el único espacio en el que, al menos yo, no busco ningún rédito. Y esto lo digo con alegría. Por supuesto que la herida narcisista está cuando uno no es correspondido; eso ya lo sabemos. Pero a mí, en ese punto, me interesa más San Agustín: el amor como un goce sin medida.

–¿Un goce individual?

–El amor esconde un extraordinario y saludable egoísmo. Dar amor siempre te hace sentir bien, y eso es maravilloso. Tenés el beneficio secundario de la ofrenda. Y la oportunidad de ser generoso, sobre todo si pensás que la pasión amorosa es más urgente que todo lo demás: si alguien necesita amor, hay que dárselo. Y no preguntarse si es cursi.

–¿Qué es lo que más atrae del sentimiento amoroso?

–Que nadie sabe bien de qué se trata.

–¿Y de las mujeres? Se lo pregunto porque en ¿De quién es el portaligas? se exhibe cierta fascinación por la lógica femenina, o al menos por el modo en que las mujeres suelen enfrentar determinadas situaciones.

–Me atrae mucho el rol que juega la impronta personal en las mujeres. Yo he estado en pareja con mujeres de mucho carácter. Eso de “mando todo a tomar por el culo y no me importa nada”. Me divierte cómo alguien que construye algo después lo puede desarmar. Esa libertad, esa valentía, la veo en las chicas. Pero no la veo en los hombres.

–¿Cómo son los hombres?

–Somos más básicos. Nos gusta emborracharnos, el fútbol, estar juntos, hablar de chicas. Eso no quiere decir que no tengamos nuestro espacio para miradas filosas, pero funcionamos, como te digo, de una forma más elemental.

–El corazón de su película es la historia de tres mujeres que se encuentran 20 años después de haber compartido épocas intensas. ¿Por qué un cuento 20 años después?

–Porque es la manera de decir una cosa importante: que el cariño que esas tres mujeres se tenían cuando eran niñas trasciende todo. Esta ahí, es un amor profundo que también puede llamarse amistad, y que las une a pesar de muchas cosas.

–¿Un amor incondicional?

–Algo así.

–¿Como el que se tiene por los hijos? (Paéz tiene dos: Martín (7), que adoptó con Cecilia Roth; y Marguie (3), con Romina Ricci).

–Uy, ese amor es incomparable. Yo, por mis hijos, me pongo delante de cualquier golpe. De cualquier bala.

–Hablando de cosas bellas, como los hijos, una de sus canciones dice que “las cosas más hermosas ocurren sin querer”. ¿No hay nada que podamos hacer para provocarlas?

–Cada vez creo más en la idea de la suerte. Trabajar y hacer cosas no es una medalla para colgarse porque casi todo es producto de la suerte. Te pasan cosas con la música porque tuviste la suerte de encontrarte con un piano en el lugar y en el momento indicados.

–¿No es narcisista eso de decir “yo no tuve nada que ver con lo que soy, con lo que me pasa, con lo que otros admiran de mí”?

–Lo que quiero decir es que el hecho de que a mí me interese lo que yo hago no merece ninguna medalla. Algunos me dicen: “Qué valiente que hiciste esta película después de tal o cual cosa...”. Y, la verdad, yo no siento que haya arriesgado nada. No hice nada que no hubiera querido hacer, y tuve la suerte de poder hacer lo que quería. Y también digo: valiente es un tipo con una bayoneta en un frente de guerra, o el bebe que acaba de nacer en Bosnia con una pierna menos.

–Además de la suerte, ¿importa el tiempo?

–Es el único dios. “El implacable”, como lo llama Pablo Milanés. Es lo único que tenemos y lo único que perdemos y nunca ganamos. Tu tiempo, tu momento, tus deseos, tienen que funcionar, porque quizá de eso se trate la felicidad: de satisfacer tus deseos sin joder a nadie, y de poder disfrutar de la felicidad de los demás. Acá hay otra definición del amor: saber disfrutar de la alegría del otro. Y entender que, con el tiempo, el amor se transforma, se convierte en otra cosa, permanece de otra manera. Y eso no debería alarmarnos tanto.

–¿Disfrutar de la alegría del otro es lo contrario de la vanidad?

–Sí. La gente se vuelve loca por vanidades. Mirá un poco lo que diría Shakespeare: “No te da bola, Otelo. Dejate de joder. No te vuelvas tan loco. Y vos, Ricardito III, ¿por qué tanta maldad?, ¿para qué?”

–Demasiados extremos, sin grises...

–Claro. Basta de todo eso. Por suerte, después de Shakespeare vinieron Oscar Wilde, Borges, David Lynch, Almodóvar. Las cosas dejaron de ser tan extremadamente apasionadas, y no todo significó la muerte o la desgracia cuando no se satisfacían las necesidades más íntimas. Además, nadie tiene verdades. Y con los años aprendés que lo que vos hagas nunca le va a caer bien a todo el mundo, y que, al mismo tiempo, las comisarías que más funcionan están dentro de uno.

–¿“La lucha es de igual a igual contra uno mismo”?

–Exactamente. Si hay una lucha, es con vos mismo. No importa lo que digan los demás; no importa lo que te critiquen. Lo que importa es si vos te lo creés o no. Es muy paralizante ponerse en ese lugar del artista que vive con la página en blanco porque siente que lo mira la Historia. ¿Qué quieren? ¿Hacer algo después de Joyce para que quede en los libros? ¡Imposible! Mozart ya escribió toda la música que se podía escribir. Eso hay que tenerlo claro: escribir para uno, para los que uno quiere, para tu perro. Pero para la Historia, no.

–Se lo escucha bastante liviano de equipaje. ¿Habrá aprendido la lección sobre la libertad, como las chicas de su película?

–Yo quiero mi libertad, pero también mis cárceles. Me las gané. Las quiero de verdad. Eso de vivir la vida al límite, a esta edad, ya me aburre. Ahora disfruto cuando me meto en la cama, y me quedo ahí abajo, sintiendo la sábana en la piel. Yo digo que mientras pueda filmar y hacer discos, siempre me voy a salvar del manicomio. Y que ahora lo que más importa es que la gente que yo amo esté feliz.

–¿Algo más que decir?

–¿Vos no querías una nota para hablar del amor? Bueno, ahí tenés un buen final: ya hablamos del amor, de principio a fin.


Por Valeria Shapira



Los caminos de Fito
El amor que nos sorprende cuando menos se lo espera; la furia que se hace aullido frente a la violencia de la sinrazón; el romance casi infantil que florece entre las mesas de un bar de la calle Corrientes; los personajes de una ciudad que se va volviendo hostil y, de nuevo, el amor, el que ya fue pero nunca dejará de ser del todo. No hace falta decir los nombres para saber de inmediato de qué canciones de Fito Páez se trata, porque ya forman parte del sonido de esta tierra, del cancionero de estos pagos.

Es que el rosarino, casi apenas llegado a Buenos Aires, puso en el título de su primer disco solista el año de su nacimiento, 1963. Una forma de marcar coordenadas y dejar así en claro que estaba ubicado en un tiempo y un espacio, en una época, y que de ella y de él cantaría.

Pero a esa sensibilidad, a esa asunción de su lugar de cantautor, Fito Páez suma la habilidad y el trabajo del músico. Así, como pianista y cantante, ha ido creciendo y superándose; buscando nuevas sonoridades y caminos distintos para no dormirse en los laureles del talento; trabajando con otros, de Spinetta a Gandini, y tomando riesgos, como, ahora mismo, el de grabar un disco –Rodolfo– de pura voz y piano.

Por Adriana Franco

La autora es editora de Espectáculos

Romeo y Julieta
“El era Romeo y ella, Julieta. Y la vida no valía nada.” La historia es terrible, está narrada en el tema El verdadero amar (uno de los que integran Rodolfo) y comienza con dos chicos que toman pasta base. Resulta inevitable compararla con 11 y 6, un tema que Páez escribió en los 80 sobre dos chicos de la calle que juntos podían “más que el amor” y eran más fuertes que el Olimpo. Después de ese amor puro, vinieron años peores (Páez escribió El chico de la tapa, que “vendía flores en Corrientes” y perdía a su chica en una sala de algún hospital).

–Y ahora, esta historia de Romeo y Julieta en la que se mezclan el amor y la muerte.

–Ya no puedo ser tan ingenuo como antes; la vida cambió. Sin embargo, como pasa en la canción, a pesar de tanto dolor hay algo que siempre e puede hacer para que la historia termine de otra manera.

Adn cultura : Columna de Fito Páez 22/09/2007

Una fascinación de mi época.
Por Fito Páez

Almodóvar es el más grande artista pop contemporáneo. Sus diálogos se meten en todas las casas del mundo y esto tendría que ser un triunfo del discurso de la época. Inequívoco y perfecto a la hora de contar, Almodóvar pone en funcionamiento todos los mecanismos de la narración, incluyendo el azar, las formas del habla popular y los contactos con la historia. Es el gran autor emocional, el chamán moderno que se permite mezclar el toreo con Jobim. Es el primer escritor en español que filma sus historias haciendo todo lo que querría haber hecho Manuel Puig. Es un adelantador de agujas, un "muso"adorado, un revelador de verdades (de las que nunca son sencillas). Es de esos artistas a los que el tiempo amplifica, expande en cualquier sentido, en todo sentido, en todas las direcciones posibles. ¿Quién no tiene una tía con ganas de conocer al gran Pedro y cotillear con él sobre recetas deliciosas y olvidadas de alguna abuela que perdió a su marido, muy jovencita ella, en la Segunda Guerra Mundial, y hoy desea ver su historia retratada en algún film del manchego? ¿Quién conoce a nuestras mujeres mejor que él?

Curioso artista, Almodóvar, con capacidad de ser popular y no perder un ápice de singularidad. Honesto como pocos. Desde el meo de una chica a otra, en Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón , hasta el toreo de Rosario Flores sobre la voz de Elis Regina en Hable con ella ; desde la lágrima de Marisa Paredes en La flor de mi secreto hasta la gota de leche de Paul Bazo, el violador, en Kika , que cae sobre el rostro de Victoria Abril, vestida entera por un revolucionario Jean Paul Gaultier; desde el primerísimo plano de los tacones de Carmen Maura en Mujeres al borde de un ataque de nervios , mientras se deshace en sospechas sobre el paradero de su hombre, hasta las alucinaciones de las monjas en Entre tinieblas ; desde la coreografía amerengadaen la cárcel de mujeres de Tacones lejanos , encabezada por la bellísima Bibi Andersen, hasta la materialización de fantasmas, nunca más reales que en Volver , existe un proceso creativo inédito en el cine. Se ve a un hombre curioso, atento a distintas realidades, desintoxicado de prejuicios (posiblemente lidiando con ellos también) y puro en cada fotograma. Puro al revelar verdades, miserias, virtudes humanas, esencias. Implacable para la comedia, el dramón o el melodrama. Y, como si fuera poco, su sentido del humor es superior.

En muchas materias, su cine resultó profético; ahí están la idea de la clonación en Laberinto de pasiones o la obscena irrupción de los medios de comunicación en la vida íntima de las personas sobre el final del siglo XX, encarnada en el personaje de Andrea Caracortada, de Kika . Funda en el cine un nuevo modelo de familia en Todo sobre mi madre , en la cual nadie se asusta de nada y si lo hace, se lo saca de allí con humor y con amor, por supuesto. Almodóvar es sustancioso. Sus diálogos son ingeniosos, sin golpes bajos y cuentan a unos personajes ya nada modernosos, sin guiños a tribus; diálogos escritos por un gran lector, delirante, compulsivo y riguroso a la hora de decidir qué contar. Da la sensación de que Almodóvar es interminable, y está bien que así sea.

La música en sus films es fundamental. De hecho, ha trabajado con tres de los más grandes músicos para cine de los últimos años: el multifacético Ryuichi Sakamoto (a cargo de la extraordinaria partitura de Tacones lejanos ), Ennio Morricone ( Átame ) y el originalísimo Alberto Iglesias, algo así como su Bernard Herrmann, con quien desarrolló sus trabajos más personales. Es de la raza de directores que incorporan la música a la gran partitura emocional que representa toda la ingeniería cinematográfica. Si bien en muchas oportunidades son protagonistas, las músicas funcionan dentro de la gran telaraña de sonidos ambientales, diálogos, silencios, luces y sombras como un elemento más del relato. Almodóvar también reubica en el centro de la escena géneros populares desprestigiados por las músicas de moda, y encuentra en Chavela Vargas no solo a una voz que canta las palabras de esos autores, sino también una forma distinta de contar que lo esencial está en cualquier lado, en cualquier música, en cualquier persona, en cualquier escena. Además, por esa vía logra ubicarse él mismo en el centro de la escena hispanoamericana y funcionar como un antropólogo emocional de nuestras "cositas".

Aunque desmesurado, también sabe de austeridades. Podríamos recordar la persecución final de Mujeres al borde de un ataque de nervios y la parsimonia con que las mujeres limpian las lápidas de sus muertos en algún pueblo de la Mancha en el comienzo de Volver . En fin... Va a tener que cargar con el título de "gran relator de nuestro tiempo". Pero, Pedro, niño... ¡que no se te haga tan difícil, que no te hace falta hacer más nada! Seguí ganando premios, que te los merecés, y dormí tranquilo, porque mucho de lo que deseaste ya está en nuestros corazones.

Merecido Homenaje.

CINE: ENTREVISTA A MARIANA WENGER
Es la directora de "Cine Negro", documental sobre Roberto Fontanarrosa, que se estrenó el jueves.
Miguel Frías
mfrias@clarin.com

Mariana Wenger es porteña, vive hace años en Rosario y profesa un culto con consenso absoluto en la Argentina: la devoción a la vida y obra de Roberto Fontanarrosa.

La realizadora, que estrenó el jueves Cine Negro, ya había hecho otro documental sobre el humorista, en 1997: Fontanarrosa se la cuenta y confiesa que ha reído. "Lo conocí de chica, porque él hizo un trabajo de publicidad para una empresa de mi papá -recuerda Wenger-. Pero lo admiré desde siempre, como artista y como tipo. Se habla de su humildad, de su encanto, de su calidez: él era mejor que todo eso."

Hace un año y medio, Wenger decidió actualizar aquel antiguo documental. "Lo consulté con él y me dio el sí. Desde entonces, trabajé como loca: sentía la enorme responsabilidad de que a él le gustara. Me volqué más a la animación de sus grandes personajes, como Boogie e Inodoro Pereyra, y le di cierto tono de policial negro, con humor y ternura. Al final, entendí que estaba haciendo otra película. Se la fui mostrando en partes. Por suerte, llegó a verla completa en el Teatro La Comedia. Esa noche disfrutó: había muchos viejos amigos de él. Fue un alivio que le gustara. Era lo principal: que recibiera el homenaje."

La realizadora remarca que no imaginaba que la enfermedad de Roberto Fontanarrosa fuera a evolucionar a tanta velocidad. "Tal vez fue la negación típica que no te permite pensar en la muerte de los seres queridos. Me gusta pensar que los fragmentos de Cine Negro que vio le dieron algo de alegría. Se quejó, sí, de que Fito Páez dijera que tenía aspecto de buen dentista. Y pensar que mi sueño era ser actor, me dijo Fontanarrosa. También tenía pánico del tratamiento que una mujer, para colmo hincha de Boca, como yo, fuera a hacer de su fanatismo por el fútbol. Esa es la única parte que pidió mirar antes."

Le película, que tiene un gran trabajo de animación, y además recreaciones y gags, cuenta con testimonios de Joan Manuel Serrat, Fito Páez, el dibujante Menchi Sabat, Miguel Rep, Enrique Pinti y muchos otros artistas. "Tenía testimonios que me habían quedado del documental anterior y otros actuales. Fue un dilema elegir. Si bien todos participaron sin poner el menor reparo, la melancolía por el estado de salud de Roberto alcanzaba a percibirse en los testimonios. Y yo quería mostrarlo en un filme vital, gracioso, tierno. No sé... El otro día quise ver Cine Negro y no paré de llorar. Pasó todo hace muy poco. Vamos a seguir extrañándolo

Ella, ella era la que escribía cartas a lectores.

Página 12 me publicó una carta a lectores, dónde hablo
sobre Vidas Privadas.

http://www.pagina12.com.ar/diario/cartas/index-2007-09-21.html

septiembre 20, 2007

Hoy Estreno Nacional en todos los cines de Argentina.


septiembre 19, 2007

Todas las fotos de la FIESTA DEL AVANT PREMIERE.

A veces me detengo en algo que a nadie le importa.....

Bueno me detuve en esta foto sacada en Rosario que ya han publicado otras páginas ....no es novedad pero me gusta mucho La Trova Rosarina :Fito Paez -Sergio Sainz-Rubén Goldín- Zapo Aguilera - Silvina Garré -Juan C. Baglietto .

El 31 de Julio del 2005 subí esta foto.
Hoy 19 de Septiembre de 2007, en el diario de hoy encuentro la historia de esta foto.

En el suplemento Nro. 6 “LA ROSA TROVARINA” del Diario La Capital del miércoles 19 de Septiembre de 2007:El triunfo : Una quimera vuelta oficio.
En la página 13.
Fabián Gallardo (guitarrista y compositor) escribió esto:

REVELACIONES

En el momento y lugar justos, Fabián Gallardo tomó una foto de la entonces incipiente banda de Juan Carlos Baglietto, la que abriría las puertas a La Trova desembarcando en Buenos Aires. En un memorioso repaso no exento de nostalgia, el también músico y compositor describe la motivación que lo llevó a ponerse tras la lente de la cámara y fijar ese instante en el que cifraban las líneas de un futuro promisorio.
Hacía muy poco que tenía mi Canon AT1 .Desde siempre me había gustado la fotografía y finalmente tenía una reflex en la mano. Esa mañana había comprado un rollo de 400 asas. Blanco y Negro.
No sé como, pero un día en la sala de ensayo, hablando de las fotos, me había ofrecido a hacerlas. No me acuerdo bien adónde fuimos, pero sé que esa tarde disparé el rollo entero. Me encantaba ir a los ensayos en la calle Cochabamba. Sonaba bárbaro y se trabajaba de una manera poco usual. Rubén con su viola haciendo arreglos súper interesantes, a contrapunto, creando climas. El Muerto Sainz y una base potente, el Zappo Aguilera con sus percusiones. Fito empezaba a mostrar algo de lo que después todos conocería y Silvina tenía el color de voz exacto para que con Juan formaran un combo perfecto.
Lamento no haber sacado más fotos de esos momentos. Porque la memoria a veces se diluye y se confunde. Pero los rollos de 400 no eran baratos. Y revelarlos menos.Pero esa tarde saqué las treinta y seis fotos. Todos ya estaban un poco aburridos. En esa época hablar de una “sesión de fotos” era casi impensable. Entonces empezaban a sobrellevar el momento contando boludeces y riéndose de pavadas. Como chicos. Pero después de un rato, para alegría de todos, terminamos.
Cuando en la pieza de la casa de mis viejos hice los contactos (copias chiquitas de las fotos), empecé a verlas con la lupa y una en particular me atrapó.
Tenía un error, pero también tenía algo de esa energía que aparecía en la sala cuando tocaban. La amplié en 10x15, la sequé en el baño y la miré bien.
Ésa era la foto.
Aunque el Zappo Aguilera se había corrido de su lugar justo en esa 1/125 fracción de segundo . Y no había Photoshop. Perdón Zappo ...
Pero esa foto tenía algo que me atrapaba. Fito ya estaba con ganas de terminar, pero mantenía el humor. El Muerto, estaba sonriente, seguramente riéndose de algo que había dicho Rubén, pero sin perder la cara de “foto de Bariloche”. Silvina también lo estaba mirando, con una sonrisa que yo conocía hacía tiempo, desde la época que escuchábamos a Joni Mitchell y tratábamos de sacar canciones de Spinetta.
El único que seguía manteniendo la mirada fija en la lente de la cámara , era Juan. Pero enseguida ví que en realidad no estaba mirando la lente. Estaba mirando más allá.
Estaba mirando a toda la gente que iba a conmover cada vez que pisara un escenario.
Estaba convencido de lo que iba a venir. Ése es para mi Juan Carlos Baglietto. El que no mira una lente ni le canta a un micrófono. Él que sube a cantar con tanta polenta, que si no hay escenario, lo construye. Ése es Juan. Que aunque no pueda decir que soy un amigo, lo admiro y lo quiero de verdad. Muchas veces me pasa que vuelvo de vacaciones y cuando vemos las fotos, los amigos me preguntan si realmente fui, po que no salgo en ninguna. Sin embargo, yo siento lo contrario. Cada foto que vuelvo a ver me lleva a ese lugar, al lugar exacto donde yo estaba parado, ya lo que se veía desde ese lugar.
Y en definitiva, si me paré ahí , era porque en ese instante me parecía el mejor lugar. Despué s pasaron muchas cosas. La alegría y la emoción de que Juan grabara un tema mío. Lo increíble que fue, después de esa foto, apoyar la púa en un vinilo y escuchar “La música me ayuda” y “Los días por vivir” cantados por él. Los 10 años maravillosos que pasé disfrutando y aprendiendo en la banda de Fito. La producción del disco Profano , de mi amigo Rubén Goldín, que hicimos junto al querido Néstor Raschia. La sorpresa de que Lalo grabara la primera canción que yo había cantado en un recital de Baglietto. La producción junto al maestro (Claudio) Cardone de En tierra firme, donde pude trabajar por primera vez con Adrián Abonizio. Y todas las canciones y momentos que por suerte me siguen acompañando hasta hoy.
Me siento orgulloso de haber sacado esa foto y de haber estado parado en ese lugar y en ese momento , mirando a través de la lente a gente que quiero mucho, que admiro y con la que tuve la suerte de compartir grandes momentos de mi vida.
Y también estoy muy orgulloso de que algunas notas, algunas palabras y algunos acordes, formen parte de esta historia.

Esta noche FITO PAEZ en TN SHOW


TN SHOW
http://www.tn.com.ar/
Lunes a viernes a las 20 hs.

Conducción:
Catalina Dlugi

El mundo del espectáculo y sus protagonistas tienen un lugar de lujo en TN Show.

Catalina Dlugi presenta reportajes a las personalidades más destacadas del ambiente, las obras de teatro más taquilleras y las del underground porteño, las súper producciones, los backstages y los estrenos de cine bajo su lupa.

septiembre 18, 2007

ROSARIO, AVANT Y UN PORTALIGAS.


TOMA 1: AVANT PREMIERE

avant, alfomfra roja, traje de terciopelo a rayas, zapatos negros con brillos, pantalón negro y camisa blanca, Romi, Juli y Leo, Gonzalo, Coki y todo el grupo.

Así empezó la noche por la alfombra.

Entramos 20.30hs, más o menos sala 13.

Cámara gris, de a ratos cortaba, carcajadas, títulos, presentación, carcajadas, bizarro, muy musical al principio, y Rosario, Rosario y Rosario en todos los perfumes, en todos los colores, y en todas las carcajadas.Y Fontanarrosa.

Después fue entrando el guión, y detalles que hacen carajadas, diversión, barroco, subrrealista, el cuerno de Ambar Violeta, sobre Leo, los 80, el corazón, las mafias, sorpresas. Otro escalón el momento de Litto Cruz y Cristina Banegas. Sorprendió Fenna.

Acordes de Hans Zimmer en Cuchi Corral. Ver a tus amigos en la tela.

Nos gustó mucho, nos divertimos y reímos toda la película y al final nos cantamos todo el tema "Lejos en Berlín".


TOMA 2: FIESTA:Willie Dixon

11HS, fuimos invitados (fue casualidad), comida rica , empanadas, pizzas, vino, chopp, gaseosas y un poco de todo.

Tocó en vivo Aloras y su banda y luego subieron Los killer burritos Coki y Fito y las copas de cerveza que daban vueltas en el escenario.

Tocarón, Lejos en Berlín, Taquicardia, Perdida, y varios temas más de Fito.

Luego toda la fiesta fue la música de los 80 con DJ "Grupi".

Nos quedamos un rato más y la fiesta seguía, la llovizna seguía, la Rosario católica seguía.


Y la idea del Portaligas es esta:

"no hay nada que el tiempo Amor,no cure y no lave"



Las fotos, mañana.
p/d: foto publicada :Diario La Capital.

Nota :Diario La Capital Rosario 18/09/2007.


Fito Páez eligió su ciudad natal para el estreno de un nuevo largometraje
El director presentó anoche en Rosario su segunda película

“¿De quién es el portaligas?”.Romina Ricci, Julieta Cardinali, y Leonora Balcarce asistieron a la concurrida premiere

Con el orgullo de quien llega al final de un largo camino, Fito Páez se dio el gusto de presentar anoche su película “¿De quién es el portaligas?” en su ciudad. “Esto se extralimita del hecho de estrenar una película en una ciudad común. Es una experiencia muy fuerte para nosotros estar hoy aquí en Rosario”, dijo Páez, de elegante traje negro, minutos antes del estreno nacional en el Showcase de su segundo filme, que se filmó casi totalmente en Rosario.

Minutos después de las 20 pisaron la alfombra roja del complejo de cines ubicado en el Alto Rosario el músico y director local junto a las protagonistas: Romina Ricci, Julieta Balcarce y Leonora Balcarce, más Gonzalo Aloras y Carlos Resta. Había clima de fiesta, pese a la lluvia insoportable, las caras y las expresiones de los actores denotaban ese sentimiento de felicidad por la labor cumplida.

“Al ser las tres muy amigas, fue muy agradable filmar con Julieta (Cardinali) y Leonora (Balcarce). Espero que en veinte años más se pueda dar el vínculo de amistad que muestra la película”, dijo Romina Ricci, quien interpreta al personaje con guiños más rosarinos, en referencia a la temática del filme.

Julieta Cardinali también estaba chocha: “A mí me gustó mucho hacerla, todos gozamos al trabajar juntos. Las tres nos emocionamos al volver a Rosario y pensar que de acá a veinte años esto queda para la historia y la vamos a poder mostrar a nuestros hijos”

El músico devenido actor Gonzalo Aloras concluyó:“Fito vio en mí una faceta actoral desde siempre. Me encantaría poder participar en otro proyecto cinematógrafico, siempre que la película sea buena y divertida como ésta”.


Una forzada convivencia en la búsqueda de complicidad

Orlando Verna / La Capital


Absurda y divertida sean quizás dos palabras que pueden asociarse a “¿De quién es el portaligas?” y a los años reflejados en el filme. Quienes transitaron los 80 con la juventud como motor y en una ciudad difícil para aburrirse reconocerán los estereotipos de hombres y mujeres construidos por el filme. El rock, las drogas, la infidelidad, el alcohol, la cárcel y los cabarulos, los buenos y los malos, pero por sobretodo la inquebrantable amistad generada por el impulso natural o inducido de compartir alegrías y angustias, forman parte de una pintura de época ecléctica. La forzada convivencia de diferentes estilos y relatos ponen al cuerpo de la película a merced de la identificación del espectador con algunos de esos retazos. Pero cuando eso no ocurre, la atención se desbanda. Entonces pasan mezcladas por la pantalla reminiscencias almodovarianas con el Monumento a la Bandera, tiros de juguetes con Fontanarrosa, famosos haciendo bolos con una excelente música de Gonzalo Aloras y una persecución a caballo con hijos tan indeseados como queridos. Todo eso junto puede hasta parecer inocente o caprichoso, pero con seguridad no dejará de ser absurdo y divertido como aquellos años 80.

Amigas indestructibles en la ciudad de pobres corazones

Pedro Squillaci / La Capital


La amistad está por sobre todo, incluso de la peor de las traiciones, porque hay vínculos que son indestructibles. Fito Páez quiso reflejar esa idea en “¿De quién es el portaligas?” y eligió como escenario la ciudad que lo vio nacer, sus amigos, sus amores. Fito eligió contar una historia bizarra ambientada en los 80, con el disparate y el descontrol de esos años. La música es una protagonista eterna, en un abanico que va de Prince a Virus y de Soda Stereo a Coki and The Killer Burritos. Y que lo tiene a él también como protagonista, no sólo en los acordes y en una mujer que dice “¡qué barbaridad!”, sino también en el chico del afiche que saltaba en la tapa de “Ciudad de pobres corazones”. Vaya paradoja. La película transcurre en esa misma ciudad y hay un pobre corazón que desata un cruce clave entre Juli, Leo y Romi, las tres amigas que llevan adelante el hilo narrativo. Así como está bien filmada, es divertida y tiene una historia que cierra, también es cierto que por momentos se torna un poco extensa y hasta camina por la cornisa con la mezcla de estilos cinematográficos. Eso sí, la nueva película de Fito tiene mensaje, sorpresa y sonrisas. Y eso, en el cine argentino actual, siempre es bienvenido.


septiembre 17, 2007

AVANT PREMIER, llegó el día: 17/9/2007, 20hs Showcase Cines Alto Rosario


TITULO: ¿De quién es el portaligas?
ORIGEN: Argentina
DISTRIBUIDORA: Primer plano
Dirigida por Fito Paez,
ESTRENA EL


17 de Septiembre 2007 -EN ROSARIO


20 de septiembre resto del país -ARGENTINA


CINE ALTO ROSARIO
SHOWCASE

LA ENTRADA" NO ES GRATIS",
ES CON INVITACION
AL AVANT PREMIERE

Horario 20 HORAS.

septiembre 16, 2007

Nota Diario La Capital Rosario :16/09/2007.


De estreno. El rosarino presenta mañana en su ciudad “¿De quién es el portaligas?”
Fito Páez: “Uno siempre decide qué es lo que va a dejar filmado, escrito, tocado y cantado”
El artista dijo que pese a ser una historia de los 80, al filme lo pensó en presente

José L. Cavazza / Escenario

Imagen: Damián Neustadt

“¿De quién es el portaligas?”, la segunda película de Fito Páez, llega este jueves a los cines argentinos. El artista rosarino, que llega mañana a Rosario para la presentación nacional del filme (en el Showcase, a las 20), dijo a Escenario que “nada te obliga a ser autorreferencial” ya que “uno siempre decide qué es lo que va a dejar filmado, escrito, tocado y cantado”.

Páez, tras considerarse a sí mismo “un pequeño laboratorio”, charló largamente sobre su nuevo filme, de las mujeres de su vida, los críticos y sus cineastas más queridos. “Con lo poco que Dios me dotó he tenido siempre mujeres bellísimas”, afirmó entre risas antes de confesar que cuando vivía en Rosario las chicas no le daban ni la hora.

La película, protagonizada por Julieta Cardinali, Romina Ricci y Leonora Balcarce y un reparto estelar con Darío Grandinetti, Lito Cruz, Gonzalo Aloras, Roberto Fontanarrosa y Cristina Banegas entre otras figuras, cuenta la historia de tres amigas que, en pleno frenesí de los años 80 en Rosario, se enredan en devaneos amorosos y ponen a prueba la amistad que las une. Veinte años pasaron y ellas charlan sobre lo que les pasó durante aquellas semanas inolvidables en las cuales se preguntaron “¿De quién es el portaligas?”.

—¿Por qué los 80?

—¿Por qué no? De todos modos, no lo pensé demasiado. Yo nunca pienso mucho las cosas cuando las hago. Fue todo muy azaroso: en un avión estaba escribiendo un diálogo que había tenido Fabi (Cantilo) con una amiga, eso me disparó otra cosita y esto otra y otra... y a la película todo el tiempo la pensé en presente, hasta que en un momento me pregunté por qué no meter en la historia a toda esa gente conocida y amada de los años 80. Y esto me sirvió también para contar el paso del tiempo.

—Al ser los 80 años decisivos para vos, ¿lo autorreferencial toma el centro de la película?

—Creo que no. Nada te obliga a eso. Uno siempre decide qué es lo que va a dejar filmado, escrito, tocado y cantado. Yo me considero un pequeño laboratorio y me expreso con lo que vivo en algunos aspectos, después hay cosas más inconcientes que no sé cómo funcionan... Además, no me parece que lo autorreferencial sea algo malo. Eso lo instaló no sé quien en los medios en los últimos tiempos y es una cosa delirante porque tira abajo la historia del arte. ¿Qué hacemos con los autorretratos de los grandes pintores de todas las épocas? ¿Qué hacemos con Kafka, Fellini o Chico Buarque? ¿Hay que tirarlos?

—En esos artistas lo autorreferencial es el material con el que trabajan...

—Es cierto, además como es material que uno conoce muy bien, entonces si querés contar algo real también funciona.

—¿Cómo fue rodar una historia rosarina de los 80 en una ciudad tan cambiada, sobre todo, a partir de los 90?

 —Contra eso encontramos muchos lugares en la ciudad que están intactos no sólo desde los 80 sino desde los años 40 o 50. Entonces, en el rodaje utilizamos ese tipo de edificios. Por esto, no tuvimos que mentir mucho la ciudad, al contrario, cuando llegamos allí nos dimos cuenta de que hubiera sido más difícil filmar en Buenos Aires. Rosario conservó muchas cosas de su historia. Los lugares que aparecen en la película los rosarinos van a identificarlos rápidamente.

—Se trata de una película donde las protagonistas son mujeres. ¿Cómo eran eran tus mujeres en los 80?

—La verdad es que fui muy afortunado. Con lo poco que Dios me dotó he tenido, creo, mujeres bellísimas. Bellísimas de espíritu y de pinta. Guapísimas, inteligentes, bravas. Viví con ellas y aprendí mucho. A Fabi, que fue una de las musas de la película, le gustó mucho la historia. Yo tuve mucha suerte cuando llegué a Buenos Aires porque me fui con la porteña más linda, la Cantilo.

—En realidad, la pregunta se refería también a los años anteriores a tu ida a Buenos Aires...

—¡Nooo, en Rosario ni una me dio bola! Yo me fui en el 82 a Buenos Aires y cuando en el 83 volví a la ciudad a tocar por primera vez estaban todas sentadas ahí en la platea. Y yo les decía “¡no, no, no, ahora no!” (risas).

—¿Cuáles eran las películas de los 80 que te gustaban mirar?

—Las que recuerdo bien marcadas fueron las de Fassbinder y Almodóvar; además con Luis (Spinetta) en algún momento nos fanatizamos con Herzog. Me fanaticé con estos tres cineastas y a la vez era una época en la que no le estaba dando mucha bola al cine porque estaba muy enganchado con la música.

—Está escrito que “¿De quién es el portaligas?” tiene guiños de Almodóvar pero también de “Thelma y Louise”, de Ridley Scott.

—A veces se simplifica demasiado. Uno cuando piensa en los 80 está pensando en Almodóvar y en los colores chillones de todas sus películas. Por eso lo ligás rápidamente, pero la historia de mi película está demasiado lejos de lo que contaría Pedro, porque es una historia muy nuestra, bien de acá. Pero no sé, hablás de chicas de colores en los 80 y entonces resulta que hiciste un tributo a Almodóvar.

—Quizá un punto de referencia más interesante sea que todas son películas de hombres sobre mujeres.

—Claro, pero es algo que ya planteó desde hace tiempo y muy bien George Cukor y que luego Almodóvar hereda la forma. A mí me tocó ahora con esta historia, pero no es que yo sea un especialista en mujeres ni mucho menos.

—¿En que momento la aventura se convirtió en película? Algo que imagino debe pasar lo mismo con las canciones...

—Es muy difícil explicar cuándo llega ese momento. A veces hay canciones que grabaste y no las escuchaste bien, y las descubrís mucho tiempo más tarde. El otro día al ver la primera copia sentí eso de que la aventura se había transformado en una película. No más DVD ni material de edición llevándote a tu casa. Estaba el sonido, gran parte de luz puesta como yo quería, la música y la pantalla grande enfrente. Entonces sí, me dije, “esto es la película”.

—¿Podés llegar a tener una mirada crítica en ese momento?

—Muy difícil, estás en pleno romance. Estás revolcándote con ella en ese momento. Te pasa como con tu pareja que cuando estás en medio del revolcón no pensás mucho, estás ahí revolcándote.

—La crítica fue dura con “Vidas privadas”. ¿Cómo te preparás esta vez?

—Me interesa la crítica, pero es algo que si no me paralizó hasta ahora... Me interesa saber cómo miró alguien algo que hice, sobre todo si el tipo se sentó a ver de verdad. Quiero decir, las miradas livianas las paso de largo. Además me gusta la crítica, estoy escribiendo algunas cosas porque a mí también me gusta observar las cosas del mundo y escribir. Todo lo que está hecho con buena leche y rigor me gusta. A mí me molestan las notas sobre un disco o una película cuando empiezan a hablar de vos dentro de la Argentina y empiezan a hacer filosofía barata y explicar sobre qué sos o qué no sos... ¡Hablá de la película, loco! ¡Hablá de la historia, de la luz, del guión...! Pero hay gente piola, como en todos lados.


El cuentito y el mono


A Fito Páez no le gusta la prensa que ubica a los famosos como personajes. “Esa forma de escribir me parece abominable —afirma—. Somos personas y hacemos cosas. Los personajes están en las historietas, en las obras de teatro. Acabo de negarme a una nota con una de esas revistas de gran tirada porque me querían poner en una sección llamada Personajes. ¡Que se busquen un mono!”. ¿Qué piensan los autores al ver por primera vez su propia obra terminada? Páez se ríe con ganas ydespués dice: “ Está mal que lo diga, pero a mí me gustó mucho. El cuentito que quería contar está ahí adentro. El paso del tiempo, el valor de la amistad, todo eso está ahí”.

septiembre 15, 2007

Vidas Privadas y ¿De quién es el Portaligas?

Una Opinión.

Como admiradora de toda la Obra de Fito Páez.

Me animo, a decir algunas cosas sobre el Cine de Fito.

A ver señores, ahora que les parece: ¿De quién es el Portaligas?.

Lo que le hizo mal a Vidas Privadas, creo que fue haberse estrenado en el Festival de San Sebastián en España.

La primer crítica que aparece de esa película fue en el diario El País, por un crítico importante de un diario importante.

El complejo de inferioridad de los Argentinos que traemos desde la conquista, no hizo otra cosa que mirar con la mirada de Europa a la Película.

Sí, con la mirada de Europa .

Pero el tema de la Ópera Prima del Rockero Fito Páez, tan castigado por la prensa Argentina,fue un tema puramente Argentino. Y Fito se metió con algo bien Bravo que un país que nos tuvo exiliados, sólo nos vió como exiliados.

Fito trató el tema con mucho respeto, con detalles y profundidad.

Para mí fue una película impresionante. Por que el mostrar: la perversidad, la criminalidad humana de quedarte con los hijos de las personas que vos mataste, no cabe en la raza humana, pero sí existió aquí!

Por eso el lunes se estrena en Rosario su segundo film,y nada lo detuvo.

Por eso : ¿A ver señores ahora que les parece?.

No castiguen a un rockero que quiso hacer cine. La mirada hacia adentro antes de juzgar por juzgar.
Sandra Bolatti (Ambar Violeta) :Apoyando el cine argentino.

ADN cultura: La columna de Fito Páez de este sábado.


Pequeñas Barbaridades
El mundo alucinado de David Lynch

Con la llegada de Imperio, su última película, el director de Terciopelo azul vuelve a exhibir ese deslumbrante catálogo de recursos que no solo lo transforma en el cineasta más extraño de Hollywood, sino también en el último romántico del cine
Sábado 15 de setiembre de 2007

Por Fito Páez

I nland Empire , el nuevo film de David Lynch, que se estrena aquí con el título de Imperio , es una muestra más de la estatura artística del realizador. Gran parte de su filmografía ha estado marcada por la idea del extrañamiento ante el mundo y, contrariamente a otro tipo de artistas, Lynch es de aquellos a los que el mundo no les genera enojo. Pareciera interesarse más por el absurdo y lo siniestro (como si se tratara de elementos que por naturaleza se confabulan contra el sentido común) que por intentar transformar lo intransformable: vieja rencilla estética.

Un humor desafinado y los misterios que rodean a sus criaturas copan la escena y deslumbran por el marcado erotismo que los envuelve. Borgeano por lo laberíntico, Lynch logra que nada termine siendo como debería, aunque en su caso no se trata de un recurso posmoderno. Las cosas en Lynch cierran, pero no en un sentido clásico, hitchcockiano ; cierran sensorialmente, a la medida del deseo de cada espectador. En su cine revive la provocación a la inteligencia del espectador, a su capacidad de juego, de inventiva. Entonces, sin llegar a la idea de "interactivo", su cine se va transformando y se ubica en las antípodas del cine más convencional, deviene arma, peligrosa y divertida a la vez, que desconcierta pero también deja caer algunas pistas. Es un cine de la sensualidad.

De todas formas, esto no lo transforma en un freak de la industria, porque Lynch es además un artista de gran precisión, que no tuvo problemas para abordar historias menos enrevesadas como Una historia sencilla o El hombre elefante , filmes de narrativas más lineales. En su arte siempre hay una placidez que precisa ser vejada; esta es la materia lyncheana , pero a la vez surge el humor como un tercer espacio, muchas veces velado, que alumbra otra superficie sensorial. Y surge el desconcierto, casi como una flor, de a poco. Así, la oreja que despierta la investigación en Terciopelo azul es la piedra fundacional sobre la que descansará la historia. O la supuesta vida sosegada en Twin Peaks no será más que el paño sobre el que se revelarán todos los horrores de la vida pueblerina. El accidente de Mulholland Drive nos conducirá casi a ciegas en un film sobre la esquizofrenia, así como la locura y el paisaje victoriano son la tela de fondo para revelar la miseria humana en El hombre elefante .

Como gran parte de los grandes directores, Lynch ha sabido elaborar una sociedad única con un músico capaz de expandir y/o traducir su imaginario personal a partituras. Es el caso de Angelo Badalamenti, artista superior en las lides cinematográficas, creador de formas únicas como los motivos de Twin Peaks , que generan tensión con solo escuchar las dos primeras notas de la guitarra Rickenbacker octavada sobre las cuerdas sintetizadas, o la originalísima partitura de Inland Empire , en la cual se mezclan elementos de todo tipo, géneros musicales con instrumentaciones insólitas, voces y texturas dodecafónicas, máquinas de ritmo y teclados de última generación con melodías de gran lirismo.

Todo sucede, claro, bajo la tutela alucinada de ese David Lynch al que un buen amigo supo definir con precisión, diciéndome: "¡Ah! Pero ese es el hombre que se convirtió en pájaro...". El director inventó una nueva forma del suspense en la que el solo hecho de ver a un personaje yendo hacia una puerta ya genera miedo. Así, ese personaje en la cafetería que en Mulholland Drive descubre al monstruolinyera nos deja con el corazón en la mano. Y eso es porque Lynch es un artista del inconsciente y la interpretación queda siempre puesta en duda: todos los elementos con los que se expresa se vuelven paradójicos en sus manos, y allí también anida la fuerza de su arte.

Finalmente, es un director capaz de desplegar en toda su excelencia el significado de la modernidad a través de una búsqueda expresiva permanentemente ligada a cuestiones técnicas del lenguaje cinematográfico, mezcladas a su vez con el conocimiento de las estructuras de los relatos y un íntimo respeto por las leyes de su corazón. Porque David Lynch encarna al artista romántico en su máxima expresión. Me parece algo tan hermoso que se me hace difícil de explicar. Siempre las moralejas son odiosas, pero en medio del mundo de la mercadotecnia cinematográfica y jugando con (casi) todo en contra, todavía hoy siguen dando pelea. Entonces, a esas moralejas, que siempre son morales, nuestros amados artistas las hacen desaparecer para transformarlas en poesía, una palabra siempre esquiva, pero más viva que nunca en las películas de David Lynch. Y así reaparece la belleza, misteriosa, milenaria, posiblemente mortal.

septiembre 11, 2007

Próximos Eventos.

S E P T I E M B R E
  • DÍA 12,PROGRAMA DE SUSANA GIMENEZ EN TELEFE
  • DÍA 15 , en Canal 13 Programa TVR

  • DÍA 17, ESTRENO EN ROSARIO DE LA PELICULA ¿De quién es el Portaligas?
  • DÍA 20, ESTRENO NACIONAL DE LA PELICULA ¿De quién es el Portaligas?
  • Fórum Universal de las Culturas - MONTERREY - MÉXICO

  • O C T U B R E

  • DIAS: 5 y 6 TEATRO OPERA - BUENOS AIRES - ARGENTINA

  • DIAS: 10 y 11 Teatro Regional del Maule - TALCA - CHILE



  • N O V I E M B R E

  • 22, Teatro Solis - MONTEVIDEO - URUGUAY 21 horas.


  • Fito Páez : este sábado en TVR

    Este sábado
    está anunciado
    FITO PAEZ EN
    TVR
    (Lo confirmamos en la semana
    ya que no hay publicidad en la página que lo certifique)

    Fito Páez en : "Basta de Todo" (Radio Metro: 95.1)









    BASTA DE TODO
    Lunes a Viernes de 14 a 18 hs.Con Matías Martin y Gabriel Schultz. Una charla entre amigos en la cual todo tiene su lugar: la vida diaria y el humor del día.

    Fito Páez y un momento de plenitud ''que se ve'' (El Día, 09/09/2007)


    llegará al cine la película que lo tuvo como director "¿De quién es el portaligas?"




    Fito Páez de tiempo completo y en tiempo presente. Acaba de publicar el álbum a piano y voz "Rodolfo", está por estrenar su segundo largometraje "¿De quién es el portaligas?" y asume que "la felicidad se puede parecer bastante a esto, es un momento de plenitud que se ve".

    "Los chicos están comiendo acá en la cocina, vengo de ver la película y estamos a punto de generar la gira con el disco", resume Fito mientras se revuelve en uno de los sillones de la amplia sala de su hogar en el barrio porteño de La Recoleta.

    El artista rosarino recoge el guante de su actualidad y apunta con la certeza que dio en el blanco que "me siento orgulloso de lo que hago, es lindo y no tan habitual sentirse en el dominio de lo que se hace y puede que eso se transmita".

    Con la naturalidad de quien plasma lo que quiere decir, Páez reflexiona que "como hacer estas cosas está bueno, hay que poner mucha fuerza para esquivarla, demasiadas paredes para no disfrutar con eso".

    "Lo único que hace falta es tiempo -se explaya- el tiempo es la materia y lo que hagas ahí adentro va a contar qué tipo de persona sos y no me preocupa fallar porque después, cuando acertás, te das cuenta".

    Capaz de sobrevolar su historia, disfrutar de los hallazgos y hasta solazarse con algún desliz, analiza que "soy el hijo de mi papá y de mi mamá y el padre de mis dos hijos. Después lo que hago para ganarme el pan importa poco".

    Lejos de cualquier fórmula tranquilizadora, reconoce que "hay pocos músicos que filmen y no sé cómo se llama esto que hago, pero hay una frase de Vandera (también músico y rosarino) aplicable para mí: 'soy un artista renacentista que hago todo. Pero todo mal'".

    Con las evidencias estéticas entre manos, concede que las dos obras que asoman en la superficie "nombran partes de mi alma ahora y son una buena paleta de lo que soy".

    "Tengo un humor muy canalla pero por otro lado también me hace llorar Juan L. Ortiz. Es lo que me tocó ser, así que relájate y goza", anuncia haciendo equilibrio entre la risa y la melancolía.

    Avistando pantallas y teclados, confiesa que "me gustaría poder viajar con la película y tocar. Hacer Bogotá, Cali, Medellín, Santiago, Montevideo, Nueva York, Río o Madrid, pasar la peli y tocar sería ideal".

    EL DISCO Y EL FILME

    Aunque el creador reconoce que el filme es "explosivo, estridente y en colores" y el álbum, en cambio, es "blanco y negro" lo que redunda en "una misma moral con diferentes estéticas", prefiere poner el acento en "las cosas que tienen en común".

    "Están la idea del paso del tiempo y qué es lo que realmente importa acá: Nuestra neura o lo que tenemos en común y definitivamente se elige lo que tenemos en común porque si no es más de lo mismo y uno se queda solo", sintetiza.

    "En cambio -postula- si vemos lo que tenemos en común, podemos compartir y sobreponernos a nuestro conflicto con un aspecto conciliador que está en mi naturaleza como lo demuestra la frase 'unir las puntas de un mismo lazo' (del bello 'Yo vengo a ofrecer a mi corazón', grabado en 'Giros', de 1985)".

    Para cerrar esa idea de comunión entre ambas obras, asevera que "cualquier canción de amor o desamor de 'Rodolfo' podría ser la canción favorita de los protagonistas de '¿De quién es el portaligas?' a los 40 años".

    "RODOLFO"

    Desde el piano y la voz Fito Páez decidió darle nombre propio a su flamante placa "Rodolfo" que, arriesga, "tiene un cierto peso que puede ser el peso del paso del tiempo".

    "Todo lo que a una persona lo puede aburrir, acá está asentado", desafía el artista.

    Páez anuncia que el reciente álbum "fue una sorpresa total pero después de terminado el disco descubrí que había llegado ahí porque había un proceso bastante potente atrás". En el relato de ese tránsito, indica que "hay unas grabaciones que empecé en 2003 con material de otros autores (Dylan, Buarque, Caetano, García, Nebbia, Spinetta, Brel)".

    "Entonces -repasa- estaba buscando, jugando, conociendo el instrumento desde otro lugar, desde donde lo abordan otros compositores, aprendiendo a cantar con el piano con más precisión en la interpretación de las dos cosas".

    Al seguir desentrañando esas situaciones, evoca que "los amigos me decían que había que hacer el disco con el piano solo pero no me sentía a la altura, pensaba en Joao Gilberto y algunas cosas de la historia te pesan".

    "Escuché los discos de Bill Evans, de Caetano solo, de Yupanqui, del 'Cuchi', a ver si me tocaba algo de todo eso y se dio un proceso muy silencioso y las canciones empezaron a caer una atrás de la otra", redondea.

    El autor de las flamantes "Si es amor", "Vas conmigo", "El cuarto de al lado", "Cae la noche en Okinawa", "Siempre te voy a amar", "El verdadero amar", "Waltz for Marguie" y "Zamba del cielo", avisa que "soy un hombre bastante prolífico al que en general no le gusta nada de lo que hace. Pero lo hago".

    "Y con estas canciones -compara- me pasó que me gustaba lo que estaba saliendo y hay que darse cuenta de eso y fui atrás de esa idea".

    Al borde de la satisfacción por el placer grabado, cuenta que "no hay gira planeada, únicamente los shows del 5 y 6 de octubre en el Opera para los que en un momento pensé en poner unas pantallitas, pero como el mundo está invadido por pantallas lo extraño va a ser ver únicamente a un tipo tocando el piano".

    Por último, el hacedor de "Ciudad de pobres corazones", "Ey!", "El amor después del amor", "Naturaleza sangre", "Abre" y "Moda y pueblo", entre otros, entrega una fórmula de trabajo: "No hay que ser respetuoso con nada pero sí hay que seguir el instinto y hacerle caso a esa cosa tan cursi que es la voz del corazón".

    Para el futuro inmediato, el rosarino aspira a "hacer un disco con un productor que me guste mucho y que me permita descansar para dedicarme a interpretar. Alguien en el mundo que me pueda llevar, que me sorprenda".


    El músico que se animó a dirigir

    Anunciado a nivel nacional, el estreno de "¿De quién es el portaligas?" se producirá el próximo 20 de septiembre. Se trata de la comedia que dirigió Fito Paéz y que contó con las actuaciones de Romina Ricci, Julieta Cardinali y Leonora Balcarce.

    "La idea es estrenar acá y que vaya bien sin pensar en los festivales que son un mundo aparte. Ahora quiero empezar por el mundo real, por la gente yendo al cine", dice Fito Páez.

    El filme en que también toman parte Gonzalo Aloras, Cristina Banegas, Lito Cruz, Verónica Llinás, Darío Grandinetti, Duilio Marzio, Fena della Maggiora y Roberto Fontanarrosa, sucede a "Vidas privadas" (2001) y al mediometraje "La balada de Donna Helena" (1995).

    En la película se aprecia una gran labor actoral que es vital para la historia ¿Cómo se logra ese trabajo?

    "Conté con un elenco de actores excepcionales dispuestos a una historia que no estaba escrita en ningún lado y que hubo que inventar. Las chicas (Ricci, Cardinali y Balcarce) hicieron una gran labor y siempre estuvieron comprometidas con mucha alegría y mucho profesionalismo, algo que me ayudó a dirigir".

    "Lito, Darío y Cristina son actores tan virtuosos que llegan y sabés que te van a tocar el piano como nadie, se aprenden la letra exacta y te levantan todo".

    Desde el trazo grueso, la película remite al universo de Pedro Almodóvar...

    "Almodóvar es un referente importante para mí y la época de la película te lleva para ahí, pero no creo que sea una historia muy almodovariana sino que la veo más ligada a Copi. Siento que Pedro se ha vuelto más parecido en el relato a Manuel Puig, no da puntada sin hilo y Copi, en cambio, es más desarticulado y yo me siento más identificado con esa forma".

    ¿Cómo te relacionás con el mundillo del cine argentino?

    "En la música me siento más estable porque conozco mucho más la materia, pero el cine argentino me interesa y me gusta y diría que para esta película Manuel Romero ("El hincha", "Mujeres que bailan", "Yo quiero ser bataclana" y "Luna de miel en Río", entre 50 títulos) con sus películas de ritmo diabólico me inspiró más que ningún otro".

    "Después soy fan de Adolfo (Aristarain), incluso de 'La discoteca del amor' y 'La playa del amor' son también parte de su obra, de su alto cine y de Lucrecia Martel que me recuerda mucho a Silvina Ocampo porque ambas tienen humor, son amables y malísimas ya que son mentes brillantes".

    La película sorprende por cómo se diferencia de "Vidas privadas"...

    "Vengo de un primer filme muy duro que no permitía el humor y muchos habrán pensado que estaba haciendo dramas de (Lucchino) Visconti o tragedias de (Pier Paolo) Passolini y sí, de alguna manera esos eran los referentes para una obra necesaria. Pero yo no soy así todo el tiempo, tengo mucho más humor que el que hay en 'Vidas privadas' en donde encerré todo el horror".

    ¿De cuándo data tu decisión de hacer cine?

    "Una vez que pegás una escena con la otra es bárbaro y siempre estoy aprendiendo porque soy un hombre intuitivo que no viene de un molde y eso hace que lo haga con cierta libertad y por eso también que me critiquen".

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    septiembre 10, 2007

    Fito Paéz afirma que no le gusta nada de lo que hace

    El músico rosarino está presentando Rodolfo, su nuevo disco que, según explicó, “tiene un cierto peso que puede ser el peso del paso del tiempo”.
    Desde el piano y la voz Fito Páez decidió darle nombre propio a su flamante placa Rodolfo que, arriesga, “tiene un cierto peso que puede ser el peso del paso del tiempo. Todo lo que a una persona lo puede aburrir, acá está asentado”, desafía el artista en una relajada charla con Télam
    Páez anuncia que el reciente álbum “fue una sorpresa total pero después de terminado el disco descubrí que había llegado ahí porque había un proceso bastante potente atrás”. En el relato de ese tránsito, indica que “hay unas grabaciones que empecé en 2003 con material de otros autores (Dylan, Buarque, Caetano, García, Nebbia, Spinetta, Brel)”. “Entonces -repasa- estaba buscando, jugando, conociendo el instrumento desde otro lugar, desde donde lo abordan otros compositores, aprendiendo a cantar con el piano con más precisión en la interpretación de las dos cosas”. Al seguir desentrañando esas situaciones, evoca que “los amigos me decían que había que hacer el disco con el piano solo pero no me sentía a la altura, pensaba en Joao Gilberto y algunas cosas de la historia te pesan”.
    “Escuché los discos de Bill Evans, de Caetano solo, de Yupanqui, del ‘Cuchi’, a ver si me tocaba algo de todo eso y se dio un proceso muy silencioso y las canciones empezaron a caer una atrás de la otra”, redondea.
    El autor de las flamantes Si Es Amor, Vas Conmigo, El Cuarto de al Lado, Cae la Noche en Okinawa, Siempre te Voy a Amar, El Verdadero Amar, Waltz for Marguie y Zamba del Cielo, avisa que “soy un hombre bastante prolífico al que en general no le gusta nada de lo que hace. Pero lo hago”. “Y con estas canciones -compara-, me pasó que me gustaba lo que estaba saliendo y hay que darse cuenta de eso y fui atrás de esa idea”. Al borde de la satisfacción por el placer grabado, cuenta que “no hay gira planeada, únicamente los shows del 5 y 6 de octubre en el Opera para los que en un momento pensé en poner unas pantallitas, pero como el mundo está invadido por pantallas lo extraño va a ser ver únicamente a un tipo tocando el piano”. Por último, el hacedor de Ciudad de Pobres Corazones, Ey!, El Amor Después del Amor, Naturaleza Sangre, Abre y Moda y Pueblo, entre otros, entrega una fórmula de trabajo: “No hay que ser respetuoso con nada pero sí hay que seguir el instinto y hacerle caso a esa cosa tan cursi que es la voz del corazón”. Para el futuro inmediato, el rosarino aspira a “hacer un disco con un productor que me guste mucho y que me permita descansar para dedicarme a interpretar. Alguien en el mundo que me pueda llevar, que me sorprenda”.
    Fuente: El siglo Web.com

    Diario: La Nación, Lunes 10/09/2007.

    Entusiasmado con el estreno de ¿De quién es el portaligas? , su demorada segunda película como cineasta, Fito Páez supervisó en persona la función privada de prensa que se realizó en Village Recoleta. Páez recibió uno por uno a los periodistas y hasta se encargó de hacerle señas al proyectorista para que diera comienzo la función. Pero también fue el primero en poner el grito en el cielo cuando, al terminar el largometraje, no dejaron correr los créditos hasta el final y prendieron las luces para desalojar la sala. "¡Eh! ¡Terrorismo, loco!", gritó sorprendido Páez. Aunque el proyectorista no le hizo caso y dejó los títulos sin exhibir.

    septiembre 09, 2007

    Una Agenda bien cargada (Página 12 :08/09/2007)


    Una agenda bien cargada


    Los próximos meses, Páez tiene la agenda completa. Primero presentará la película en Rosario, el lunes 17 de septiembre. “Ahí haremos la première mundial”, dice un poco en broma y un poco en serio. Pero después la continuará presentando en Buenos Aires –el día 19, el 20 será el estreno oficial– y por el resto de las provincias. El viernes 5 y el sábado 6 de octubre presentará Rodolfo, su nuevo disco, en el Teatro Opera. “Tengo muchas ganas de tocarlo en vivo, creo que puede ser una gran experiencia”, dice, y asegura que seguirá presentándolo por el resto del país.

    Pero los planes de Rodolfo no terminan ahí: con Gerardo Gandini tiene pensado montar una obra de Tom Jobim, Matita Peré, con algunas composiciones que el rosarino realizó para un frustrado ballet de Julio Bocca y que están basadas en la novela de Roberto Arlt Los siete locos. “La influencia de Gerardo sobre mi trabajo es enorme. El logró desatarme”, asegura. Y, por supuesto, también está su próximo largometraje. “Tengo cuatro borradores sobre los que estoy trabajando. Pero quiero ver qué historia avanza más rápido y cuál es más fácil de filmar. Quiero seguir filmando”, dice. Habrá que creerle.

    Nota: Pagina 12


    musica“no veo nada malo en ser autorreferencial”
    “No veo nada malo en ser autorreferencial”
    “Aunque tienen estéticas definitivamente bien encontradas, yo creo que el disco y la película hablan de lo mismo”, dice el músico y director, que prefiere no ensayar explicaciones grandilocuentes para sus últimas decisiones, sino relatar el proceso que las fue desencadenando.


    “Me resulta cada vez más difícil explicar lo que hago. No me siento un profesional, hago esto porque lo amo.”
    Subnotas


    Por Javier Rombouts
    Tal vez Fito Páez padezca una suerte de esquizofrenia pacífica. Es que por un lado acaba de editar un disco, Rodolfo, donde se presenta despojado, grabando en su casa, con la sola presencia de su piano y de su voz. Y por el otro está a punto de estrenar su segundo largometraje, ¿De quién es el portaligas?, una película en la que estuvo rodeado todo el tiempo de unas cien personas, entre actores, técnicos y demás parafernalia propia del cine. Páez recordará, como quien cuenta una broma, que su signo es Piscis. Y dirá, casi astrólogo, que el signo muestra dos peces yendo en direcciones contrarias. Después, serio, dirá que no. “No, no son cosas tan distintas el disco y la película. Creo que hablan de lo mismo, si bien es cierto que tienen estéticas definitivamente bien encontradas. El disco es blanco y negro, totalmente ascético en el sentido que ni siquiera tiene efectos. Y la película es estridente, llena de color, trae los años ’80 al siglo XXI.”

    En el living de su casa Fito Páez se muestra, sobre todo, como un artista contento, satisfecho. Antes, en la plaza de enfrente de su casa, con su hijo mayor Martín montando en un monopatín, se mostró como un padre contento, satisfecho. En eso, definitivamente, no hay contradicción.

    –¿Qué le pasó al músico que después de montar un estudio de grabación como Circo Beat decide hacer su nuevo disco solo en su casa?

    –La verdad, no sé. No sé por qué hice esto. Posiblemente estaba un poco cansado de tanto grupo, de tanta gente en la peli, de tanta gente en las bandas. Fueron muchos años llevando grupos adelante. Pudo haber sido algo así como un “no quiero que me hinchen más las pelotas”. Pero también creo que precisaba algo que me sorprendiera desde un lugar que no fuese el ya conocido, que es el armado del sexteto, del cuarteto o de lo que sea. Tal vez pase por ahí, por estar agotado de las bandas.

    –¿La decisión fue de un día para el otro o lo planificó?

    –Puedo contar el proceso. Pero no hubo algo definido de antemano, porque cuando estás haciendo las cosas no sabés muy bien lo que estás haciendo. Hay que ser sincero: sólo se trata de revolver una salsa. Creo que todo arrancó en 2003, después de que grabé Naturaleza sangre. Por esos meses, empecé a hacer unas sesiones con un público de amigos en Circo Beat: hacíamos un asado, tomábamos unos tragos, caía gente, yo tocaba, se grababa. Pero, en verdad, no sabía qué estaba haciendo porque lo que tocaba eran covers. Hacía temas de Chico Buarque, de Caetano, de Jacques Brel, de la Parra, de Charly, de Nebbia. Grababa y archivaba. Después me lo puse a escuchar y había cosas que me interesaban y otras que no. Igual, era todo muy sin rumbo. Más tarde grabé eso mismo sin público y me gustó menos. Pero ya tenía la mano caliente, suelta con el piano, y me di cuenta de que no se trataba de hacer covers sino temas propios, nuevos. Estaba entrenado. A todo esto, desde los asados para acá ya habían pasado como tres años y un par de discos, Moda y pueblo y El mundo cabe en una canción. Y cada día tenía más repertorio. Se me había hecho costumbre llegar a casa y sentarme a tocar. Entonces, cuando estaba terminando la mezcla de la película, empezaron a aparecer las letras, me empezaron a gustar las canciones, cosa poco habitual. En un momento me di cuenta de que tenía el álbum. Y decidí grabarlo acá, en casa. Una nueva manera de buscar.

    –¿Musicalmente también intentó una nueva búsqueda?

    –Creo que sobre todo hubo una decisión de ahondar ciertas búsquedas ya iniciadas. Me saqué de encima los modismos jazzeros, salvo en la “Zamba del cielo” que hay una escala descendente medio Monk. Pero todo el resto lo corrí; me centré en el aspecto melódico más clásico. Y se me mezcló el piano del conservatorio con el piano de Charly y de McCartney y con algunos aires folklóricos. Creo que me salieron cosas muy netas, muy claras, y eso está bueno.

    –Muchas veces se señaló que sus canciones eran autorreferenciales. ¿Era necesario ponerle al disco su nombre como título?

    –Sí, es verdad, soy autorreferencial. Yo no veo nada malo en eso, no encuentro nada incorrecto para las comisarías artísticas. En ese punto tuve poco que pensar. Salió en forma espontánea durante una charla con Ros (Alejandro, director de arte del disco). Me pareció que correspondía con lo que estaba contando: ponerle a un disco dedicado a tus hijos, el nombre que te puso tu padre. Sobre todo a un disco donde canto y toco el piano, las dos cosas que hago hace 25 años.

    –Con 25 años que está en la música, ¿sabe qué efectos va a producir este nuevo trabajo en la gente?

    –No, la verdad es que nunca estoy seguro. Cada vez menos. Los hits me parecen cosas delirantes. De hecho, desde antes de El amor después del amor que no me meto en la elección del tema de difusión. Tengo muy poca antena para eso y me llevo muchas sorpresas. Me parece que no hay una ley para esas cosas.

    –Se lo pregunto porque no se trata de un trabajo fácil de digerir en una primera audición.

    –Es cierto, exige atención del oyente.

    –¿Qué lo lleva a hacer un disco así? ¿Hay una intención definida?

    –Para nada. Pero, en general, puedo decir que jamás en mi vida hubo una intención predeterminada de hacer esto o lo otro de tal forma para generar determinado efecto. No hay estrategia en lo que hago, siempre voy atrás de lo que me está pasando en el momento.

    –¿Se trata de pura intuición, entonces?

    –Me parece que cuando seguís tu espíritu es cuando realmente te encontrás. Por supuesto que fallás miles de veces. Pero de eso se trata la vida. Eso tiene sus pro y sus contra. Aunque en lo más íntimo tengo la certeza de que siempre me fui a la cama con la cabeza tranquila. Por supuesto, eso no implica que a todo el mundo le guste lo que hago, ni mucho menos.

    –Hay dos discos que desde el nombre lo señalan: Rodolfo y el primero, Del 63. Salvando las distancias, ¿encuentra similitudes entre estos trabajos?

    –Sí, es probable. De hecho, son dos discos iniciáticos. El primero por motivos obvios, y éste porque supone otra manera de sentir y ver la música. En ambos hay algo de primera vez. Creo que en esta ocasión quise exprimirme a fondo para saber hasta dónde voy a llegar.

    –¿Qué lo llevó a dedicárselo a sus hijos?

    –Es que fueron una gran fuente de inspiración. No para hacer la música en sí sino por la experiencia de los hijos, que te cambia de eje todo, te pone en otro lugar. Y de alguna forma se lo debo a ellos. La película podría estar dedicada a ellos también porque es la historia de una hija. Y de una hija que junta. Es eso: los chicos juntan, cambian tu mirada sobre la vida pasional y la transforman en algo más bello. Con un chico en el medio hasta recuperás algo del vínculo con tus ex mujeres, y las pasiones y las peleas pasan a ser actos mezquinos e innecesarios. A mí los hijos me hicieron repensar toda la idea del amor. Creo que por ellos sos capaz de matar o morir.

    La tarde en Recoleta cae como en toda la ciudad: con un calor absurdo golpeando ventanas y espaldas. Páez, sin embargo, parece lo suficientemente relajado como para que ni siquiera la humedad lo afecte. Sólo, tal vez, hay un tema que le sigue brincando en el oído, que vuelve siempre: su primera película, Vidas privadas, y cómo la trató la crítica. A pocos días del estreno de su segundo largometraje (el jueves 20), la referencia es inevitable. Incluso, porque también forma parte del nuevo disco.

    –En “Siempre te voy a amar” hay una frase que dice “aunque Clarín te ponga mala”. ¿Se referís a tu primera película?

    –Sí, porque amo esa peli. Es cierto que estaba muy estricto mientras la hacía y también cuando la terminé, a la hora de recibir lo que la gente pensaba. Pero también es verdad que la crítica hizo una carnicería. Igual, con el tiempo me parece que voy entendiendo ciertas cosas: si sos músico y te tirás a hacer una película, te van a a dar. Es la ley de la vida, el derecho de piso. Y supongo que seguirá ocurriendo durante un tiempo más. Pero las ganas de hacer cosas son más fuertes.

    –¿Vidas privadas fue una especie de obsesión?

    –El tema que trata la película me obsesionaba. Posiblemente haya sido una obsesión. Sentía que no podía seguir adelante con mi vida si no contaba esa historia. Tal vez debería haber hecho otras cosas antes. No tuve el pulso para hacer estrategia, para dejarlo hasta conseguir más plata, no sé. Sí, fue una obsesión, pero hoy la llevo con mucho orgullo porque la amo mucho.

    –Esta película parece haber sido hecha con un espíritu más relajado.

    –Sí, la hice muy tranquilo, muy contento. Y creo que eso se nota en la pantalla.

    –¿Por qué saca un disco que según dice forma parte de su evolución como músico, y al mismo tiempo filma una película rescatando los ’80?

    –Creo que es una pregunta para el psicólogo. La verdad, no sé por qué. Lo que sí me acuerdo es el primer momento en que empecé a escribirla. El estado de felicidad. Primero pensé que iba a ser un cuento, después una novelita. Y más tarde se disparató todo. En serio, me resulta cada vez más dificil explicar lo que hago y por qué lo hago. Pero hay una clave para pensar eso: yo no me siento un profesional. Hago esto porque lo amo.

    –¿En la música tampoco se siente un profesional?

    –No, para nada. Menos todavía.

    –Después de estar haciendo música durante 25 años, decir “No me siento un profesional”, ¿no es un poco una frase publicitaria?

    –¿Le parece? ¿A quién le tengo que vender algo?

    –Fito, hace 25 años que vive de la música...

    –Sí, pero no soy un profesional en el sentido de que tengo que hacer algo de determinada forma, en determinado tiempo y de determinada manera. Como dice una letra del nuevo disco, “Llevo una locura caprichosa”. Y si no me sigue saliendo de este modo, me tendré que ir a ganar la vida al bar de la esquina para traer la comida a casa. Nunca hice algo para mantener una estructura determinada. Siempre trabajé con los elementos que tenía a mano y que tenía ganas de desarrollar. Es cierto, también tuve suerte: cuando quise trabajar con una orquesta tenía la plata para pagarla.

    –Tomándose de la frase “Yo no soy un profesional”, ¿qué le insume más costo físico y espiritual, la música o el cine?

    –Todo. Porque todo es laboratorio. Me involucro en todo. Lo que pasa es que hay experiencias que son más felices que otras. Por ejemplo, la diferencia entre ¿De quién es el portaligas? y Vidas privadas, es que mi primera película fue un mamut en mitad de una cristalería. Hablaba del incesto, del asesinato del padre, del suicidio y de los 30.000 muertos. Se dijo que la película quería abarcarlo todo. Ahora, yo espero que la juzgue el tiempo.

    –La nueva historia es mucho más acotada.

    –Sí, es una película liviana. Sería un drama-comedia, o una comedia dramática. Los gringos tienen una palabra: dramedy. Y es cierto: está acotado a lo que le pasa a estas tres chicas y, salvo dos o tres cositas muy chiquitas, no tiene entorno politico. Está todo en ese micromundo, no dependen del afuera. Escribí el guión con alegría.

    –Dicen que quienes se acuerdan de la década del ochenta no la vivieron.

    –Si lo sabré...

    –¿Hay algo de autobiográfico en la película?

    –Muchas cosas. O cosas que le ocurrieron a mis amigos. Por otro lado, creo que uno siempre está hablando de uno, es inevitable. En lo que uno hace siempre está su carácter. La tarea de la crítica seria es intentar despojar de sentimentalismo el hecho para tener cierta objetividad. Igual, en esa búsqueda que es muy noble, también hay fallas, porque las personas están hechas para fallar.

    –¿Qué va a ser lo primero que dirá la crítica de la película?

    –No sé. Van a mencionar a Pedrito (Almodóvar). Y me va a parecer divertido que lo mencionen. Ojo, no es que quiera empatarme con Pedro, que es uno de los artistas más grandes del mundo. No estoy ni en pedo cerca. Y si hablan de la influencia Almodóvar, bienvenida sea. Esto me hace acordar a cuando saqué mi primer disco, en esa época decían que era igual a Charly. Y para mí eso era grandioso. Si hablan de Almodóvar, lo tomaré como un piropo. Lo que sí juzgaría absurdo es que digan que es una película de Almodóvar. Si hablan de influencias está OK, porque tengo influencias de Pedro como de un montón de otra gente. Porque soy un cineasta en formación, estoy haciéndome. Y sería muy necio pensar que tengo ya una voz. Me faltan bastantes películas para eso.

    –¿Y ya está pensando en alguna?

    –Sí, tengo varias cosas arrancadas. Pero ahora quiero hacer la gira presentación del disco y presentar la peli en varias ciudades del mundo.

    –En Vidas privadas trabajó Cecilia Roth, en De quién es el portaligas? Romina Ricci. ¿Qué actriz tendrá el protagónico de la próxima?

    –Creo que voy a hacer una con protagonistas masculinos. Estoy pensando en algo con caballos, onda Clint Eastwood o Aristarain. Un mundo sin artistas ni poetas. Igual va a haber chicas en la película. Pero por lo demás, estoy bien así.